Muchos de nosotros nos hemos preguntado, en más de una ocasión, ¿por qué aparecen anuncios en su celular sobre lo último que escribió a su interlocutor? Y, ¿por qué al aceptar las cookies de algún sitio de Internet está aceptando que aquél acceda a su galería de fotos, datos personales, documentos y cámara?

De acuerdo con los especialistas en esta tecnología, la humanidad está viviendo en la era del “capitalismo de la vigilancia”; pues grandes empresas como Facebook, Amazon, Apple y Google invaden la privacidad de millones de personas y usan su información confidencial con fines políticos y comerciales para obtener ganancias multimillonarias.

En el planeta habitan actualmente ocho mil 55 millones 605 mil personas, de las cuales cinco mil 837 millones 250 mil tienen acceso a Internet: ¡más de la mitad de la población mundial!

Bernart Arnault, empresario francés, es considerado como el hombre más rico del mundo, con una fortuna de 238.7 mmdd hasta abril de 2023.

Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicado el pasado 17 de julio, calcula que más de mil 650 millones de personas viven en alguna condición de pobreza; es decir, 20 por ciento de la población mundial recibe menos de 3.65 dólares al día; y diariamente debe “luchar para conseguir alimentos”.

Además, según la organización no gubernamental Oxfam, 260 millones de seres humanos pasaron a los umbrales de la pobreza extrema en 2022 debido a la mala gestión sanitaria y económica que sus gobiernos respectivos desarrollaron para enfrentar la pandemia de Covid-19.

Esto ocurrió a pesar de que, en ese periodo, la directoria de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher, hizo esta advertencia: “si no se toman medidas radicales e inmediatas, podríamos estar ante el mayor aumento de los niveles de la pobreza extrema y sufrimiento de la humanidad del que se tiene constancia”.

Durante esa ocasión, Bucher denunció que el panorama desolador propiciado por la pandemia era aprovechado por un “puñado de hombres poderosos que no tienen ningún interés en frenar el problema y están acaparando billones de dólares”.

Entre los multibillonarios que se han beneficiado de la reciente crisis sanitaria y económica destacan Mark Zuckerberg, dueño de Facebook, Instagram y WhatsApp; Jeff Bezos (Amazon), Tim Cook (Apple) y Larry Page (Google).

Solo en 2020, el dueño de Facebook obtuvo ganancias de casi 30 mil millones de dólares (mdd), actualmente su patrimonio es de 38 mil mdd y se le ubica en la posición 16 de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.

En 2022, Facebook tuvo ingresos por 28 mil 882 mdd; y en los primeros tres meses de este año había dos mil 980 millones de personas conectadas a su red, las que hasta entonces le habían aportado más de 23 mil mdd; mientras que Instagram tenía más de 100 millones de usuarios, que hasta 2022 habían pagado 20 mil mdd.

Modelo dominante en política y comercio

La profesora emérita de la Escuela de Negocios de Harvard, Shoshana Zuboff, reveló que hoy “vivimos en la era del capitalismo de la vigilancia. Invaden nuestra vida privada a través de la vigilancia, obtienen datos de comportamiento y consideran que esa cantidad de datos es de su propiedad, así funciona. Es una operación fundamentalmente ilegítima”.

Durante una entrevista de prensa que concedió en 2022, la maestra explicó que el uso de la información de los usuarios en las campañas publicitarias y políticas se ha convertido en el modelo dominante del capitalismo de vigilancia.

“Primero lo hizo Google, después Facebook, luego todo el sector tecnológico. Con los beneficios de la vigilancia, los inversores generan más ganancias y más rápido que con el capitalismo clásico, en el que se comercializan productos y servicios que la gente necesita”, precisó.

Otros “megamillonarios” beneficiados por la pandemia y el uso de datos personales fueron Jeff Bezos, fundador y accionista principal de Amazon, cuyo patrimonio corresponde a 114 mil mdd y es considerado el tercer hombre más rico del mundo, solo un puesto abajo de Elon Musk, (Twitter, hoy SpaceX), con 180 mil mdd; y Bernard Arnult y familia, con 211 mil mdd.

Durante la pandemia, Bezos alcanzaba ingresos por 80 mil mdd mientras cientos de miles de estadounidenses perdían sus empleos. Con dos millones de vendedores de Amazon solo en EE. UU., esta empresa es un socio vital para  minoristas de todo el mundo, quienes la consideran su arteria vital a pesar de que tienen que pagar el 30 por ciento de comisión al gigante online, que en 2019 acumuló, gracias a esto, casi 60 mil mdd.

Bezos ocupa uno de los primeros lugares entre las dos mil 640 fortunas en el mundo; en 2022, Amazon tuvo una ganancia neta de 32 mil mdd y su fortuna personal ascendió a 127 mil 400 mdd.

El año pasado, la marca Apple registró ventas por 400 mil mdd y superó los 365 mil mdd que obtuvo en 2021. En los últimos nueve meses, con Timothy Donald Cook como director ejecutivo, duplicó sus ingresos, al pasar de 358 mil mdd a 2.5 billones. Según Forbes, Cook posee una fortuna aproximada a los mil 700 mdd.

Larry Page, cofundador de Google (cuya matriz es Alphabet) conserva una fortuna de 112 mil mdd, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg, misma que lo convierte en el octavo hombre más rico del mundo. En 2022, Google generó más de 224 mil mdd (casi 80 por ciento de sus ingresos) a partir de sus anuncios, búsqueda, de YouTube, sitios de red, Google play, teléfonos Pixel, YouTube Premium (un segmento de 29 mil mdd) y Google Nube (26.2 mil mdd).

Para Adam Tooze, historiador y economista de la Universidad de Columbia, “una de las causas por las que los dueños de las grandes empresas continúan enriqueciéndose es la evasión fiscal. A los superricos les pertenecen más partes del mundo debido en gran parte a la evasión de impuestos; son los impulsores de la desigualdad. El elemento clave del aumento de la riqueza y los ingresos del uno por ciento más rico… son las élites directivas de estas corporaciones que tienen grandes opciones sobre acciones, una generosa remuneración. Esas empresas exitosas distorsionan la estructura de la sociedad y aumentan la polarización.

Tooze advirtió también que “sin ver lo que sucede en la realidad, los creadores de las gigantes empresas, que han cambiado la economía mundial, aseguran que ‘la industria de la tecnología es una historia de éxito estadounidense.

“Nuestros productos cambiaron el mundo y mejoraron la vida de las personasˮ, decía Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y Meta, dueño de Instagram, en 2018, en una de sus testificaciones ante los comités de investigación de EE. UU.

Ese año también opinó Sundar Pichai, director ejecutivo de Google/Alphabet: “Google quiere desarrollar productos que mejoren las oportunidades para todos, independientemente de dónde vivan, en qué crean o cuánto dinero ganen”.

Sin embargo, este navegador, al igual que Facebook, se dedica al negocio del espionaje para recolectar la mayor información posible de sus usuarios, y crear expedientes personales que les sirvan para definir perfiles psicológicos idóneos a favor de las ventas de sus anunciantes. “Ése es el negocio”, denunció en 2015 Julian Assange, programador y fundador de WikiLeaks, en entrevista para el diario El Mostrador.

Si bien es cierto que vender anuncios no representa ninguna amenaza para la vida, la difusión masiva de ciertos contenidos, como los discursos de odio que con frecuencia se propalan a través de las redes sociales, pueden provocar conflictos sociales de consecuencias impredecibles.

“Cuando los objetivos de beneficio determinan cómo se difunde la información, solo importa la obtención de ganancias, el daño se pierde de vista, y la sociedad paga el precio”, reconoce Marietje Schaake, directora del Centro de Política Cibernética de la Universidad de Standford.

Ley de protección de datos en México

Según el Diccionario de Protección de Datos del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI), la reserva de información individual es un derecho humano que protege a las personas físicas de la posibilidad de que su firma, huella dactilar, nombre y apellidos, identificación fiscal, número de teléfono, experiencia laboral, etc., sean utilizadas contra su voluntad.

Con una población aproximada de 128 millones de habitantes, en 2022, en México había 93.1 millones de personas conectadas a Internet., según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi); y según el estudio Hábitos de los usuarios de Internet en México, editado por la Asociación Internet MX y la firma Knowsy AI, en lo que va de 2023 se ha registrado un crecimiento de 9.3 por ciento de usuarios con respecto a la medida anual de los últimos ocho años.

Es decir, los internautas del país ahora son 96.87 millones; aunque otro estudio asegure que en realidad son 100.6 millones. Internet MX informa, además, que de los casi 97 millones de personas con acceso a Internet (80.8 por ciento de la población), 94 millones tienen alguna cuenta en al menos una red social; esto es, 73.4 por ciento. Facebook es la más usada, con 92.9 por ciento; le siguen WhatsApp (92.2), Facebook Messenger (80.3), Instagram (79.4) y TikTok, con 73 por ciento.

Estos números propician que la información privada de más de la mitad de la población de México sea vulnerada. Además, según el INAI, en el mercado ilegal, estos datos cuestan en el país alrededor de 132 y 235 pesos. Por este riesgo fue que, desde 2010, la Ley Federal de Protección de Datos Personales (LFPDP) regula el empleo de la información privada en poder de las empresas, las cuales pueden manipularla con o sin el consentimiento de las personas.

Las huellas digitales se graban fácilmente en la Internet a través de las computadoras de escritorio o portátiles, en los teléfonos celulares, televisores inteligentes, etc., pero las grandes empresas recaban la mayor cantidad de datos personales. Por ejemplo, en un minuto, Facebook recopila 70 por ciento de la información íntima de los usuarios, red en donde circulan 147 mil fotos y se comparten 150 mil mensajes en promedio.

Instagram recopila 59 por ciento de datos personales en un minuto, ya que en su plataforma se comparten 347 mil historias y se generan 138 mil clics publicitarios. Spotify almacena 35 por ciento de los datos personales; Netflix, 26 por ciento; y Amazon, 23.5 por ciento, según Michelle Severino Vallejos, gerente de ciberseguridad.

Facebook e Instagram, propiedad del multimillonario Mark Zuckerberg, son actualmente las plataformas o redes sociales más populares; priorizan los contenidos audiovisuales de deportes y ocio, los más buscados por los usuarios; les siguen los de contenido político, profesional y religioso.

¿Estas empresas son más poderosas que los gobiernos?

Las compañías de telecomunicación masiva deciden las condiciones con las que se ingresa a su sistema de información y por esta vía recopilan todos los datos personales que desean. Tan solo el holding de Facebook-Meta tenía tres mil millones de usuarios en 2022 gracias a la adquisición de WhatsApp e Instagram.

El Estudio de Protección de Datos 2023, proyectado con base en la Encuesta de Resultados de Seguridad de Cisco, señala que únicamente 32 por ciento de los trabajadores de las empresas mundiales ve como una responsabilidad laboral la protección de datos personales. En México, esta previsión es de 30 por ciento; en Canadá, de 43; Países Bajos, 43; La India, 41; Corea del Sur, 44; Arabia Saudita, 45; y China, cinco por ciento.

¿Para qué usar las redes sociales?

El estudio Digital 2023, efectuado por We Are Social y Meltwater, revela que mantenerse en contacto con amigos y familiares es una de las principales razones por la que el 60 por ciento de los usuarios en México están conectados a alguna red social; le sigue el deseo de estar al tanto de las noticias, con el 45.6; el disfrute del tiempo libre, 42.2; encontrar nuevos contenidos, 41.5; y solo 32.7 por ciento usa alguna red para comprar mercancías.

Se prevé que, en 2025, la cifra mundial de usuarios de redes sociales alcance los cinco mil 423 millones y que Facebook concentre el mayor número. Los continentes con mayor población conectada a estas vías de comunicación son Europa, América y Asia, de acuerdo con el portal de estadística alemán Statista.