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La crítica social en Íñigo López de Mendoza
En este poema se aprecian varias características de la poesía de López de Mendoza: el lenguaje llano
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Hombre de armas y letras prerrenacentista, el español Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana (1398-1458) sigue la tradición cortesana de escribir por encomienda obras de carácter didáctico destinadas a la educación de la nobleza; por encargo del Rey Juan II y ajustando las ideas a la preceptiva en boga, escribe las siguientes octavillas o coplas de pie quebrado (ocho versos de arte menor en los que se alternan octosílabos y tetrasílabos). En este poema se aprecian varias características de la poesía de López de Mendoza: el lenguaje llano, la ausencia de rebuscamiento, la naturalidad, que da mayor encanto a la idea y una estilización de la poesía popular en la que recurre a personajes históricos y a préstamos lingüísticos del latín, el francés y el italiano.

DE LIBERALIDAD Y FRANQUEZA

Usa liberalidad

y da presto,

que del dar, lo más honesto

es brevedad;

mesura la calidad

de quien darás,

y vista, no errarás

en cantidad.

Alejandro con franqueza

conquistó

la tierra y sojuzgó

su redondeza;

pues de Tito su largueza

valerosa

le da fama gloriosa

de nobleza.

El pródigo no me place

que se alabe,

ni punto se menoscabe

quien bien hace;

verdad es que desplace

la pobreza

y mucho más escasea

donde yace.

Socorrer al miserable

es oficio,

y no lo hacer es vicio

detestable;

pues del ánimo notable

no se piensa

ni se espera tal ofensa

retractable.

Conocida es la virulenta enemistad entre el Marqués de Santillana y el Condestable Álvaro de Luna (1390-1453); con motivo de su ajusticiamiento público, tras caer en desgracia, López de Mendoza escribió los dos poemas siguientes, en los que emplea la sátira social en un sentido moralizante, haciendo ejemplo de los vicios de su enemigo para edificación de las siguientes generaciones. El primer poema comienza con un pareado (estrofa de dos versos) y se desarrolla luego en dos octavillas. En él establece un doble sentido con el apellido del Condestable, pues la Luna, con ser alta, no alcanzará nunca el resplandor del Sol, astro Rey que ha vencido al personaje, caído en desgracia del monarca.

COPLAS A LA CAÍDA DE DON ÁLVARO DE LUNA

De tu resplandor, ¡oh, Luna!,

te ha privado la fortuna.

¡Oh luna más luminosa

que la luz meridiana,

clareciente, radiosa,

prepotente, soberana!

Tu claror universal

por el mundo era sonado,

un ser atan prosperado

no vio hombre terrenal.

¡Oh Luna que en toda España

los tus rayos trascendían!

De tu admirable hazaña

infinitos departían;

tu prolongado durar

no se halla por historia,

ni por antigua memoria

se podría memorar.

En el segundo poema acusa al Condestable de haber acumulado tesoros y propiedades a costa del despojo y la rapiña; y reitera que todas estas riquezas y poder en nada aprovecharon al citado personaje, a quien hace lamentar el tiempo perdido en acumular plata, joyas, oro y seda y en haberse dejado engañar por el pecado de la avaricia.

DOCTRINAL DE PRIVADOS

Vi tesoros ayuntados

por gran daño de su dueño;

así como sombra o sueño

son nuestros días contados;

y si fueron prorrogados

por sus lágrimas a alguno,

de éstos ya no vemos uno,

por nuestros muchos pecados.

Abrid, abrid vuestros ojos,

gentíos, mirad a mí;

cuanto vistes, cuanto vi,

fantasmas fueron y antojos;

con trabajos, con enojos

usurpé tal señoría,

pues si fue, no era mía,

mas indebidos despojos.

Casa a casa, ¡guay de mí!,

y campo a campo allegué;

cosa ajena no dejé,

tanto quise, cuanto vi.

Ahora, pues, ved aquí

cuánto valen mis riquezas,

tierras, villas, fortalezas,

tras quien mi tiempo perdí.

¡Oh, hambre de oro rabiosa!,

¿cuáles son los corazones

humanos que tú perdones

en esta vida engañosa?

Aunque harta querellosa

eres en todos estados,

no menos a los pasados

que a los presentes dañosa.

¿Qué se hizo la moneda

que guardé para mis daños

tantos tiempos, tantos años,

plata, joyas, oro y seda?

Pues de todo no me queda

aun lo de este cadahalso;

mundo malo, mundo falso,

non es quien contigo pueda. 


Escrito por Tania Zapata Ortega

COLUMNISTA


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