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La cultura vuelve a estar en el centro de la disputa mundial.
La Espartaqueada Cultural lleva cultura y transformación espiritual del pueblo de México.
Ciudad de México. La cultura vuelve a estar en el centro de la disputa mundial, porque es objeto de persecución rabiosa por parte de Estados Unidos, cuyos gobernantes hablan de libertad de expresión y de prensa, de manifestar las ideas, pero ahora persiguen a la cultura rusa como una forma de combatir a Rusia y afianzar su dominio mundial; afirmó el líder nacional del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, en el marco del desarrollo de la XXI Espartaqueada Cultural de la organización.
Los actos de censura de EE. UU. no están lejos de la política de Hitler, el episodio más trágico contra la cultura mundial, cuando fueron quemadas bibliotecas enteras y se persiguió a autores, pintores y científicos, antes de su escalada militar; por eso es urgente la defensa de la cultura mexicana, dijo.
Al señalar a la cultura como un retrato que “habla de lo que es un pueblo, de lo que sueña hacer en el futuro, como sociedad, que aspira a un mayor bienestar para todos”, el líder social reconoció que a través de la cultura se puede transmitir un mensaje de su identidad, un mecanismo de entendimiento y unidad entre los pueblos del mundo al permitir “comprender los anhelos, deseos y metas históricas que persiguen otros pueblos”.
Por ello, condenó el clima de persecución contra los músicos, literatos rusos y periodistas como Inna Afinogenova, en una serie de medidas contra Rusia por su intervención en Ucrania para la defensa de ciudadanos del Donbass. Ante estos actos de censura, el luchador social los calificó como una verdadera batida contra la cultura rusa y todas sus manifestaciones y fascismo puro, “aunque le llamen defensa de la libertad, no es ninguna exageración, son fascistas los que están llevando esta campaña contra la cultura rusa”.
Relató cómo Hitler al llegar al poder, en 1933, en uno de sus primeros actos ordenó el incendio del Parlamento Alemán, un edificio hermoso, que tenía rasgos de cultura griega, árabe, detalles de la cultura de pueblos inferiores, según él, para que el Reichstag impusiera nuevos edificios afines a los criterios estéticos de su régimen. Posteriormente, el segundo acto fue atacar a la literatura y a la pintura. La obra de ensayistas, científicos, literatos contrarios a la doctrina nazi, a los que veía como obstáculo para la difusión de sus ideas, de autores como Thomas Mann, Proust, Émile Zola, entre otros exponentes, sus libros fueron quemados para que el pueblo alemán ignorara todo lo que se había escrito antes de su tiempo.
De esta forma exponentes de la pintura como Picasso, Van Gogh o científicos como Albert Einstein, también fueron perseguidos por ser exponentes de la cultura que buscaba ser acabada por el nazismo, “tendiendo las bases para llevar después, sin estorbos, sin oposición, el plan de los nazis que era conquistar al mundo mediante la guerra, la aniquilación, el asesinato masivo de los pueblos, incluidos los anglosajones.
Por ello, dijo, la semejanza entre lo que hizo Hitler en Alemania y lo que está haciendo Estados Unidos en el mundo y contra Rusia se debe a que los propósitos son los mismos, el dominio mundial, “están quemando una cultura distinta a la que les conviene; si dejan que esa cultura circule, si dejan que la gente reciba la literatura, música, teatro y ballet rusos, ésta “se va a convencer o cuando menos va a comenzar a sospechar que los rusos no son los monstruos que dicen que están comiéndose vivios a los ucranianos, porque un pueblo de monstruos y un tirano como dicen que es Vladimir Putin, no producirían una cultura tan alta, tan refinada, tan valiosa y tan bella como es la cultura rusa. Nos están cerrando una ventana que es la cultura rusa”.
Precisó que en el mundo entero se habla de la manifestación espiritual como algo distinto de su actividad corporal, biológica, física, estableciendo una división entre lo corporal y lo espiritual; sin embargo, todas las manifestaciones del pensamiento, del arte, de la música, y cualquier expresión, si se profundiza, se encontrará que hay una realidad material, se encuentran los intereses fundamentales del hombre y la sociedad que, a través de la cultura, adquieren una expresión bella, que la hace totalmente diferente de la actividad material.
La cultura de los pueblos es una forma sublimada y tratada artísticamente de los problemas, emociones, tristezas, alegrías, sueños y de otras sensaciones de la vida del hombre, que se reflejan y brotan de la vida material y de los avatares que el hombre goza o padece de esa vida material. Son una manifestación de la forma social y de las características positivas de la vida material, económica, política, civil, de todas las sociedades del planeta.
La cultura también es una manera de identificar su pueblo, su lengua, su raza, identificar los problemas de la vida material de esos pueblos, por eso, al ser conocidos por otros pueblos, puede despertar su cariño y comprensión, pero, sobre todo, el respeto recíproco, entre las diferentes naciones. Conocer su cultura le permitirá al pueblo mexicano identificarse con un sueño común, cuyo desconocimiento encierra varios peligros para la unidad nacional. Por ello también lamentó la poca difusión cultural del arte mexicano entre los pueblos del mundo, de una cultura vasta, inmensa en el tiempo, rica y variada e inmensamente bella.
Al cuestionarse por qué no se hace trabajo cultural con el pueblo de México y con los pueblos del mundo, Córdova Morán lo atribuyó a que los gobernantes mexicanos ignoran el papel fundamental de la cultura en la identificación y hermanamiento entre los pueblos de la tierra. “Antorcha sí lo comprende, por eso trabajamos en la cultura y se hace con mucha convicción, porque sabemos que estamos haciendo patria, solidaridad, unidad, hermandad, fraternidad y cooperación entre los mexicanos y que algún día podremos lanzar nuestro mensaje cultural a todos los pueblos de la tierra para que conozcan y apoyen al pueblo mexicano”.
Por tal, llamó a defender la cultura, porque es el momento de defenderla, porque no se puede luchar solo contra los ataques hacia la cultura rusa, pero sí se puede defender la mexicana, “defenderla para que sea vehículo de solidaridad, carta de presentación ante el mundo entero para evitar que mañana un nuevo Hitler ataque a México diciendo que los mexicanos somos unos comeniños”. Es por eso que se realizan esfuerzos como la XXI Espartaqueada, que tiene el objetivo de llevar cultura, entretenimiento, transformación espiritual del pueblo de México. La mayor cita cultural del antorchismo se desarrolla de manera virtual a causa de las medidas por la pandemia de Covid-19, una cita que reunía a miles de personas en Tecomatlán, buscando llevar a los mexicanos cultura y por lo tanto también bienestar individual.
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Escrito por Redacción