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El nueve de mayo de 2022 dejaba este mundo material el poeta, periodista y diplomático José Franco, nacido en 1936 y conocido como ElPoeta de la Patria en su natal Panamá. Su ideario antiimperialista y su defensa de la soberanía de su país lo llevaron a participar, en 1972, en la comisión redactora del Proyecto de la Constitución Política de Panamá en calidad de miembro principal. A lo largo de su trayectoria recibió numerosos premios y distinciones.
En su obra poética figuran Panamá defendida (1954); Sollozos anónimos (1955); Patria de dolor y llanto (1961); Cantares a la Revolución (1972); Poemas a mi Patria (1975); Semilla en flor (1973); Horas testimoniales (1976); Patria sagrada (1974); Dormir con los muertos (1974); Coplas y fábulas a Pelusa (1977); Una cruz verde en el camino (1979); La sangre derramada (1984) y La Luna entre los pinos (1997).
César Young Núñez, en la Revista Nacional de Cultura (Panamá, 2010) señala que Panamá Defendida es la obra de José Franco “donde en forma vigorosa y apasionada se funden la historia y la patria (…) cuando se publica este libro, la nación panameña atravesaba el periodo álgido de la lucha por su soberanía en la Zona del Canal de Panamá. Es quizá el libro más importante que se escribe en esta coyuntura histórica y encarna solitario la entereza y la elocuencia del ideal nacionalista (…) Este poema le dio coherencia y sentido a una esperanza largamente acariciada por el pueblo panameño de poder recuperar la zona canalera cuya devolución los norteamericanos habían sistemáticamente aplazado, amparados por una cláusula leonina.
Estudiantes y sectores del pueblo memorizan y declaman los cinco cantos y el epílogo de Panamá defendida, reproducidos en numerosas publicaciones, traducidos al ruso, chino e inglés, musicalizados y grabados por famosos cantantes del folklor panameño. Emotivo repaso de la historia de su país, el poema recorre las etapas precolombina, del descubrimiento, la conquista y sus nefastas consecuencias, el nuevo coloniaje, que trajo para el pueblo la construcción del Canal de Panamá. De este bellísimo y extenso poema compartimos hoy fragmentos del Canto V y del Epílogo.
Patria mía,
cuántas veces
tus horas
son horribles cloacas,
oscuros pozos
de miedo estremecido.
¡Cementerios de tristes excrementos!
Te miro a veces, Patria,
como un túnel
de cruces y burdeles,
como un golpeado muro de cantina.
Espectros insaciables
cual brujas mitológicas,
chupan tu sangre pura,
cortan tu sangre humilde,
tus manos temblorosas como pétalos.
(…)
También The Canal Zone
es una brasa ardiendo,
Patria mía.
Si fuera el canal
un sitio dulce,
si fuera un
sendero de alborozo,
si abriera sus compuertas
a la dicha
del hombre sin remilgos;
si la bandera nuestra
tremolara en sus aguas.
Si no decapitaran
la alegría...
iríamos contigo,
saludando,
haciendo un mundo bueno.
Sería el canal un sitio puro,
un eterno vehículo de amor.
Pero la gruta rubia del gold roll
ha sido un cráter sucio
de esputo y pus, de huesos
y carne devorada.
Porque mientras exista un silver roll
de negros y un gold roll de blancos,
y haya un prostíbulo
por cada dólar
que penetre en nuestra tierra,
y los indios se pudran
como tallos
junto a las plantaciones
de banano,
no habrá paz.
Ni habrá fundamentales
regocijos,
ni habrá un mantel de amor
para el dolor antiguo de la patria.
Cuando termine la tristeza, cuando
no haya mendigos y haya frutos, cuando
sean las horas joyeles de alegría
y la leche no falte en los manteles,
cuando no se lastime la ternura
de las recién paridas madres jóvenes,
y los ríos extraños busquen sitios
a sus banderas de aguas amorosas,
cuando los barcos –islas errabundas del
pueblo universal– lleven la paz;
seguiremos creyendo en tu memoria.
Oh, mi país amado,
Panamá.
Lirio continental,
sutil aroma ungido
al pórtico de América.
Te han golpeado
hasta en tus oquedades,
Patria mía.
Antaño fusilaron
tus indios,
los solemnes atabales,
los tambores
del adiós sin retorno.
Más tarde
fue molienda tu cintura,
jazmín heroico
tu ombligo asesinado.
Aún te siguen golpeando,
Patria mía.
Sin embargo,
mañana serás júbilo,
podré mirarte alegre,
oler tu casa limpia,
sentir la aurora libre
sobre tu patrimonio.
Junto a tu corazón,
mañana, te lo juro,
cantaremos un himno
por la vida.
La decisión del país latinoamericano es una respuesta a las presiones de la administración del presidente Donald Trump para que rompa relaciones con China
La voz sobre la muerte es el título que da Regino Pedroso al último de los quince cantos de Más allá del mar, moderna epopeya en la que el héroe es el proletariado latinoamericano.
Su obra poética sufrió el injusto desdén de la crítica contemporánea, entre cuyas figuras destacaba Octavio Paz.
El árbol, como abstracción, es un elemento infaltable en todos los monumentos literarios de la antigüedad.
La epopeya del Morro (1899) es el título de un extenso poema heroico del peruano José Santos Chocano (1875 - 1934)
Escritor, dramaturgo y periodista, Vicente Alemán, más conocido por el seudónimo literario de Claudio Barrera.
Son 15 los cantos de Más allá canta el mar, la extensa epopeya latinoamericana de Regino Pedroso.
Carlos Marx enseña que la anarquía de la producción es una de las principales leyes del sistema capitalista y conduce a la sobreproducción de mercancías hasta ocasionar una crisis económica.
Panamá es para el Comando Sur de Estados Unidos (EE. UU.) sólo una extensión de su territorio; desde él, mediante el uso de su vía interoceánica, espía, socava, agrede e impone pactos militares a otras naciones de América Latina.
La segunda aparición de esta obra maestra también fue malinterpretada, creyendo algunos adivinar la ruptura del poeta con el modernismo.
Casa con dos puertas, del último poeta modernista mexicano, Enrique González Martínez (1871-1952) es una metáfora reiterada.
Feminista en el Siglo XIX, insumisa, revolucionaria y comprometida con las causas sociales a que asistió en su prolongada existencia, Laura Méndez de Cuenca (1853-1928) fue una traductora, académica, periodista, educadora y multidisciplinaria escritora mexicana.
La Zona del Canal, posesión yanqui “a perpetuidad”, simbolizaba la injerencia imperialista.
Luchó toda la vida por su patria cubana desde la trinchera de las letras.
El cuatro de septiembre de 1947 fallecía en su exilio permanente en la Ciudad de México, el escritor, periodista y poeta Alfonso Guillén Zelaya.
Escrito por Tania Zapata Ortega
Correctora de estilo y editora.