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Ciudad de México.- El 10 de septiembre de cada año se realizan actividades a escala mundial relacionadas con la prevención del suicidio. El objetivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio es concienciar a la población que la muerte por esta causa puede evitarse y que resulta de orden prioritario reducir el número de personas con conducta suicida en el mundo. Tan sólo en México se registraron 6,291 suicidios durante el 2016, una razón de 5 por cada 100,000 habitantes, según información del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
El suicidio es una de las 20 principales causas de muerte en el mundo y sus víctimas no tienen un rango de edad. Por cada suicidio que se comete aproximadamente 135 personas se ven afectadas de algún modo (emocional o físico), además, por cada suicidio registrado se presentan 25 personas relacionadas a la víctima intentando suicidarse y muchas más con ideación suicida, de acuerdo con la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio.
En México, la tasa de suicidios era de 4 por cada 100,000 habitantes en el 2010 y aumentó a 5 por cada 100,000 en el 2016.
Por entidad la tasa de suicidios varía significativamente: Chihuahua encabeza la lista de muertes por suicidio con 11 por cada 100,000 habitantes; Yucatán y Aguascalientes (10 por cada 100,000 habitantes), Campeche y Colima (9 por cada 100,000); Guanajuato y Quintana Roo (8 por cada 100,000); Jalisco, Baja California Sur y Sonora (7 por cada 100,000); San Luis Potosí, Durango, Tabasco y Nayarit (6 por cada 100,000); Nuevo León, Coahuila, Sinaloa, Chiapas, Querétaro y Zacatecas (5 por cada 100,000); Baja California, Morelos, Ciudad de México, Tamaulipas, Tlaxcala, Michoacán, Hidalgo y Puebla (4 por cada 100,000); Estado de México y Oaxaca (3 por cada 100,000) y Veracruz y Guerrero (2 por cada 100,00).
En México, la población masculina fue la que registró más casos de suicidio, de los 6,291 fallecidos por esta causa 5,116 eran hombres, lo que representa alrededor del 80 por ciento. La tasa de suicidios en México ha incrementado tanto para hombres como para mujeres a partir del 2010.
De acuerdo con el Inegi, para el sexo masculino en 2010 la razón era de 7 por cada 100,000 habitantes y pasó a 9 por cada 100,000 en 2016. Para el sexo femenino se registraba 1 por cada 100,000 personas en 2010 y creció a 2 por cada 100,000 en el 2016. Las mujeres de entre 15 a 19 años son las que más presentaron casos de suicidio; los hombres registraron tasas de suicidio de doble dígito desde los 20 hasta los 44 años.
El 80% de los suicidios cometidos durante el 2016 se efectuaron mediante el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación, un 8% del total utilizó armas de fuego, 4% envenenó su cuerpo con plaguicidas, 3% utilizó sustancias nocivas o químicos, 2% utilizó grandes dosis de drogas o medicamentos. En el resto de los casos no se especificó el método.
La prevención
Prevenir y evitar las muertes por suicidio es posible mediante el conocimiento de las causas del suicidio, las enfermedades relacionadas con el suicidio y los factores genéticos, psicológicos y sociales que pueden repercutir en la estabilidad emocional de las personas.
De acuerdo con información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) es normal que las personas sientan tristeza o ansiedad algunas veces, sin embargo, los sentimientos o emociones que lleven a las personas a pensar en la muerte no son normales y representan un riesgo de suicidio.
El primer paso es eliminar los mitos acerca del suicidio en la población. La máxima institución de salud del México puntea algunas ideas que surgen cuando se habla de las conductas suicidas:
Las personas que hablan de suicidarse sólo quieren llamar la atención
Esta idea es falsa, cuando alguien dice que quiere acabar con su vida debe tomarse en serio. Acudir con especialistas, acercarse a la persona, conocer lo que acontece en su vida y estar atento a su comportamiento y sus acciones.
La persona suicida tiene que “echarle ganas”
Seguramente lo más sencillo es pensar que las personas que tienen conductas suicidas tienen la capacidad de seguir adelante o sobreponerse al sufrimiento, pero la realidad es que las emociones negativas que experimentan no son voluntarias y su fuerza de voluntad no es suficiente para sentirse mejor. La salud mental requiere de atención médica.
Todos los suicidas son desequilibrados mentales
Ni están locos, ni tienen trastornos mentales. Cualquier persona puede ser víctima de enfermedades depresivas que alteren su estabilidad emocional y que provoquen pensamientos suicidas. Todo desorden emocional es tratable debido a que las facultades mentales están íntegras.
La información oportuna acerca de las causas, las señales y las realidades del suicidio puede prevenir que en el mundo sigan muriendo miles de personas por esta causa.
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Escrito por Redacción