Michoacán se convirtió en el segundo estado más violento del país, porque acumula más de 500 víctimas de homicidio doloso en enero-febrero de este año, cifra superior en 64 por ciento respecto a la que se registró en 2019. Hoy, la violencia en la entidad, gobernada por Silvano Aureoles Conejo solo es superada por Guanajuato y está encima del Estado de México (Edomex), Chihuahua, Baja California y Jalisco.

Pero la entidad no solo es asolada por las acciones de alto impacto ejecutadas por los grupos del crimen organizado, sino que, además, la delincuencia común –carteristas, ladrones, farderos, robacoches, etc.– ha incrementado sus actividades debido al desempleo generado por las crisis sanitaria y económica provocadas por la pandemia del Covid-19, según los especialistas.

A pesar de que el Centro Histórico de Morelia cuenta con el mayor número de policías en el área urbana para brindar más seguridad a sus visitantes, entre el domingo cinco y el lunes seis de abril se registraron cinco robos a negocios en cuya comisión destacaron el uso de la violencia y la intimidación con armas de fuego y objetos punzocortantes.

Alfonso Guerrero Guadarrama, presidente de la Asociación de Comerciantes y Vecinos del Centro Histórico de Morelia (Covechi), denunció que la inseguridad en esta área de la capital michoacana no es cotidiana, pero tiene un impacto muy negativo entre los comerciantes y los prestadores de servicios turísticos.

El ingeniero industrial Héctor Ulises Cortés, quien tiene un negocio en la calle Matamoros y la plaza del templo de San Agustín, situada a solo una cuadra de la catedral de Morelia, desde hace años ha sido testigo personal e indirecto –vía cámaras de seguridad– de frecuentes atracos de toda índole y de la presencia de algunas personas que utilizan esa avenida para consumir drogas.

“Las cámaras se pusieron porque la calle es muy insegura y para tener un cierto control, no tanto por los clientes, aunque igual se aprovecha, pero más que nada porque la calle es muy insegura. La plaza o el área donde estamos es un lugar de mucha drogadicción y más que nada de robos. Hasta la fecha nunca me han robado, pero las cámaras sí han detectado muchas cosas; han llegado personas pidiéndonos videos o checarles las cámaras porque les robaron el carro o se los abrieron, cosas así. Sí, pasan esas cosas”, narró a buzos.

Además de las cámaras de video, el ingeniero Cortés contrató anteriormente un servicio de seguridad privada, que al principio resultó bueno; pero con el paso del tiempo, sus visitas de vigilancia fueron reduciéndose al mínimo y tuvo que cancelarlo.

“El agrupamiento de seguridad ya lo cancelamos, cuando recién lo contratamos estaba bien porque había un chavo que sí hacía su trabajo, pero ya después el servicio fue deficiente. Para cobrar sí se aparecían, pero ya últimamente solo venían una vez o cada tercer día para saber cómo iban las cosas. Fue por eso que se canceló”, explicó.

“Se van directo a tu cartera”

Desde hace varios años trabaja en el Centro Histórico de Morelia como cuidacoches o “viene, viene”. Le dicen El Güero y ha sido testigo de muchos sucesos, entre ellos de un incremento importante en el número de robos y asaltos, y cuál es hoy el principal objetivo de éstos, a diferencia del pasado reciente.

“Está redifícil la situación y yo le digo una cosa: cuídese. Por mi trabajo conozco gente que está asaltando a los que pasan por aquí, pero ya no quitan celulares, relojes o alhajas porque las casas de empeño están cerradas. Ya se van directo a las carteras o al efectivo como tal. Hay gastos y acá nomás no hay gente como antes; no se alcanza a sacar para la familia y para los servicios que se tienen que pagar de la casa”, comentó.

El Güero reveló a este semanario que varias veces ha llamado a través de las líneas telefónicas publicadas por el gobierno para solicitar la entrega de una despensa alimentaria, pero que su petición no ha sido escuchada hasta la fecha:

“Dicen que el gobierno estatal y municipal dan despensas. Investigué y supe que la tenía que pedir por llamada, hablé al 911 para pedirla, pero no me contestaron; luego, cuando volví a marcar, las líneas estaban saturadas. Estuve cinco días intentando y nada. Investigué y di con otro número a través del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), hablé y me dijeron que ahí no es. Me pasaron otro número pero no me contestan. Ahora sí que no todos tenemos la suerte de tener una despensa de ésas; quien sabe por qué. Sí, he visto a policías entregando pero me dicen lo mismo, que la pida por teléfono, que así no me la pueden dar. Pues me gustaría llevar una a mi casa; la necesitamos”.

Robos de “fardos” y automóviles

En Morelia se ha vuelto común el robo efectuado por mujeres que individualmente o en grupo visitan centros comerciales donde hurtan prendas, celulares, joyas u otras mercancías que ocultan entre las cobijas de un bebé en brazos o entre sus mismas ropas para pasar desapercibidas. Las llaman “farderas” o “falderas”.

La compañía Alto México, que combate los robos en establecimientos comerciales, reveló que una de cada 12 personas que ingresan a una tienda de autoservicio lo hace con esta intención y que en uno de estos centros, se han llegado a reportar hasta 80 robos.

Excajera de una tienda de conveniencia situada en la avenida principal de Morelia, la señora Elizabeth Santillán, informó a buzos haber sido en varias ocasiones víctima de este tipo de robos a manos de estas personas:

“Los de seguridad ya las tienen ubicadas; por los radios alertaban y pasaban a decirnos que estuviéramos pendientes porque había llegado un número de equis personas y su descripción… la forma de trabajo de ellas, al menos en esa tienda, normalmente ha sido con imanes; ahí todos los productos a la venta se censan y le quitan los imanes a las prendas o lo que se roban, para que no suenen al momento de salir; además me imagino que traen como una especie de resortes en el cuerpo o algo porque es donde se meten la mercancía y caminan normal. En realidad, uno no se percata de que traen adentro tantas cosas”.

La señora Elizabeth explicó que a pesar de que los robos en una misma tienda no son diarios, se repiten con alguna periodicidad tanto en tiendas grandes como en pequeñas.

“Al momento de salir, los de seguridad las llevan a un lugar aparte donde las revisan y le hablan a la policía municipal o estatal y éstos de las llevan; pero después las liberan y reinciden en lo mismo. La historia se vuelve a repetir una vez tras otra… Andan en todas las tiendas, así como entran a tiendas departamentales, entran también a los locales pequeños o medianos”.

Michoacán ocupa el octavo lugar a nivel federal en vehículos robados con un total de 19 mil 221 casos a la fecha, según un informe del 11 de mayo de 2020 del gabinete de seguridad.

Es común que los delincuentes esperen las altas horas de la noche o la madrugada, cuando hay menos vigilancia de las autoridades de seguridad, para robar en el centro u otras áreas de nivel social alto de Morelia. Sin embargo, en el caso del robo de automóviles, esa práctica ya no importa, y ahora en el Centro Histórico están despareciendo en horarios de oficina.

Minerva Hernández ha sido dos veces víctima del robo de automóviles en el Centro Histórico. La primera en la ya citada calle Matamoros y la segunda en Morelos Sur, a unos metros de la avenida Lázaro Cárdenas. Minerva contó a buzos cómo fue que le robaron su auto a solo unos metros de su trabajo:

“El robo de autos es común en el centro. La primera vez que me pasó fue en la calle Matamoros, la que baja del templo de San Agustín, la que además de sucia es muy delictiva. Trabajo cerca de ahí desde hace años y siempre ha sido una calle muy fea y pesada, puesto que además de hurtos la gente la utiliza como baño público o para drogarse.

“Cuando me robaron el carro eran aproximadamente las 12:00 de la tarde y lo vi, salí para ver qué había ocurrido; le llamé a mi esposo y me llevó enseguida al Ministerio Público a levantar la denuncia correspondiente. Ese proceso fue muy cansado, pues salimos de ahí ya noche porque no nos atendían y nos dieron largas.

“La segunda vez estacioné el carro en la calle Morelos Sur, en el centro; fui a comprar unas cosas a la avenida Lázaro Cárdenas y cuando llegué ya no estaba. Muy frustrante puesto que llega un punto en el que dudas dónde lo dejaste o si es la calle o el lugar correcto. Esa vez afortunadamente lo encontraron en la madrugada, pero desafortunadamente se llevaron una camioneta que estaba estacionada donde dejaron mi coche; se llevaron los patines de mis hijas que traía en la cajuela, una cobija de bebé, juegos de mesa de ellas que dejaba en el carro para que no se aburrieran cuando me las llevaba al trabajo; un álbum de fotos que cargaba mi niña la chiquita y el gato hidráulico.

“Aplaudo lo hermoso de mi ciudad y del centro, su cultura y lugares con historia; aplaudo que el municipio haya metido más elementos policiacos, pero ¿de qué sirve si hay zonas en donde se hacen de la vista gorda y fingen que todo está bien, simulando no haber problemas?

“No he sido la única víctima de robo en el centro. También hay muchos asaltos a personas saliendo del banco y si bien les va les quitan el dinero y si no hasta un balazo o navajazo con riesgo de que fallezcas o no tengas para una cirugía”, destacó Minerva.

Te amagan, somete y te roban

El Centro Histórico de Morelia, de acuerdo con cifras de la Fiscalía General de Michoacán (FGM), está en primer lugar en incidencia de robos, seguido de las colonias Félix Ireta, Ventura Puente, Vasco de Quiroga, Chapultepec Sur y Oriente, Nueva Chapultepec, Villas del Pedregal y Ciudad Industrial.

En la calle Abasolo, en el centro, frente a las oficinas del Servicio de Administración Tributaria (SAT), órgano descentralizado dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), un negocio de celulares fue asaltado por dos hombres y una mujer, que amagaron al encargado del negocio, lo sometieron y lo ataron mientras efectuaban el atraco.

De acuerdo con un informe oficial, acudieron elementos de la policía de Morelia, que acusaron a los asaltantes por portación de armas de fuego, amenazaron al afectado, lo sometieron, lo ataron y lo encerraron en el baño, para después llevarse cerca de 50 mil pesos en efectivo y varios celulares. Posteriormente hubo operativo policial que no produjo ninguna detención.

El ascenso en los problemas de inseguridad pública y las actividades delictiva afectan el funcionamiento y el crecimiento de los negocios, más desempleo, menos consumo y gravitando onerosamente en la economía de la mayoría de las familias, en particular a las más vulnerables, y el tejido social michoacano.

De acuerdo con Manuel Sánchez González, quien difiere de los analistas que ven la incidencia delictiva como un problema independiente de la economía, “la inseguridad está íntimamente relacionada con la economía, en particular la delincuencia y la violencia pueden inhibir la producción de bienes y servicios y son un serio impedimento para el mayor vigor económico”.

A pesar de las buenas acciones sociales que la población michoacana implementa para ayudar a quien menos tiene mediante el reparto de despensas, comida gratuita y apoyo económico, esto no es suficiente para una prevención de robos o baja delictiva.

En efecto, a raíz de la crisis económica generada por el Covid-19, la reducción de salarios de muchos empleados y la pérdida de empleos –a mediados de abril se habían contabilizado 346 mil 878 en todo el país– en Michoacán se percibe una mayor inseguridad.

Luis Ángel Monroy Gómez Franco, economista del Colegio de México, explicó que “cuando existe una desaceleración económica o una contracción, hay un incremento importante en la tasa de desempleo y uno mayor en la informalidad porque las empresas reducen operaciones, personal o incluso algunas cierran”.

El investigador añadió que aunque no hay una relación directa entre pobreza, desigualdad y empleo, sí hay “una correlación fuerte del desempleo con robos a persona, casa, autos, negocios y extorsiones”.