Cuando los alemanes quisieron apoderarse de los recursos petroleros de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), lanzaron una poderosa ofensiva con un ejército de más de 300 mil soldados bajo el mando del general Paulus. Los nazis pensaron que si lograban apoderarse de Bakú, Stalin se rendiría, ya que la Unión Soviética perdería sus fuentes de energía más importantes. Pero antes de tomar Bakú, los alemanes debieron enfrentar a las fuerzas soviéticas que defendían Stalingrado (hoy Volgogrado). La Batalla de Stalingrado es considerada como el punto de inflexión más importante de la Segunda Guerra Mundial; pues, ahí, los nazis encontraron “la horma de su zapato”; mordieron el polvo y el ejército soviético los obligó a retirarse, que fue el principio del fin de la Alemania Nazi y decidió el destino de la humanidad entera. Paulus se rindió en el invierno de 1943.

De sus 300 mil soldados, solo quedaron vivos 91 mil, pero el costo para los soviéticos fue altísimo, pues murieron más de medio millón de personas entre soldados y civiles. Después de Stalingrado, en Kursk, ocurrió la mayor batalla de tanques que se haya registrado en la historia de las guerras; en ella murieron más de 70 mil alemanes. Hitler declaró: “El dios de la guerra se ha pasado al otro bando”. Es muy importante valorar la gran gesta heroica de la URSS, porque sus huestes enfrentaron al 80 por ciento del total del ejército alemán –integrado con más de 200 divisiones–, mientras que los yanquis y los británicos rara vez contendieron con más de 10 divisiones nazis en el área del mar Mediterráneo. Es decir, los soviéticos confrontaron a la maquinaria bélica más poderosa que hasta entonces había conocido la humanidad.

En mayo de este año se reunirán en Moscú los principales gobernantes del globo. A estas alturas de la historia de la humanidad, es muy difícil que los imperialistas oculten la verdadera historia; y el mayor mérito del documental de Oliver Stone consiste precisamente en mostrar ésta, especialmente cuando nos señala que los imperialistas de Estados Unidos y Gran Bretaña estuvieron lejos de ser los “salvadores de la humanidad”. Nadie, al nivel del altísimo desarrollo de los medios de comunicación y del estudio científico de la historia, puede poner en duda que fue el heroico pueblo soviético, apoyado por su gobierno y su sistema social, el Estado que opuso una feroz resistencia a las fuerzas más retrógradas del capitalismo, para erigirse como un potente faro de luz sobre la faz de la Tierra y ejemplo eterno de la humanidad. Ese faro se encendió con la victoria del pueblo soviético sobre el fallido imperialismo alemán en mayo de 1945.