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El desencuentro político-financiero entre el Congreso y el gobierno de Donald John Trump ha ocasionado el cierre parcial (shutdown) de la administración pública de Estados Unidos (EE. UU.). La primera gran parálisis gubernamental del siglo XXI y su larga duración exhibe la disfunción política del país más poderoso del planeta, además proyecta al mundo su vulnerabilidad nunca antes vista. Detrás de esa medida, que deja sin ingresos a más de 800 mil empleados federales y frena actividades estratégicas, está la exigencia del magnate a los demócratas para que liberen cinco mil 700 millones de dólares (mdd) del Presupuesto 2019 para financiar su más estridente promesa electoral: el muro fronterizo con México.
Desde el pasado 22 de diciembre se cerró el 38 por ciento de la Administración estadounidense debido a la exigencia del presidente Donald John Trump de liberar fondos del Presupuesto Federal para la construcción de las etapas faltantes del muro divisorio entre México y EE. UU. La negativa demócrata en el Congreso ha suspendido la aplicación del Presupuesto 2019 con lo que la parálisis administrativa ya supera el récord de 31 días.
Ante la inactividad, algunas entidades gubernamentales han tenido que despedir, reducir o retirar a su personal. Además han suspendido actividades, servicios públicos considerados no esenciales (como tribunales) y cesado operaciones militares no indispensables. También se han estancado operaciones de agencias reguladoras de bolsa, del fisco, de protección ambiental y en la propia Casa Blanca.
Unos 800 mil funcionarios federales no han recibido salario, de los cuales aproximadamente la mitad han regresado a sus domicilios con licencia y sin goce de sueldo.
Entre los efectos graves del cierre destacan: el Tesoro no publicó en enero la declaración mensual del presupuesto; el Departamento de Comercio no reportó el índice de ventas minoristas ni se difundieron los informes de ventas de casas nuevas, el gasto en construcción y las órdenes de fábricas. Por ello, los analistas han debido recurrir a fuentes alternativas, según Bloomberg.
Por ausencia de agentes de seguridad se decidió cerrar más temprano una de las seis terminales del Aeropuerto Internacional de Miami, el 14o con más actividad en EE. UU. y por el que transitan unos 20 millones de pasajeros al año.
Alegando el cierre parcial administrativo, el 17 de enero, el presidente estadounidense canceló un viaje oficial al extranjero de Nancy Pelosi, su adversaria política, la demócrata y presidenta de la Cámara de Representantes.
Además, 11 miembros del gobierno, el titular de la Comisión Federal de Telecomunicaciones y la jefa del Departamento de Transportes cancelaron su asistencia a la mayor feria tecnológica del mundo, el Consumer Electronics Show de Las Vegas.
Para analistas del banco Wells Fargo, el cierre podría costar al menos dos mil mdd por semana. Al 12 de enero, el paro parcial de la Administración Federal costaba a la economía estadunidense más de seis mil mdd, según la calificadora S&P Global Ratings. “Eso parecería un centavo para la mayor economía mundial, pero es mucho para los empleados que intentan cubrir sus gastos sin salario”, explicó la economista Beth Ann Bovino.
La experta se refería a otro ángulo muy polémico del llamado shutdown. Los legisladores se han enfrascado en un debate para definir quiénes son los empleados públicos que realizan trabajos esenciales en sectores de la seguridad (aeropuertos, fronteras y costas) y quiénes son los prescindibles.
Quienes están en el último escalafón debieron suspender sus funciones y los esenciales ejercen su trabajo, aunque no reciben salario. Los congresistas proponen que empleados esenciales reciban sus salarios “en algún momento después de que el gobierno vuelva a operar totalmente”.
Otros afectados por esta medida son los empleados de firmas contratistas del gobierno estadounidense que no han cubierto los salarios de personal por la falta de pago de las dependencias federales.
Un grave perjuicio de la interrupción administrativa es la falta de información clave para que expertos en economía y finanzas, inversionistas, productores agropecuarios y estrategas de políticas económicas tomen decisiones, advierte el periodista Gregory Meyer.
En el exterior, el cierre de la administración de Trump ha generado también gran preocupación. EE. UU., además de ser determinante en la economía mundial, financia sustantivos proyectos con sus aliados y socios, a grado tal que varios países dependen de esa ayuda. Por tanto, el paro gubernamental les impide recibir y gestionar ingresos.
Crónicas solidarias
Cuando se cumplieron 26 días del cierre, decenas de empleados federales afectados y sus familias recibieron ayuda humanitaria en pleno centro de Washington. Desde la primera semana del shutdown se les han entregado emparedados y sopa preparados por el chef español del grupo asistencial Cocina Central Mundial.
“Si esto dura un mes o dos más, sinceramente no sé qué haremos”, dijo a una agencia europea un empleado público que acudió a un pequeño establecimiento por un platillo caliente. Otra empleada federal en receso urgió: “¡Necesitamos ayuda!”.
Por su parte, una mexicana se impresionó ante la fila de solicitantes de ayuda que llegó hasta la esquina del 701, cerca de la Casa Blanca.
Pequeñas cafeterías ofrecen “cocina de emergencia” para empleados federales que no cobran sueldo. Chefs voluntarios han ajustado su menú a la crisis: sopa de tomate, panecillos con carnes frías, queso con huevo y ensaladas, que oscilaba entre los ocho y 10 dólares, pero desde hace unos días este platillo es gratis.
Los receptores de ayuda integran un grupo heterogéneo: unos usan trajes a la medida y otros van con uniformes de la policía de Parques Naturales o son contratistas del gobierno. A ellos se suman empleados de otras entidades federales.
La solidaridad se extiende a todo el país. Al honrar el legado del defensor de los derechos civiles Martin Luther King Jr., el 21 de enero, decenas de miles de personas marcharon en Denver, Colorado. Tras esa ceremonia, los integrantes caminaron por los barrios donde se reúnen empleados públicos sin salario. Al encontrarlos, los manifestantes les reparten ropa, comida e incluso teléfonos móviles.
Ésta fue la primera vez en 42 años en que la mítica marcha destinó la ayuda recolectada a empleados gubernamentales. Antes se repartía entre personas de bajos recursos, discapacitados o víctimas de violencia doméstica.
“Pedimos a vecinos y amigos donar latas de alimentos, ropa usada en buenas condiciones, así como otros dispositivos que pueden ayudar a los empleados”, indicó el activista de Democracy Now!
Aprovechando la necesidad económica de los empleados federales, la firma de pagos en línea Paypal anunció, el 18 de enero, préstamos sin interés de hasta 500 dólares. Según la corporación, ha reservado 25 mdd para ese fin. “No importa cuál sea tu ideología, de repente 800 mil de nuestros compatriotas están sin salario y hay que apoyarlos”, declaró el delegado de la empresa Dan Schulman.
El enfrentamiento
Analistas del Real Instituto Elcano refieren que, en el pasado, el presidente en turno tenía tal nivel de diálogo con los líderes del Congreso y otros partidos, que incluso les pidió retrasar el cierre hasta después de algún evento internacional relevante.
En contraste, la confrontación entre el huésped de la Casa Blanca y los demócratas en el Congreso ha sido muy fuerte. En respuesta a la decisión de los republicanos de mantener la prohibición migratoria de los dreamers, que afecta a más de 700 mil inmigrantes, los senadores demócratas bloquearon el Proyecto de Ley de Gastos del Gobierno de Trump.
Al cumplirse 25 días del cierre, la Cámara de Representantes rechazó un nuevo proyecto de ley de los demócratas para reabrir la Administración hasta el primero de febrero. Unos 237 congresistas apoyaron el plan, contra 187 que lo rechazaron.
El 20 de enero, los demócratas presentaron otra iniciativa presupuestaria para financiar a las agencias del gobierno hasta el 28 de febrero, cuya aprobación correspondió al Senado, pero el líder republicano Mitch McConnell anunció su negativa si Trump no la apoyaba. A su vez, un grupo de demócratas rechazó negociar con enviados del magnate, un acuerdo que terminaba el cierre.
En ese clima tenso y a 30 días del cierre administrativo, el presidente de EE. UU. cumplió dos años al frente de la superpotencia militar. Sin celebración alguna, Trump lanzó diatribas contra Nancy Pelosi. Al defender su petición de un muro en la frontera sur, afirmó: “No ven el crimen y las drogas, solo ven las elecciones y ellos no las van a ganar”.
Para algunos observadores, Trump impidió el viaje a Pelosi al exterior un día después de que la demócrata le solicitó en una carta que aplazara el tradicional mensaje sobre el Estado de la Unión, previsto para el 29 de enero, hasta que se reabriera el gobierno.
Para el Presidente, Pelosi se comportó irracionalmente y va hacia la izquierda, pues se ha convertido en una demócrata radical. Visceral, Trump critica a la líder de la Cámara de Representantes porque, según él, está “tan petrificada por los izquierdistas de su partido que ha perdido el control”. Y, altanero, le espetó: “Y por cierto, limpie las calles de San Francisco, son desagradables”, en alusión al distrito que Pelosi representa.
Dos días antes, el magnate ofreció a los demócratas extender tres años dos programas de protección a inmigrantes que él mismo canceló en 2018, el de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el Estatus de Protección Temporal (TPS), que facilitan el ingreso al país a ciudadanos con problemas de seguridad en sus países.
Pero los demócratas son reticentes a esa propuesta. “No me creo nada de Trump, pues acabó con la protección a inmigrantes”, sostiene la senadora por Nueva York, Kirsten Gillibrand. Sin embargo, otro demócrata, Bennie Thompson, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara Baja, no descarta que en ciertos casos su partido acepte la valla fronteriza.
Efecto en México
Cuando se cumplió un mes del cierre gubernamental en EE. UU. y los analistas revisaron el efecto que los dos años de presidencia de Donald Trump han tenido en México, advirtieron que la onda expansiva del cierre gubernamental podría provocar una crisis económica en el país. Otros incluso consideran posible una recesión económica en la superpotencia.
De darse ese proceso, la economía mexicana sufriría, ya que el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas va a EE. UU. y el 50 por ciento de las importaciones provienen de ese país, considera Roberto Zepeda, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISEN).
Ese riesgo se acentuaría con el cierre, aunque Trump ha creado 4.5 millones de empleo. Por eso, los expertos advierten que es momento de modificar la relación con EE. UU. en migración, seguridad y comercio.
Y aunque el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha calificado de asunto interno la disputa legislativa por el presupuesto y el muro en el país vecino, para el especialista José Luis Valdés, la neutralidad en política exterior “es el remanso más cómodo para la mediocridad”.
La diplomacia debe ser activa, no de silencios, acentuó Valdés. “No es posible mantener una actitud neutra ante un mandatario que solo se ha posicionado de forma destructiva frente a México. El país debe pronunciarse de forma clara sobre el muro y los migrantes en la frontera”, insistió.
El cierre administrativo también incide en el control del fenómeno migratorio en aquel país. Unos 20 mil agentes de la Patrulla Fronteriza (BP) trabajan sin percibir salario; y hace dos semanas, agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza detuvieron en Arizona la mayor ola de inmigrantes indocumentados. Todos ingresaron por túneles excavados bajo el muro fronterizo de San Luis; otros treparon y saltaron la valla existente y una vez en territorio estadounidense se entregaron a la policía fronteriza.
Cuando la potencia apaga la luz
Se han producido 19 cierres desde 1976. La mayoría han ocurrido en otoño, cuando el Congreso de EE. UU. debate el Presupuesto Federal. Este es el tercer cierre que enfrenta Trump; el primero se produjo en enero de 2018 y duró tres días; el segundo fue en febrero de ese año y duró unas horas.
Inicio |
Fin |
Días |
Presidente |
Partido |
30 de septiembre 1976 |
11 de octubre |
10 |
Gerald Ford |
Republicano |
31 de octubre 1977 |
9 de noviembre |
8 |
|
|
30 de septiembre 1978 |
18 de octubre |
18 |
James Carter |
Demócrata |
30 de septiembre 1979 |
12 de octubre |
11 |
|
|
20 de noviembre 1981 |
23 de noviembre |
2 |
Ronald Reagan |
Republicano |
30 de septiembre 1982 |
2 de septiembre |
1 |
|
|
17 de diciembre 1982 |
21 de diciembre |
3 |
|
|
10 de septiembre 1983 |
14 de septiembre |
3 |
|
|
30 de septiembre 1984 |
3 de octubre |
2 |
|
|
3 de octubre 1984 |
5 de octubre |
1 |
|
|
16 de octubre 1986 |
18 de octubre |
1 |
|
|
18 de diciembre 1987 |
20 de diciembre |
1 |
|
|
5 de octubre 1990 |
9 de octubre |
4 |
George Bush Sr. |
Republicano |
13 de noviembre 1995 |
19 de noviembre |
5 |
William Clinton |
Demócrata |
16 de diciembre 1995 |
6 de enero 1996 |
21 |
|
|
1 de octubre 2013 |
17 de octubre |
16 |
Barack Obama |
Demócrata |
20 de enero 2018 |
22 de enero |
2 |
Donald Trump |
Republicano |
9 de enero 2018 |
9 de enero |
1 |
|
|
22 de diciembre 2018 |
--- |
30 |
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Fuente: Government Report on Shutdowns Gov.
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Escrito por Nydia Egremy
Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.