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Nenis, emprendedoras que sostienen gran parte de la economía
Las nenis son empresarias comerciales que usan las redes sociales para vender todo tipo de mercancías en la región, incluso a nivel nacional.
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Uno de los municipios más golpeados por la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia de Covid-19 ha sido Ixmiquilpan, Hidalgo; pero este episodio amargo ha provocado un fenómeno económico muy alentador: el surgimiento de las nenis, grupo de empresarias comerciales que usa las redes sociales para vender todo tipo de mercancías en la región, incluso a nivel nacional.

Son las seis de la mañana de un lunes. Suena el despertador y María Trejo Hernández, ama de casa y madre de dos hijos de cinco y tres años de edad, inicia sus actividades domésticas y las que realiza para atender su comercio. Desde hace un año, la pandemia la obligó a salir de su casa en busca de un empleo porque su esposo perdió el suyo.

“Mi esposo perdió su empleo como chofer de una combi de la ruta de El Maye, porque el pasaje se restringió y al dueño ya no le salía poner a trabajar algunas de sus combis”, reportó a buzos, entusiasmada con la idea de trasmitir su experiencia personal y la de sus compañeras en la moderna economía informal, que le permite aumentar un poco sus ingresos sin descuidar sus responsabilidades como madre de familia.

Luego de dar el desayuno a su esposo, tomar alimentos ella misma, cambiar y peinar a sus hijos, María prepara su mercancía y sale de casa poco antes de las nueve de la mañana, solo dos horas después de que Rodrigo saliera a trabajar al nuevo empleo que consiguió tras su despido anterior. Con sus dos hijos, pues no hay quién los cuide, toma una combi con dirección al centro de Ixmiquilpan.

Tras un recorrido de poco más de 20 minutos de traslado desde la comunidad de El Maye, María llega al jardín de la Plaza Benito Juárez; y sin descuidar a sus pequeños, baja dos grandes bolsas de mano y una maleta mediana. Luego cruza la calle para buscar el abrigo de los arcos en los emblemáticos portales de Ixmiquilpan.

Ahí encarga sus bolsas y maleta con la señora de los periódicos o con alguno de los comerciantes establecidos. Luego se dirige a una papelería donde, desde hace tiempo, le guardan una mesa de tamaño regular en la que, después de extender un llamativo mantel, coloca los pequeños maniquíes que le sirven para colocar anillos, pulseras, collares y otras mercancías.

Una vez que la mesa queda en el área del jardín principal que ocupa desde hace un año, María coloca y distribuye cuidadosamente sobre ella las mercancías que trae en sus bolsas: cosméticos, paletas de sombra, lápices labiales, rímeles, contornos, iluminadores, esmaltes y gran cantidad de productos para el maquillaje, cuya exhibición deberá atraer la vista de las mujeres que pasarán durante el día por ese lugar.

Cuando su negocio queda debidamente habilitado, María se sienta al lado de sus hijos y se encomienda a Dios para lograr buenas ventas ese día. “Hago una pequeña oración con mis hijos para persignar el día, como comúnmente se dice, para que nos vaya bien”, explica a buzos.

Así trascurre el día, a veces muy soleado o con ligeros vientos; pero María y sus pequeños permanecen en el lugar cubriéndose del frío, el calor y veces la lluvia. “Siempre traigo otra muda de ropa para mis hijos, sea para calor o frío, cobijas y otras cosas que nos sean útiles en caso de ocuparse, como una pequeña colchoneta para colocar debajo de la mesa y que se recuesten los niños en caso de que quieran dormir o simplemente descansar la espalda”.

María no se olvida, por supuesto, de los alimentos y siempre lleva agua, jugos, fruta picada, galletas, algún guisado que no se eche a perder y una que otra golosina para sus niños. “En ocasiones también compramos la comida con una señora que tiene su puesto en el mercado y viene a ofrecernos a un precio accesible”, nos cuenta.

La Plaza Juárez es uno de los sitios más transitados de Ixmiquilpan; ahora, María solo tiene que esperar a que las mujeres que pasan por ahí se sientan atraídas por sus mercancías o a que las chicas que ya la habían contactado mediante su página de Facebook, Cosméticos M, vayan a recoger los productos que le encargaron.

 “Creé mi página para subir fotos y videos de mis productos y ofrecerlos a muchas personas. De ahí que muchas mujeres, jóvenes en su mayoría, me contacten y me pidan productos que vienen a recoger el día estipulado”, contó y confió a buzos que el gran alcance de las redes sociales le ha generado clientas, incluso de los estados de México y Querétaro, quienes “me compran una cantidad considerable y se las envío a través de correos de México”.

 

¿Quiénes son las nenis?

El grupo social conocido como las nenis está formado principalmente por mujeres que, como María, buscaron en el comercio una oportunidad para obtener ingresos complementarios para sus familias; en unos casos iniciaron esta actividad motivadas por la pérdida de empleos propios o de sus esposos; y en otros, para sus estudios.

El término neni se viralizó luego de que las emprendedoras utilizaron su sentido afectivo para generar confianza y proponer un trato amable a sus clientas mediante el uso de mensajes como los siguientes: “nenis, hoy abro pedido”, “nenis, entrego en punto medio”, “nenis, atentas a la publicación”, “nenis, mañana álbum nuevo”.

Estas frases desencadenaron un movimiento en redes sociales que en breve plazo atrajo tanto a mujeres divorciadas y madres solteras como a estudiantes y trabajadoras en distintas áreas laborales quienes, al margen de las actividades que realizaban, decidieron emprender su propio negocio.

La mayoría inició su actividad comercial con pocas mercancías, pequeños créditos o ahorros individuales o de familia, como el caso de María, quien comenzó vendiendo algunos cosméticos a través de Facebook y, después de ocho meses, logró instalar un puesto de venta en un espacio público de Ixmiquilpan.

En esta ciudad y en otros municipios del Valle del Mezquital, el fenómeno social las nenis ha dado lugar, sin embargo, a interpretaciones equívocas y maliciosas debido al nombre, también a expresiones despectivas y burlonas abocadas a minimizar el éxito de estas mujeres.

El trabajo femenil es fundamental para la economía de México, especialmente en el área de servicios. Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), a causa de los estereotipos de género que subsisten, las mujeres predominan en el comercio (formal e informal), con el 53.7 por ciento, frente al 35.5 de los hombres.

En el rubro nacional, las nenis, mediante sus labores domésticas no remuneradas y las que realizan fuera de sus hogares, aportan el 19.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), según datos del Inegi, con un valor monetario de cinco billones de pesos al cierre de 2019. Sin embargo, solo el 41 por ciento de ellas se cree apta para iniciar un negocio frente al 50 por ciento de los hombres que se considera capaz de hacerlo, según un informe del Observatorio Estratégico de la Alianza del Pacífico (OEAP).

Esto explica por qué en México solo el 8.8 millones de las mujeres tiene un micronegocio frente a los 12.7 millones de hombres, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) publicada por el Inegi en enero de 2021. Dicha institución reveló, además, que al menos 1.3 millones de mujeres han perdido su trabajo en el país durante la pandemia de Covid-19, lo que ha favorecido la proliferación de las microemprendedoras.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señala que en México la brecha salarial entre hombres y mujeres entre 20 y 59 años, que trabajan 35 horas o más a la semana, en zonas urbanas, es del 6.2 por ciento.

 

La pandemia aumentó el comercio informal

El Ayuntamiento de Ixmiquilpan dio a conocer que el confinamiento provocado por la pandemia de Covid-19 propició un incremento considerable del comercio informal en el que las mujeres tomaron la batuta en la creación de varios negocios mediante el uso de las redes sociales.

Este fenómeno se ha observado no solo en el jardín principal de la ciudad, sino también en otros lugares públicos como el atrio de la Parroquia de San Miguel Arcángel que colinda con la Plaza Benito Juárez donde, de lunes a sábado, más de 20 nenis instalan sus puestos de mercancías de todo tipo, algunas usadas o nuevas, entre las que predominan los productos importados de Estados Unidos.

Se colocan en las jardineras y bajo los árboles para cubrirse del Sol. Unas abren sus bolsas y maletas para exhibir los artículos y prendas de vestir y esperar ser vistas por los transeúntes; otras hacen lo mismo con las clientas con quienes concertaron sus ventas por redes sociales.

“Para nosotras esto comenzó con la intención de buscar unas monedas qué llevar a casa para apoyar la difícil situación que atravesamos, ya sea por la falta de empleo, por la pérdida de éste, la situación tan difícil de la pandemia o por no trabajar y no tener dónde dejar a nuestros hijos. Poco a poco vimos que funcionaba y ahora es ya un trabajo del que se ven resultados, además de que nos hace sentir útiles “, aseguró Lourdes Barrera.

“Aquí vienen clientas únicamente para recoger las prendas o zapatos que ya apartaron en nuestras páginas de Facebook o por grupos de WhatsApp. Pero también vendemos a las mujeres que pasan por aquí y que se sienten atraídas o curiosas por lo que vendemos. Algo les gusta, se acercan, ven el precio bajo y lo adquieren. Luego regresan”, contó Berenice Hernández.

Para las nenis, un buen día de ventas es el que aporta ganancias de más de 500 pesos. “Esta cantidad obtenida en seis horas, que es el tiempo promedio que permanecemos aquí, es muy buena en verdad, porque hay muchos que son empleados que trabajan 12 horas diarias y les pagan solo 250 o máximo 200 pesos. Aquí no tenemos jefe, ni horarios y podemos ver a nuestros hijos”, coincidieron nuestras entrevistadas.

Sin embargo, la tercera ola del SARS-COV2 con su variante Delta, cepa más contagiosa y agresiva, afectó mucho a este sector socioeconómico de Ixmiquilpan, uno de los municipios más golpeados por la pandemia y considerado con mayor riesgo sanitario en Hidalgo debido al alto número de casos positivos.

Ésta fue la razón por la que la alcaldesa Araceli Beltrán Contreras, durante julio y agosto de este año, ordenó el cierre de negocios y acordonó el acceso a los espacios públicos del centro de la ciudad, entre ellos los que vierten a la Plaza Juárez y al atrio de San Miguel Arcángel, donde se colocan las nenis.

La clausura duró cerca de un mes y provocó la molestia y preocupación del grupo de mujeres comerciantes, quienes perdieron buena parte de sus ventas diarias, a pesar de que siguieron ofreciendo sus productos a través de las plataformas de redes sociales. En ese lapso dejaron de vender cerca de 300 pesos diarios, cifra que multiplicada por 28 días –la veda integral de julio y agosto– representó una pérdida total de ocho mil 400 pesos.

“No es que no comprendamos la situación tan complicada que se vive, o que no nos importe, sino que a veces el gobierno no es justo ni congruente; porque para una parte de la población es estricto, pero para otros, no”, afirmó Valeria Pérez, quien hizo referencia a los balnearios y parques acuáticos de Ixmiquilpan, que no dejaron de abrir y recibieron a cientos de turistas en ese mismo periodo.

Después del 16 de agosto se instalaron nuevamente en el jardín central y en el atrio de San Miguel para efectuar habitualmente sus actividades comerciales, que desde entonces ejercen cumpliendo con las medidas sanitarias ordenadas por las autoridades para garantizar tanto su salud como las de sus compradoras y los visitantes.

Las nenis somos un grupo de mujeres que lejos de quedarnos en casa a expensas de ver quién nos daba algo, decidimos emprender nuestro propio negocio, trabajando duro, ganando clientas, ofreciendo lo mejor; y gracias a eso hoy somos miles de mujeres que, orgullosas, pertenecemos a este movimiento de emprendedoras, que seguro dará para más y por mucho tiempo”, señalaron.


Escrito por Nancy Aranda

Colaboradora


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