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El verdadero Estado morenista
Hay indicios que no pueden probarse de manera tajante, pero que aportan explicaciones compatibles con la realidad nacional sobre por qué este gobierno no combate al crimen organizado y por qué se burla con risas enfermizas de las frecuentes matanzas.
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El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, dio, la semana pasada, un paso muy importante y valiente cuando destacó lo siguiente: “Todo el corredor del Pacífico lo gana Morena y, ¿quién está detrás de Morena?, el crimen organizado. Qué pensará el Presidente de la República después de tanto luchar por la democracia, las libertades y transformar al país, y que ahora su partido sea aliado del crimen organizado; porque en los hechos, Morena es un narcopartido y es una verdadera amenaza para el país”.[1] El gobernador Aureoles denunció que los municipios donde el crimen organizado domina, los pistoleros de éste –en algunos casos– llevaron a votar a la gente a punta de armas y, como resultado de estas acciones, el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ganó en esos ayuntamientos, razón por la que el narcogobierno podría regresar a Michoacán.

La respuesta de Morena a esta imputación no fue con informaciones ni con análisis destinados a refutar y demostrar lo contrario ante lo denunciado por el mandatario de Michoacán; sino que, en lugar de ello, lanzó una embestida contra los medios de comunicación en voz del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado. Este señor, quien era responsable de las finanzas del gobierno de la Ciudad de México (CDMX) cuando se construyó la Línea 12 del Metro –uno de cuyos tramos colapsó recientemente, hecho sobre el que debe declarar– en una feroz respuesta al gobernador michoacano, sostuvo amenazante: “es muy difícil que Aureoles Conejo pueda eludir la cárcel”.[2] Ante una grave acusación, Morena solo ha respondido con una amenaza. Así son los tiempos fascistas de Morena.

Por su parte, el Presidente de la República, desdeñosamente, se limitó a minimizar las acusaciones de Silvano Aureoles y, lejos de “agarrar al toro por los cuernos”, declaró: “Que pruebe si tiene elementos (…) Lo más importante es que se presenten pruebas, porque si no son noticias sensacionalistas, amarillismo, y ya eso es bastante”.[3]

Para analizar el trato demagógico que este gobierno ofrece al pueblo y por el que expresa “gobernar” es necesario recordar lo que sucedió el 29 de junio: Alrededor de las 6:50 de la mañana, Silvano Aureoles fue a Palacio Nacional para solicitar que lo recibiera AMLO, quien se hallaba en su conferencia de prensa mañanera. Aureoles se plantó ahí porque, en más de una ocasión, solicitó por escrito audiencia al Presidente para presentar los elementos de prueba en torno a sus dichos, pero de los que no había recibido respuesta.

Si el Presidente fuera efectivamente un demócrata, habría recibido a su opositor, habría escuchado y aceptado las pruebas que llevaba para sustentar sus denuncias. Pero como Aureoles no enfrentó a un demócrata, sino al titular de un gobierno dictatorial de corte fascistoide, la única respuesta que recibió fue ésta: “El Jefe del Ejecutivo señaló que la conferencia matutina no es la vía para recibir señalamientos y denuncias con tintes electorales… porque hay que cuidar la investidura presidencial”.[4] Sí, a lo que se dedica el Presidente es a hablar, a mentir, a emitir señalamientos y denuncias de todo tipo, incluidas las electorales, como la que hace unas semanas difundió contra el entonces candidato a gobernador de Nuevo León, Adrián de la Garza, por el uso de tarjetas monetarias: “Voy a aprovechar (la mañanera) para hacer una denuncia como ciudadano sobre las elecciones… ¿Cómo me voy a quedar callado ante la compra del voto? ¿cómo no voy a denunciar el fraude electoral si se necesita la democracia? Es una ofensa, es una humillación, es un acto totalmente antidemocrático”[5], y “si fue cierto, hay que denunciar el reparto de despensas, las amenazas, todo hay que denunciar, ¡éstas tienen que ser las elecciones más limpias y democráticas en la historia de México!”.[6] ¿No que las conferencias matutinas no son “la vía para recibir señalamientos y denuncias con tintes electorales”? ¿Y qué decir de los ataques que el Presidente ha lanzado, desde su tribuna mañanera, a los órganos autónomos, a las clases medias, a la prensa, a los niños con cáncer que no tienen medicinas ni dinero para comprarlas; a las organizaciones como el Movimiento Antorchista, etc. Entonces, ¿cuál investidura pretende cuidar?

Ahora bien: ¿los señalamientos de Silvano Aureoles tienen sustento? La respuesta no es sencilla, tampoco puede ser contundente; porque hasta ahora no se conocen las pruebas que intentó presentar al Presidente. Sin embargo, recurriremos al análisis de algunos indicios que nos permitan llegar indirectamente a una conclusión. Por ejemplo, el hombre no ha podido viajar al Sol para tomar una muestra de sus componentes químicos; pero sabe que está compuesto de un 74.9 por ciento de hidrógeno y 23.8 por ciento de helio, de acuerdo con el análisis de su espectro, que permite conocer sus elementos químicos. Para conocer el espectro luminoso de una sustancia química (simplificando las cosas), se quema y la luz se proyecta a través del prisma, el cual genera un “espectro”, que significa la huella digital del elemento incendiado. Es así como la luz solar, analizada en los laboratorios de la tierra, ha informado al hombre que el Sol quema hidrógeno y helio.

En el caso de las denuncias del gobernador Aureoles, los elementos de prueba indirectos o factibles a considerar son varios. El primero, que ningún anterior Presidente de México se había entrevistado en público con un pariente cercano de algún personaje del llamado crimen organizado, a diferencia de lo que hizo AMLO cuando saludó de palabra y mano a la señora madre de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, suceso ampliamente testimoniado por las redes sociales. El segundo elemento consiste en que la madre de Guzmán Loera pidió al Presidente que el Gobierno de México, con base en principios humanitarios, le gestionara una visita a su hijo en Estados Unidos (EE. UU.). Además de su difusión pública, esta petición resultó por demás inusitada, porque las autoridades migratorias del país vecino no obedecen a este tipo de sentimientos humanos (hace varios años, mi padre intentó viajar EE. UU. para asistir a los últimos instantes de vida de su madre pero, como carecía de visa, no hubo poder humano que le permitiera despedirse de mi abuela doña Librada). El tercer elemento es el reconocimiento público del propio AMLO en torno a que él fue quien ordenó liberar a Ovidio Guzmán, el hijo de El Chapo, delincuente buscado por la DEA, el FBI y la FGR, cuando ya había sido detenido por las fuerzas armadas en Culiacán, Sinaloa. “Yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente”[7], aseguró el Presidente. El cuarto y último elemento de prueba indirecto es su política de “abrazos, no balazos”, que no es otra cosa sino la clara regla del laissez-faire (dejar hacer, dejar pasar) en el mercado de las drogas. ¿Por qué o para qué? Hay dos posibles razones: una, para no conflictuarse con los grupos del narcotráfico nacional; y otra, pensando aun peor, por la posibilidad de que haya un acuerdo con esos grupos para que, donde hoy no existen sucursales del Banco del Bienestar, el dinero en efectivo de los programas sociales –que de por sí circula sin reglas claras de operación– sea entregado por operadores del crimen organizado. ¿Qué garantiza a los mexicanos que haya una parte de dinero legal y otra que no lo sea? ¿Qué nos garantiza que la compra de voto no haya sido con dinero de dudosa procedencia en las elecciones del pasado seis de junio?

Son, pues, indicios que no pueden probarse de manera tajante, pero que indirectamente aportan explicaciones compatibles con la realidad nacional sobre por qué este gobierno no combate al crimen organizado y por qué se burla con risas sarcásticas y enfermizas de las frecuentes matanzas. Por ello, México vive hoy en un ambiente de violencia peligrosa donde el desastroso gobierno morenista parece hallarse muy a gusto. ¿Será que, como ha dicho Silvano Aureoles, se está abriendo la puerta o ya se abrió a un “narcogobierno”? El tiempo nos ayudará a saberlo.

 


[1] https://politica.expansion.mx/mexico/2021/06/23/silvano-aureoles-morena-es-un-narcopartido-y-una-verdadera-amenaza.

[2]Ibid.

[3] https://www.noventagrados.com.mx/nacional/que-presente-pruebas-amlo-responde-a-silvano.htm

[4] Rechaza AMLO recibir a gobernador Silvano Aureoles – AM Querétaro (amqueretaro.com)

[5](7) AMLO denuncia “como ciudadano” a Adrián de la Garza por entregar tarjeta rosa a mujeres - YouTube.

[6] ¿Cómo creen que me quedaré callado?: AMLO, ante entrega de tarjetas por parte de candidato del PRI - ContraRéplica - Noticias (contrareplica.mx)

[7] (7) MÉXICO | López Obrador admite que ordenó la liberación del hijo del Chapo Guzmán - YouTube


Escrito por Brasil Acosta Peña

Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.


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