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Durante décadas ha existido la polémica sobre si existe o no el cambio climático. Los que dicen que no existe tal cambio dicen que hay oscilaciones en la temperatura global, pero que éstas se deben a factores propios de las condiciones físicas del planeta y que se manifiestan naturalmente. Sin embargo, a contrapelo de esas opiniones, por estos días que corren se está evidenciando que ese cambio climático no solo es real, sino que se está acelerando. En los últimos años se han intensificado los devastadores incendios por todo el globo terráqueo; millones de hectáreas de bosques y pastizales se han consumido en muchas regiones de todos los continentes. En estos momentos hay incendios en Siberia, Turquía, California, España. El año pasado se consumieron miles de hectáreas en el “pulmón del mundo”: El Amazonas, y también cientos de miles de hectáreas de las sabanas australianas ardieron por la elevación de los niveles de temperatura y las sequías.
Los científicos ahora ya pronostican que para el año 2040 la elevación global de la temperatura será de 1.5 grados centígrados; por tanto, las sequías serán más extremas, los incendios más aniquiladores de bosques y sabanas. Crecerán las zonas desérticas; la extinción masiva de especies animales y vegetales está a la vuelta de la esquina. Se pronostican hambrunas en zonas más amplias de la Tierra dentro de pocos años.
En 2012, Jeff Orlowski filmó el documental Persiguiendo el hielo, en el que expone, a través del trabajo del fotógrafo norteamericano James Balog, el proceso de derretimiento de glaciares en varias partes del hemisferio norte. Balog, junto a un equipo de profesionales, desde el año 2007 ha colocado 25 cámaras de alta tecnología en lugares en donde se pueden fotografiar los cambios de tamaño de los inmensos bloques de hielo (las colocó en Groenlandia, El Ártico, Alaska y en Montana); durante tres años, esas cámaras captaron con inusitada veracidad la terrible reducción de los glaciares. Para Balog era más importante una demostración fotográfica que los cálculos matemáticos, lo cual le demostró a toda la comunidad científica mundial y a la humanidad entera que los efectos de los gases que provocan el cambio climático no son ninguna invención, son cambios que están alterando artificialmente las condiciones físicas del planeta y cuyos efectos serán terribles para la humanidad.
Este documental es valioso porque aporta con mucha claridad y contundencia lo que está poniendo en peligro a la humanidad.
Orlowski logra un filme que utiliza tanto las desgarradoras imágenes de los desprendimientos de inmensos bloques de hielo como las bellas imágenes del hielo en las regiones boreales.
La conclusión, tanto de Balog como de Orlowski es que “el hombre es el culpable de esta destrucción”, lo cual le quita la responsabilidad al orden social. Un orden basado en la insaciable voracidad por las ganancias, un orden que sirve para que una élite plutocrática acumule y acapare la riqueza social, no respetará nunca a la naturaleza. Estamos a tiempo de revertir el cambio climático, pero se requiere un orden social interesado en que el hombre viva armónicamente con su hábitat.
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Escrito por Cousteau
COLUMNISTA