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Muchos días antes del proceso electoral del siete de noviembre en Nicaragua, cuando resultó triunfante la alianza del Frente Sandinista, el imperialismo y los medios de comunicación a su servicio bombardeaban a la opinión pública internacional asegurando que el gobierno se impondría por la fuerza o que preparaba un fraude contra la población nicaragüense y los partidos de oposición.
En esto consistía una de sus campañas contra el gobierno de este país centroamericano; otra era la de siempre, la más antigua: la de aplicar sanciones al gobierno sandinista, la de presionar a Nicaragua para obligarla a entrar al redil de los países que se pliegan dóciles a los mandatos del imperio. En estas campañas no se encuentra solo el imperialismo norteamericano, lo secundan la Organización de Estados Americanos (OEA), creada para someter a los países de América a los designios de la política imperial; lo acompaña también la Unión Europea, su poderoso aliado en el objetivo de impedir la autodeterminación y el desarrollo independiente de algún país que no se someta a los dictados del capital trasnacional, cometiendo la osadía de romper sus reglas.
El imperio y sus secuaces estaban seguros de que el resultado de la votación sería favorable a la alianza del Frente Sandinista; lo sabían y sus informantes los mantenían al tanto de la situación política al interior de Nicaragua; sabían que sus representantes no tendrían más que salir derrotados. Esta certeza los hizo despotricar y vaticinar represión, persecución, violencia por parte del gobierno sandinista. Nada de esto ocurrió. En respuesta a sus campañas, el pueblo de Nicaragua salió en masa a votar libremente por sus candidatos; fue la respuesta a las calumnias contra su gobierno, que se hizo acompañar por la prensa internacional, que se movió libremente por todo aquel territorio. Cientos de periodistas de todo el mundo atestiguaron el triunfo del partido de Daniel Ortega y muchos de ellos contrastan la realidad que presenciaron con las mentiras y los siniestros pronósticos publicados antes por la prensa imperialista; así lo declaran en los medios informativos de sus propios países.
De los antecedentes históricos y los logros del gobierno sandinista que desembocaron en su triunfo electoral del siete de noviembre habla nuestro Reporte Especial, que también reproduce la entrevista concedida a este semanario por Mayra Salinas, magistrada del Consejo Supremo Electoral de Nicaragua. Ella habla de las particularidades del proceso electoral; de la participación del pueblo; de la interacción de los organizadores de los comicios con la población; de las lecciones que deja dicho proceso democrático y el desafío que representa para este pueblo defender su triunfo y continuar respaldando al gobierno que eligió contra todos los intentos imperiales de intervenir e imponer sus designios.
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Escrito por Nydia Egremy
Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.