Cargando, por favor espere...

Poesía
Aída Cartagena Portalatín
Logró destacar en un medio literario predominantemente masculino, su poesía aboga por reinvindicar a la mujer de su época.


Nació en Moca, República Dominicana, el 18 de junio de 1918. Poetisa, narradora y ensayista doctorada en Humanidades en la Universidad de Santo Domingo. También realizó estudios de posgrado en museografía y Teoría de las Artes Plásticas en la Universidad de París. Ejerció como profesora de Historia del Arte e Historia en su alma máter y durante ese periodo dirigió los cuadernos literarios Brigadas Dominicanas y la revista de la Facultad de Humanidades. Trabajó como consejera de la Unesco en París (1965) y formó parte del jurado del Premio de Casa de las Américas, en La Habana (1977). Sus constantes viajes a Europa, América Latina y África enriquecieron considerablemente su obra literaria y sus investigaciones en el campo de la historia del arte. Militó en la agrupación La Poesía Sorprendida que reunía a los poetas más selectos del país en los años 40 y 50.

Como poeta publicó nueve poemarios: Víspera del sueño, Del sueño al mundo, Mi mundo el mar, Una mujer está sola, La voz desatada, La tierra escrita, Yania tierra, En la casa del tiempo e Infancia en el recuerdo. Fue una de las pocas escritoras dominicanas de la primera mitad del Siglo XX que logró destacar en un medio literario predominantemente masculino, su poesía aboga por reinvindicar a la mujer de su época. A la fecha es la escritora dominicana más antologada y estudiada del Siglo XX. Murió en Santo Domingo el tres de junio de 1994. 

confesiones ilícitas

I
cómo se repartirá la manzana
                entre todos
la manzana y la discordia
ocupan la misma butaca

hazte propicio tiempo          nada horroriza
tanto
como ser del rebaño
o propiedad atrapada
que nadie ponga un dedo en la
                manzana
pobre ezra             cuando se moría
el gran pasado regresa con retraso
el funeral de whitman
                solo quedaban cáscaras
                sobre el hudson
                y se repartía el mundo
                y se pateaba al amamrillo
                y se pateaba al blanco
                y se pateaba al negro
ya estaba muerto whitman
oooh ezra

llegaste con una corbata
para cada domingo
a cada hora un desesperado
se lanzaba desnudo
desde el puente de brooklyn
mucho después de sinatra
cantaría como un réquiem
                new york                new yok
mientras hábiles cartógrafos aún
intentan ensanchar más la bota del tío

II
imposible creerlo escribirlo el futuro
del pueblo de whitman estaba muerto
cuando regresaste

nadie quiere la culpa
aún existe eso tan deprimente
en la casa del vecino imperio
siempre aquello y lo otro
y el potro del tormento
y la manzana que madura y
y se pudre              oh ezra
la codicia y la discordia
inevitablemente en un círculo estrecho
en el fondo del reino
el fututo del pueblo de whitman
estaba muerto
cuando regresó usted
señor
poeta
ezra pound

regresó sin saber que las luces de su país
se apagaban antes de encenderse.

bengla-desh

desvencijadas moles derribadas
quién sosiega la ira
el hombre se come su cuerpo en su hoyo
                de muerto
el hambre se come la muerte
ni las moscas sepultan a la muerte en

bengla-desh

no se acaba de vomitar la guerra
monótonos gusanos cantan el himno
paz por la paz de bengla-desh hijos de putas
no matéis más hermanos.

un ámbito conforme

si ha de hacerse de nuevo el mundo
con palabras
será un mundo de vida
y muerte naturales
sin golpes
plomos
                un ámbito conforme
                sin golpes
                sin zarpazos
                sin máscaras tallándose
                con sabia transfusión de sábila
descansa
                espera
espera que se haga un gran silencio
sobre el salón silente bajo el cielo
ha de esperarse aviso con campanas
o algo que anuncie el paso
                de la última paloma
                del arca milenaria

si ha de hacerse de nuevo el mundo
por palabras
                candado para el cielo de misiles
                drenaje para mares sin barcazas
                nada de acero         de invasiones
nadie provoque que ha visto relojes
que marcan los flajelos

si ha de hacerse de nuevo el mundo
por palabras
se declara testigo
                al río estrecho
                que vela que es guardían
                de la aún cautiva
                paloma de la paz

si ha de hacerse de nuevo
un mundo que fracase          corazón tente
si no se hace de nuevo
qué quedará a los ojos para verse

nadie borra la noche

ese techo sin fondo
que un tonto llama cielo
baja negro              nadie borra la noche baja baja negra
nadie borra la espera
nadie impide que las manos                en la noche
                (como palomas locas)
busquen los sexos que gestan
al hombre
                para que viva un tanto
                luego para esperar su muerte

otra vez

otra vez                  la tierra arrodillada solloza una palabra

otra vez                 la sangre detenida sale y corre
otra vez                  entre árboles testigos
otra vez                  la máquina gira hacia la nada
otra vez                  definitivo análisis
                               un planteamiento
                               o algo a lo hitchcock
                               de suspenso

otra vez                  lo perfecto
                               el minuto calculado
                               la brújula que gira y se detiene
la sesión de cine-estudio
con la intervención
de tu protesta        otra vez

la imperdonable tortura
de tu cero                               otra vez

el témino del hombre
no devuelto           otra vez

el minuto que condiciona
lo esperado
sin la fecha             otra vez

otra vez                  la tierra arrodillada

otra vez                  no entrarán tus ojos
                               donde otros rechazan
                               el peso de toneladas
                               de cadáveres

otra vez                 sin los gozos reflexivos del derecho
                               desde aquí en piso 12
                               pensando tu retrato

otra vez                  todo fue definitivo
                               el asalto en un silencio
                               como se mata en las tele-novelas

otra vez                  otra muerte


Escrito por Redacción


Noticia siguiente
Gatell

Notas relacionadas