En contraste a la atención que los Gobiernos Federal y local del Estado de México (Edomex) brindan a los jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis), estudiantes mexiquenses de nivel superior deben recurrir a demandas públicas de becas, obras y servicios para el mejoramiento de sus centros de estudio y la creación de oportunidades de desarrollo profesional.

Los alumnos de la Universidad Politécnica Chimalhuacán (UPChi), municipio ubicado en el oriente del Edomex, solicitan al Instituto Mexiquense de Infraestructura Física Educativa (IMIFE) y al gobernador Alfredo del Mazo Maza, que aceleren la construcción de su escuela, cuyo retraso es de casi cuatro años y afecta su proceso de enseñanza profesional.

Los 549 universitarios exigen al gobierno estatal que administre de manera correcta los recursos destinados a la educación para evitar un aumento en los índices de deserción escolar entre los estudiantes de preparatoria y licenciatura de la entidad, fenómeno provocado por problemas económicos y la falta de oportunidades educativas y laborales.

De acuerdo con el Plan de Desarrollo del Estado de México (PDEM 2017-2023), el 14.2 y el 9.3 por ciento de los alumnos de preparatoria y universidad abandonan sus estudios. “El principal reto para incrementar la cobertura en los tipos medio superior y superior es contar con los espacios educativos suficientes para la atención de los jóvenes, así como innovar y diversificar la oferta educativa… acciones que permitan el acceso a becas y convenios estratégicos para apoyar el ingreso y permanencia…”, precisa el documento.

Pese a los objetivos del Plan de Desarrollo de Del Mazo, en 2018, el 15.5 por ciento de los mexiquenses entre 12 y 29 años fueron clasificados como ninis, es decir, como jóvenes que no estudiaban ni trabajaban, la cifra porcentual más alta en el país para ese periodo. Esta situación orilla a muchos jóvenes, socialmente excluidos, a la violencia delictiva y al crimen organizado.

Estos flagelos han justificado la creación del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que en el Edomex cuenta con alrededor de 87 mil becarios, quienes reciben tres mil 600 pesos al mes (43 mil 200 pesos al año), mientras se capacitan laboralmente en empresas privadas.

El apoyo económico recibido por los ninis es mayor al de la beca mensual que se otorga a los universitarios inscritos en el programa Jóvenes Escribiendo el Futuro, cuyo monto corresponde a dos mil 400 pesos. Esta disparidad genera un sentimiento de inconformidad entre los universitarios.

Pero este sentimiento es mayor en otras regiones del Edomex, donde el gobierno mexiquense no solo no otorga ninguna beca sino, además, tampoco atiende las demandas de los estudiantes de educación de diversos niveles para mejorar las instalaciones en sus centros escolares.

Entre estos estudiantes se hallan los alumnos de la UPChi, que exigen, tanto al gobierno estatal como al federal, su incorporación al programa de becas escolares, ya que ahora solo el cinco por ciento de la matrícula escolar universitaria las está recibiendo.

Los alumnos de la UPChi demandan, asimismo, en particular al gobierno de Del Mazo, que termine la construcción de su plantel escolar, cuya conclusión inicialmente prevista para agosto de 2018, luego para el primer cuatrimestre de 2019 y ahora está programada para julio de 2020.  

Esta universidad inició en 2013, con instalaciones provisionales del Centro Universitario Chimalhuacán (CUCh) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con una matrícula de 120 estudiantes. Fue el entonces presidente municipal y ahora diputado local Telésforo García Carreón quien encabezó las gestiones para la creación de la UPChi.

El paso de los años y el incremento en la matrícula obligaron a las autoridades de la UPChi a intensificar sus gestiones ante el gobierno del estado para que contara con instalaciones propias. En 2016, el gobierno estatal cedió 200 hectáreas del predio conocido como Tlateles, para la construcción del Centro Estratégico de Recuperación Ambiental del Oriente (CERAO), proyecto que contemplaba la costrucción de un parque industrial y ofrecer 40 mil empleos, además de una unidad deportiva y las instalaciones de la Universidad Politécnica.

En noviembre de 2018, las aulas prefabricadas del CUCh resultaron insuficientes, por lo que los estudiantes de la licenciatura en terapia física e ingeniería civil se cambiaron a la UPChi en Los Tlateles, cuyo terreno semidesértico está en la margen opuesta del Circuito Exterior Mexiquense (CEM) y, para acceder a él, hay que utilizar dos puentes peatonales. En enero pasado, también se cambiaron los alumnos de la carrera de logística y transporte y está pendiente el traslado de 100 más que estudian ingeniería en sistemas computacionales.

Entrevistado por buzos el director de la UPChi, César Álvaro Ramírez, declaró que el retraso en la obra se debe a que en el gobierno estatal mexiquense hay prevenciones políticas contra la administración municipal de Chimalhuacán, porque las autoridades de este municipio reclaman permanentemente obras y servicios para el desarrollo de sus habitantes.

“De los 35 planteles que funcionan en la entidad, solo aquí se presentan problemas para la asignación de recursos y el retraso en la obra; esto no sucedió en municipios como Nezahualcóyotl y Texcoco. En este último la construcción demoró solo dos años; es clara la distinción o castigo contra esta institución, pero el IMIFE asegura que la demora es consecuencia de los cambios en su similar federal (IMIFE) y la falta de recursos económicos”.

Ramírez explicó que el retraso en la obra genera diversos problemas al personal de la universidad, que está conformado por 52 docentes y empleados administrativos; también, por supuesto, a sus 549 estudiantes quienes constantemente deben trasladarse de la UPChi al CUCh para usar computadoras con Internet y tomar clases, o participar en talleres en ambas universidades.

Agregó que las altas temperaturas, el ambiente seco de la región, las polvaredas y la humedad de las zanjas se suman a los problemas de todo tipo que enfrenta la comunidad universitaria. “Contamos con 12 aulas provisionales, incluso la dirección también está en un salón prefabricado; cuando hace calor es como estar en un horno; la tierra se cuela por todos lados y cuando llueve se forman canales o fosas que debemos evadir, representan un riesgo latente para nuestros alumnos y trabajadores, quienes pueden sufrir un accidente”, explicó el maestro.

Respecto a la inversión económica para la UPChi, informó que el gobierno estatal destinó 39 millones de pesos para la construcción de la primera etapa, de los cuales se aplicaron 35 millones de pesos en la obra. Posteriormente, las autoridades estatales aseguraron que ya no contaban con recursos para concluir, por lo que los trabajos estuvieron suspendidos durante el segundo semestre de 2019.

Para reanudar la construcción, fue necesario gestionar 14 millones de pesos más para la obra, que serán invertidos en dos bloques de siete millones cada uno. “El subsecretario de gobierno estatal, Alejandro Ozuna, aseguró que entregarán el edificio en julio próximo para que entre en operación en el ciclo escolar 2020-2021. A principios de enero empezaron a trabajar cinco personas en la compactación de terreno, ahorita ya suman 20. Esperamos que cumplan con el acuerdo para dar la bienvenida a las nuevas generaciones”, comentó.

Las instalaciones de la UPChi comprenden 26 nuevos espacios, entre ellos 14 aulas, dos laboratorios de computación, una oficina administrativa, un auditorio con capacidad para 100 personas, una biblioteca virtual, un módulo para profesores, un centro de idiomas y sanitarios.

Universitarios contra el gobierno estatal

El director informó que la UPChi funciona gracias al apoyo del gobierno municipal que, por el momento, se encarga de brindar servicios urbanos básicos como suministro de agua potable, recolección de basura, instalación de energía eléctrica, seguridad y con la instalación de una patrulla en los puentes peatonales que cruzan el CEM.

A estos apoyos para estudiantes se suma el proyecto Chimalhuami que consiste en una red de 18 rutas de transporte seguro y gratuito que beneficia a más de mil 500 universitarios de seis unidades académicas en Chimalhuacán y la Ciudad de México (CDMX); de estas rutas, cinco tienen como destino la UPChi y transportan a 350 jóvenes.

“Para poner en marcha estas cinco rutas fue necesario un estudio que realizaron nuestros alumnos; los resultados demostraron la necesidad de contar con un transporte eficiente, seguro y gratuito para incentivar a los jóvenes a continuar con sus estudios; detectamos que el 70 por ciento del alumnado es de Chimalhuacán, el resto proviene de municipios como La Paz, Chicoloapan, Nezahualcóyotl y Texcoco. Recurrimos al ayuntamiento y gracias a su solidaridad con las causas justas, fue posible ofrecer el servicio para nuestros universitarios, quienes se ahorran entre 800 y mil 200 pesos al mes”.

Al respecto, el coordinador del transporte estudiantil en la región de Nezahualcóyotl y alumno del 5º cuatrimestre de la licenciatura en terapia física, Eduardo Estrada Rodríguez, manifestó que este proyecto representa una gran ayuda del gobierno encabezado por el alcalde Jesús Tolentino Román Bojórquez con las familias mexiquenses: “En mi caso, gastaría entre 80 y 90 pesos diarios para llegar a la universidad en dos combis y un mototaxi, pero viajo seguro y de manera gratuita gracias al apoyo del municipio”.

Eduardo se sumó al reclamo y la solicitud al gobierno estatal para que concluya el edificio: “estar en aulas provisionales es bastante incómodo, somos alrededor de 50 alumnos, se mezclan los olores, es difícil tomar clases así; el cambio de instalaciones fue dramático, por eso necesitamos que ya terminen los trabajos para contar con mejores instalaciones. También pedimos que se entreguen las becas que prometió el Presidente de la República, porque vemos que están apoyando más a los ninis que a los universitarios”, explicó mientras daba una sesión terapéutica por contractura de espalda.

Al igual que Eduardo Estrada, cientos de estudiantes encontraron en la UPChi la oportunidad de tener una profesión, luego de haber sido rechazados en la UNAM, en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y el Instituto Politécnico en la CDMX: “Hice cuatro exámenes y gasté arriba de mil 500 pesos, pero no me quedé en ninguna escuela. Me sentí un poco decepcionado, pero busqué otras opciones para seguir avanzando y encontré esta universidad que es un gran apoyo”.

Y agregó: “Nos estamos preparando para cubrir las necesidades de la población que demanda mucho este servicio; esta carrera existía en universidades privadas que son carísimas, entonces me parece muy bien que la UPChi sea pública y ofrezca licenciaturas del futuro; es decir, que contribuyan a mejorar el entorno de una comunidad”. El sueño de Eduardo es terminar la carrera, especializarse en deporte o neurorrehabilitación y en una maestría, dada el potencial académico de su escuela.

“La educación no debe estar a expensas de un plan político, no debería haber una distinción con la politécnica de Chimalhuacán y la de Texcoco. La educación debe ser integral y expedita para todos porque están formando a los profesionales del futuro y es lo que muchas veces no se ve por los fines políticos”, concluyó la entrevista Eduardo, quien aseguró estar orgulloso de formar parte de la UPChi.

Por su parte la tutora de la carrera de terapia física, Leslie Guerrero, informó que esta licenciatura inició con 100 alumnos hace cuatro años; actualmente están inscritos 222 estudiantes en 2º, 5º y 8º cuatrimestre, que, desde hace un año, tiene la clínica de terapia física al interior de las instalaciones de la UPChi. “La clínica está abierta al público en general y las sesiones son gratuitas, esto favorece a los pacientes, al tiempo en que nos ayuda a reforzar los conocimientos de los estudiantes. El horario de atención es de lunes a viernes de 12:00 a 16:00 horas”.

El director Álvaro Ramírez informó que, además de la clínica de terapia física, la UPChi tiene convenios de colaboración con el organismo de agua, el Sistema Desarrollo Integral de la Familia (DIF), seguridad y obras públicas para que todos los estudiantes tengan la posibilidad de realizar su servicio social en dependencias municipales, de manera que puedan retribuir a la comunidad de Chimalhuacán el apoyo que el gobierno local les ha brindado.

“Los recursos propios del ayuntamiento son insuficientes para cubrir todas las necesidades de la comunidad estudiantil, sin embargo, están haciendo un gran esfuerzo para ayudarnos. Es momento de que el Estado asuma su responsabilidad y destine recursos suficientes a esta universidad, porque los pagos por cuatrimestre (dos mil 300 pesos) y extraordinarios se van a las cuentas del estado, deberían regresar en servicios y obras para la UPChi; apelamos a la sensibilidad del gobernador para que pronto tengamos instalaciones dignas para nuestros jóvenes”, concluyó.