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Cinco años de promesas a pueblos originarios
“La verdad, pensábamos que AMLO iba a transformar a la comunidad de nosotros en una comunidad mejor, pero, pues no: hoy estamos peor que antes", denunció doña Guadalupe, mujer mayo-yoreme de Sinaloa.
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Entrevistada por buzos, doña Guadalupe, mujer mayo-yoreme de Sinaloa, denunció que en su comunidad faltan servicios de salud y educación; y desde el inicio de este sexenio les quitaron becas a sus niños; “estamos peor que antes, afirmó.

Estos hechos, sumado a la imposición de mega-proyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo, el Integral Morelos y el parque fotovoltaico Nueva Xcala (en Tlaxcala), violentan sus derechos humanos y afectan sus tierras de cultivo, pastoreo y bosques.

Estas prácticas abusivas se intensificaron en los cinco años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien en su conferencia de prensa “mañanera” del 20 de septiembre de 2020 prometió frenar los actos de injusticia que, desde el inicio de la colonización española en 1521, se cometían contra los pueblos indígenas y afromexicanos.

 

 

En el colmo de este pronunciamiento demagógico, Obrador exigió públicamente al actual gobierno parlamentario y monárquico de España, y a la Iglesia Católica, que pidieran perdón a México por los abusos y excesos que cometieron hace cinco siglos. Con respecto a esta actitud, Jenny Acosta, catedrática especializada en filosofía política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reveló que se trató de un show montado por AMLO con base en la práctica de un ritual propio de los usos y costumbres indígenas para mostrarse como un “salvador y protector” de los pueblos originarios de México.

La carencia de “contenido material” en este discurso político, apuntó Jenny Acosta, ha sido evidenciada tanto en los “recortes presupuestales a los programas dedicados a atender y eliminar el atraso social como en la invasión de sus tierras, como ocurre hoy con la construcción del Tren Maya, que está afectando a los pueblos originarios de Yucatán, Chiapas y Tabasco, a quienes no traerá ningún beneficio económico, pero sí favorecerá las inversiones de los empresarios del turismo nacional e internacional”.

Acerca de este ritual, la poeta zapoteca Irma Pineda Santiago, representante del Foro Permanente Sobre Cuestiones Indígenas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), recordó que el primero de diciembre de 2018, cuando AMLO asumió la Presidencia de México, recibió también el Bastón de Mando; y con éste la confianza y el respaldo de los 23.2 millones de mexicanos identificados como indígenas, cifra equivalente a 19.4 por ciento de la población total del país en ese momento, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

“Con ello esperábamos que hubiese un mayor impulso en estas políticas públicas, que trabajaran no solamente hacia los pueblos indígenas, sino con los pueblos indígenas. Sin embargo, pasaron los meses, los años y nos dimos cuenta de que esto se transformó en una política más bien indigenista, me recuerda al trabajo del INI (Instituto Nacional Indigenista) de los años 70, una mirada indigenista que en cierto modo se vuelve paternalista. Parece que vamos para atrás”, apuntó con decepción la escritora.

 

 

Uso indebido del Bastón de Mando

El Bastón de Mando es un bordón de madera con el que los actuales pueblos prehispánicos de Mesoamérica –región que incluye a México y los seis países de Centroamérica– simbolizan las prácticas de mando público de las culturas originarias y, en específico, de los reyes y emperadores del mundo precolombino.

“Hoy en día, este Bastón de Mando se entrega a la persona que ha sido elegida para un cargo público en su comunidad por medio de la asamblea; es un cargo que no se gana como tradicionalmente conocemos en nuestra cultura occidental, un cargo público, político. Entonces, lo ostenta y simboliza la autoridad”, explicó el pasado siete de septiembre durante una entrevista con el medio informativo Sin embargo, Milvet R. Alonso, doctora en estudios prehispánicos.

El pasado siete de septiembre, AMLO encabezó nuevamente una ceremonia ritual en un restaurante cercano al Palacio Nacional para entregar este objeto simbólico a la virtual candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, con miras a los comicios generales de 2024.

Este hecho fue calificado como una ofensa para las tradiciones culturales de los pueblos originarios por el médico olmeca Santiago Ortela, quien explicó: “su servidor fue quien le entregó el Bastón de Mando que representa a los 68 pueblos originarios de México, y afromexicanos…