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Babylon (II de II)
Babylon no es una simple “comedia épica”, es también un drama que exhibe a la industria del cine como una actividad laboral cargada de peligros, sobrexplotación y humillaciones que terminan en tragedia real.
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Como “fábrica de los sueños” queda plasmado esto en la secuencia en la que Jack Conrad, filma la última escena de la cinta de cruzados, cuando besa a su damisela y una mariposa se posa en ese preciso momento en su hombro. Por su parte, a Nellie La Roy, al ser la sustituta de la actriz que salió con una sobredosis de la fiesta, le asignan un papel en la que ella es una especie de “mujer fatal”, la cual, en una cantina del “Viejo Oeste”, deleita a los parroquianos, subiéndose a la barra y contoneando voluptuosamente su cuerpo. Esta secuencia deja impactada a la directora del filme. Son todavía los años en que el cine no era sonoro, por lo que el impacto sobre el público tenía que obligar a los actores y actrices a ser muy expresivos en su lenguaje corporal y en sus expresiones faciales; y Nellie mostró en esos primeros pasos en el celuloide que tenía aptitud y era muy decidida en su búsqueda del triunfo.

Para el año de 1927, Jack Conrad, después de divorciarse de su esposa, se casa con una actriz húngara quien, al enterarse de la infidelidad del galán de cine, le dispara un balazo en un brazo. Manny va a ver la célebre cinta El cantante de jazz de Alan Crosland (la primera película con sonido sincronizado). Los espectadores de la sala de cine se muestran –en esa secuencia– maravillados. Es el nacimiento del cine sonoro y el inicio de la extinción del cine mudo (en ese sentido, Babylon también es una cinta que nos muestra la evolución histórica del cine). Por esas fechas, Nellie va a visitar a su madre, que se encuentra internada en un manicomio; el encuentro no tiene nada de emotivo, pareciera que es una visita que se hace como si fuese una costumbre, un simple formalismo. Tiene la gracia de la comedia y el tormento de la tragedia cuando a Nellie, la directora de la cinta que ha venido protagonizando le pregunta a la actriz, después de repetir varias ocasiones el llanto en diversas formas: “¿cómo le haces para llorar las veces que se te pide que lo hagas en la filmación?” Nellie simple y llanamente contesta: “Solo me acuerdo de lo que viví de niña en mi casa”.

Lo inhumano que resulta en el cine –como en otras actividades de la industria capitalista–, ocurre cuando a Nellie, quien tiene que hacer una secuencia ya con sonido sincronizado, le hacen repetir la escena una y otra vez por diversas fallas del personal técnico o por fallas de la misma Nellie, pero al ingeniero que controla la grabación de la audición, el cual debe estar encerrado en una cabina en donde hace un calor infernal, ese repetido encierro le provoca finalmente la muerte. Babylon, por tanto, no es una simple “comedia épica”, es también un drama que exhibe a la industria del cine como una actividad laboral cargada de peligros, sobrexplotación y humillaciones que terminan no en tragedia ficticia, sino en tragedia real.

Nellie, para 1928, es considerada una actriz vulgar que solo puede interpretar papeles de prostituta, de viciosa. Manny, quien ha escalado ya a un puesto más relevante en la compañía cinematográfica, quiere ayudar a Nellie a tener mejor estatus dentro de Hollywood. Para esto se propone cambiar la imagen de la actriz; quiere hacerla ver como una actriz “sofisticada”, capaz de interpretar papeles de mayor jerarquía cultural y actoral. Pero ese intento termina en un rotundo fracaso cuando Nellie se presenta en una fiesta en la que asisten “celebridades” de “alcurnia” intelectual y artística. Nellie finge ser culta y que está a la altura de las personalidades de ese jolgorio; pero ante el bombardeo, las críticas solapadas y la hipocresía hacia ella, termina por estallar, insultando a esa crème de la crème y haciéndoles ver que con ella no son válidas sus poses y su supuesta superioridad (la cinta desnuda a esa clase de parásitos intelectualizados de la sociedad gringa)

Babylon termina con el declive de Jack Conrad. Nellie, en sus locas actividades, se ha endeudado con 85 mil dólares en una casa de juegos de azar; está amenazada de muerte por James McKay (Tobey Maguire), mafioso que dirige esa casa de juegos: Manny y un amigo le llevan los 85 dólares al mafioso, pero el dinero es falso, por lo que ambos son perseguidos por los sicarios del mafioso. Manny intenta llevar a Nellie a México para casarse con ella, pero ésta desaparece; años después, Manny regresa a Los Ángeles casado con otra mujer y su pequeña hija. Visita los antiguos estudios en que trabajó y entra a un cine. Llora al recordar su pasado y sus vivencias de juventud.

Babylon es una crítica que desmiente con acritud y cierta profundidad el “glamour” y la “fastuosidad” de la vieja fábrica de sueños capitalista.


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


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