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Nació en Barcelona, España, el tres de diciembre de 1914; fue una poetisa, escritora, activista por los derechos de las mujeres, crítica de arte, profesora y traductora guatemalteca que vivió exiliada en México, donde escribió gran parte de su obra poética.
Creció viajando y vivió en diferentes países con su familiaː (Bélgica, Francia e Italia). Vivió un tiempo en Argentina y después en Italia, donde cursó sus estudios de secundaria. Realizó el bachillerato en Bélgica e inició sus estudios universitarios en Italia. Asistió en Roma al Departamento de Letras y de Historia del Arte, donde también aprendió a hablar italiano con fluidez. Trabajó como traductora durante varios años y escribió entonces sus primeros poemas en italiano.
En 1943 llegó a Guatemala, en vísperas del fin de la dictadura de Jorge Ubico, y se identificó con el nuevo proceso político, razón por la que en 1944 asumió la nacionalidad guatemalteca. Colaboró activamente en la revolución: fue voluntaria en un hospital y participó en campañas de alfabetización. Se casó con Alfonso Solórzano, con quien fundó el Partido Guatemalteco del Trabajo; fueron juzgados como militantes de la izquierda radical y se exiliaron en México.
En la época de su primer exilio fue docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde ejerció la cátedra de literatura italiana y de sociología. Posteriormente, su marido fue nombrado cónsul en París y la familia se trasladó. En 1950, regresó a su país, pero tuvo que salir nuevamente tras el derrocamiento del gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán en junio de 1954. Durante la década de los 60, toda su familia se involucró en la guerrilla de Guatemala con el Ejército Guerrillero de los Pobres; en 1980, su hijo Juan Pablo fue víctima de la guerra y su esposo, abrumado por la noticia, salió desorientado a la calle y murió atropellado en la avenida Insurgentes de la Ciudad de México. Pocos meses después ella viajó a Guatemala para apoyar a la guerrilla, siendo secuestrada el 19 de diciembre de 1980; a pesar de la petición de diversos organismos intelectuales para aclarar su desaparición, sus restos fueron ubicados hasta 2012 en La Verbena, Guatemala.
Ella y sus recuerdos
Ella,
una niña apenas,
llevaba sus largas memorias
como una historia ajena,
y sus largos cabellos de plata
como vegetación extraña
en un mundo lunar nacida.
¿Le correspondía
esa cadena de tristes sorpresas?
Ella
su paso leve,
sus grandes ojos,
su pequeña mano flaca,
era solo una niña asustada.
Hasta esperaba un premio
por ser una niña buena,
mientras naufragaba
en los largos recuerdos.
Pálido fantasma de sí misma
surgía del naufragio
como una creatura intemporal.
Grácil convaleciente
se atrevía
a dar algunos pasos,
a llevar su mirada húmeda
sobre un mundo vago y tierno,
y otra vez el miedo.
Como una niña que despierta en la noche,
esperaba la mano grande,
dulcemente pesada,
que se posara
sobre su corazón enloquecido.
El día la libraba
de ese huésped terrible,
y volvía a soñar.
Era una niña apenas
que salía de una oscura cueva.
La claridad la deslumbraba,
pero veía en un mañana incierto
la imagen de una joven
leve danzante,
los delgados cabellos
movidos por el viento,
que iría dichosa
hacia la dulce muerte.
Mujer
Un ser que aún no acaba
de ser…
No la remota rosa
angelical
que los poetas cantaron.
No la maldita bruja
que los inquisidores quemaron.
No la temida y deseada
prostituta.
No la madre bendita.
No la marchita y burlada
solterona.
No la obligada
a ser bella.
No la obligada
a ser buena.
No la obligada
a ser mala.
No la que vive
porque la dejan vivir.
No la que debe siempre
decir que sí.
Un Ser que trata
de saber quién es
Y que empieza a existir.
Muerte
Con “la cabeza llena de flores”
se fue aquella mujer hacia la muerte,
yo también quisiera morir así
y aunque no lo supiese nadie
de mi oscura cabeza silenciosa
nacería más tarde
un ramillete de primavera
Destierro
Mi vida
es un destierro sin retorno.
No tuvo casa
mi errante infancia perdida,
no tiene tierra
mi destierro.
Mi vida navegó
en nave de nostalgia.
Viví a orillas del mar
mirando el horizonte:
hacia mi casa ignorada
pensaba zarpar un día,
y el presentido viaje
me dejó en otro puerto de partida.
¿Es el amor, acaso,
mi última rada?
Oh, brazos que me hicieron prisionera,
sin darme abrigo...
También del cruel abrazo
quise escaparme.
Oh huyentes brazos,
que en vano buscaron mis manos...
Incesante fuga
y anhelo incesante
el amor no es puerto seguro.
Ya no hay tierra prometida
para mi esperanza.
Oscuro canto
Oscuro canto
que brota
de la honda esperanza
rota,
y del retorno
al círculo cerrado.
Peso escondido
como hijo sin nacer
en el vientre profundo,
apretado nudo
en el lugar del corazón.
Ay, tampoco suena
ni sube
el nocturno canto
hacia el cielo lejano.
Es una voz sorda
que se ahoga en la garganta,
es un grito callado.
Y si sube,
no es un vuelo
en la noche muda,
es solo una nube de humo
que se pierde en la sombra.
Oración
Dame, señor
un silencio profundo
y un denso velo
sobre la mirada.
Así seré un mundo
cerrado:
una isla oscura;
cavaré en mí misma dolorosamente
como en tierra dura
Y cuando me haya desangrado
ágil y clara será mi vida
Entonces, como río sonoro y transparente,
fluirá libremente
el canto encarcelado.
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Escrito por Redacción