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Nació el 11 de octubre de 1854 en Cochabamba, Bolivia. Estudió en la escuela católica de su pueblo hasta tercer grado de primaria, que era el límite permitido para mujeres por el gobierno de su país, sin embargo, continuó estudiando por su cuenta y pudo ser profesora en la escuela donde estudió, más tarde se convirtió en la directora de la Escuela Fiscal de Señoritas.
Publicó su primer poema a los 15 años bajo un seudónimo y continuó escribiendo así en el periódico El Heraldo de Cochamba. La temática de su poesía es feminista, de protesta contra la falta de derechos a la mujer e incluso contra el funcionamiento de la Iglesia Católica como se refleja en su poema Quo Vadis, que le valió la censura del padre Pierini, representante local de la Iglesia. Al no encontrar apoyo en su Patria, publicó Ensayos poéticos (1887) y Ráfagas (1913), sus dos poemarios en Argentina y París, respectivamente. Falleció el dos de junio de 1928.
El resto de su obra, que abarca cuentos, prosa y poesía, fue recopilado póstumamente y en 1980, el gobierno boliviano instauró el 11 de octubre como el Día de la Mujer en su honor.
Nacer hombre
Cuánto trabajo ella pasa
por corregir la torpeza
de su esposo, y en la casa,
(permitidme que me asombre)
tan inepto como fatuo
sigue él siendo la cabeza,
porque es hombre.
Si alguna versos escribe
–“De alguno esos versos son
que ella solo los suscribe”–;
(permitidme que me asombre).
Si ése alguno no es poeta
¿por qué tal suposición?
–Porque es hombre.
Una mujer superior
en elecciones no vota,
y vota el pillo peor;
(permitidme que me asombre)
con solo saber firmar
puede votar un idiota,
porque es hombre.
Él se abate y bebe o juega
en un revés de la suerte;
ella sufre, lucha y ruega;
(permitidme que me asombre).
Ella se llama “ser débil”,
y él se apellida “ser fuerte”
porque es hombre.
Ella debe perdonar
si su esposo le es infiel;
mas, él se puede vengar;
(permitidme que me asombre)
en un caso semejante
hasta puede matar él,
porque es hombre.
¡Oh, mortal!
¡Oh mortal privilegiado,
que de perfecto y cabal
gozas seguro renombre!
Para ello ¿qué te ha bastado?
Nacer hombre.
¿QUO VADIS?
Sola, en el ancho páramo del mundo,
sola con mi dolor,
en su confín, con estupor profundo
miro alzarse un celeste resplandor:
¡Es Él! Aparición deslumbradora
de blanca y dulce faz,
que avanza, con la diestra protectora
en actitud de bendición y paz.
Inclino ante Él mi rostro dolorido
temblando de ternura y de temor,
y exclamo con acento conmovido:
–¿A dónde vas, Señor?
–La Roma en que tus mártires supieron
en horribles suplicios perecer
es hoy lo que los césares quisieron:
emporio de elegancia y de placer.
Allí está Pedro. El pescador que un día
predicó la pobreza y la humildad,
cubierto de lujosa pedrería
ostenta su poder y majestad.
Feroz imitador de los paganos,
el Santo Inquisidor
ha quemado en tu nombre a sus hermanos…
¿A dónde vas, Señor?
Allá en tus templos donde el culto impera
¿Qué hay en el fondo? O lucro o vanidad.
¡Cuán pocos son los que con fe sincera
te adoran en espíritu y verdad!
El mundo con tu sangre redimido,
veinte siglos después de tu pasión,
es hoy más infeliz, más pervertido,
más pagano que en el tiempo de Nerón.
Ante el altar de la Deidad impura,
huérfana de ideal, la juventud
contra el amor del alma se conjure
proclamando el placer como virtud.
Las antiguas barbaries que subsisten,
solo cambian de nombre con la edad;
la esclavitud y aun el tormento existen
y es mentira grosera la igualdad.
¡Siempre en la lucha oprimidos y opresores!
De un lado, la fortuna y el poder,
del otro, la miseria y sus horrores;
y todo iniquidad… hoy como ayer.
Hoy como ayer, los pueblos de la tierra
se arman para el asalto y la traición,
y alza triunfante el monstruo de la guerra
su bandera de espanto y confusión.
Ciega, fatal, la humanidad se abisma
en los antros del vicio y del error.
y duda, horrorizada de sí misma…
¿A dónde vas, Señor?
El cisne
Soy la flor que en su tallo se dobla,
porque sufre guardando en su seno
de un gusano escondido el veneno,
que devora mi triste existir;
¡de un gusano escondido el veneno,
que devora mi triste existir!
Cuanta pena contiene un recuerdo
olvidando las penas se calma,
si el olvido es el sueño del alma,
pero mi alma no puede dormir…
¡si el olvido es el sueño del alma,
pero mi alma no puede dormir!
Confundido por onda tristeza
el dolor se retrata en mi frente,
cuan amarga es mi vida presente,
cuan amargo será el porvenir
¡cuan amarga es mi vida presente,
cuna amargo será el porvenir!
Soy el cisne que canta doliente
De mi muerte el momento esperando
Yo que siempre he vivido llorando
Quiero al menos cantado morir
¡yo que siempre he vivido llorando
Quiero al menos cantando morir!
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Escrito por Redacción