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“Nos prometieron fertilizantes, abono, recursos para poder invertir más, proyectos productivos, pero no han hecho nada. El campo sigue como lo dejaron las pasadas administraciones; necesitamos un cambio. Estamos a cuatro meses del gobierno de Morena y todo sigue igual, todos los campesinos estamos en la ruina. Mientras el gobierno no dé más apoyos para el campo, el campesino va a seguir igual”, manifestó Tomás Rivera Hernández, productor de caña en Córdoba.
La queja del agricultor, además de los elementos negativos enunciados, se sustenta en otro hecho poco alentador: que en la anunciada modificación de políticas públicas del nuevo Gobierno Federal en el campo ven una amenaza de disminución o condicionamiento burocrático en la entrega de apoyos a los pequeños y medianos productores, sin los cuales difícilmente Veracruz podrá ocupar, como en décadas pasadas, los primeros lugares en producción de cítricos, café y caña.
Las ventanillas para que los productores del campo se inscriban a los programas agrarios se abrieron a los cuatro meses de que llegara al poder la actual administración estatal. Especialistas del sector aseguraron a buzos que este retraso puede extenderse hasta mediados de año y de mantenerse así el agro veracruzano puede enfrentar una severa crisis de producción.
Agria realidad para azucareros
Tomás Rivera Hernández ha trabajado en la producción de caña casi toda su vida. Fue uno de los muchos campesinos humildes que creyó que con la Presidencia de la República en manos del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) la suerte de los pobres cambiaría, pero ahora se da cuenta que no sucedió lo que esperaba. “Andrés Manuel López Obrador nos dijo que iba a establecer precios de garantía, pero vemos que estos precios solo están beneficiando a los de arriba, a los ricos”, aseguró Rivera a buzos.
No es el único decepcionado. Al igual que Tomás, Ricardo Ortiz Sánchez, campesino cordobés dedicado a la producción de caña de azúcar, aseguró con más firmeza y datos a la mano que “estamos pasando por una crisis económica del campo debido al bajo precio de la tonelada de caña. Los principales afectados somos los trabajadores, porque el patrón nos paga 29 pesos por corte de tonelada, pero después él vende esa misma tonelada a 720 pesos”.
Su pobreza, como la de la mayoría de los jornaleros y agricultores de Veracruz, es muy antigua; trabaja desde la cinco de la mañana hasta las siete de la noche para lograr la cuota de corte asignada: cinco toneladas de caña; se le retribuye con un jornal diario de 150 pesos, apenas lo mínimo para comer frijoles, tortillas y “pa’ lo que alcance”.
“Una persona se lleva todo un día para cortar una tonelada, pero lo que le pagan no alcanza para comer. Por eso muchos de nosotros tenemos que llevarnos a toda la familia para que nos ayude y poder cortar al día cinco toneladas, que son casi 150 pesos entre todos. Las jornadas son muy pesadas y quienes se benefician de esto son las empresas”, dijo.
Tomás y Ricardo pertenecen a los 472 mil 458 jornaleros, productores y cortadores que, a decir del Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar (Conadusca), producen siete millones de toneladas de azúcar y 61 millones de toneladas de caña cada año. Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) revelan que los productores de caña de 97 municipios veracruzanos generan el 37.5 por ciento del azúcar en México, con lo que convierten a Veracruz en el primer estado productor del endulzante.
Pero el producto final de esta riqueza no permea en sus más esforzados productores. “El precio de la tonelada de azúcar refinada es de 11 mil 500 pesos, para poder producirla se necesitan de dos a tres toneladas de caña. Por cada tonelada de caña a nosotros nos pagan mil 500 pesos, o sea que la empresa, el ingenio, se queda con ocho mil pesos libres cuando vende el azúcar refinado”, explica la Sader.
Éste no es el único escenario. Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) Veracruz tiene 682 mil 915 hectáreas sembradas y 650 mil 836 cultivadas en el ciclo de año agrícola, con un valor estimado de 9.2 millones de pesos. Las producciones más exitosas, además de la caña, son las de cítricos, piña y café.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) reporta que Veracruz lidera, junto con Oaxaca, la producción de piña. Los apicultores veracruzanos son los terceros productores nacionales de miel, después de Jalisco y Chiapas, ya que la entidad aporta cerca de cinco mil toneladas al año.
A escala nacional, Veracruz también destaca en producción de naranja, con más de dos mil toneladas, con lo que aporta cuatro de cada 10 pesos por la venta de este cítrico; sus 26 municipios productores de cítricos generan casi 329 millones de pesos anuales. Y junto con Chiapas, aporta más de la mitad de la producción nacional de café.
Sin embargo, la producción primaria, al menos en lo que respecta a la vida cotidiana de los agricultores y jornaleros, no es tan vanguardista como reflejan las estadísticas oficiales. En los últimos años, Veracruz perdió el 46 por ciento de su producción cafetalera por el abandono de fincas, las plagas y la reducción de superficie cultivada.
Los cafeticultores apenas logran hoy entre seis y ocho quintales por hectárea, a diferencia de hace 30 años, cuando se alcanzaban a producir 24 quintales; esta baja productividad los obligó a reducir un siete por ciento la superficie cultivada. El 65 por ciento de los productores superan los 60 años, es decir, no hay jóvenes que den continuidad a la cafeticultura.
Ante esta realidad, Integrantes del Sistema Producto Café (ISPC), representados por Angelino Espinoza Mata, urgieron al gobierno estatal a que impulse la comercialización directa, la trazabilidad del aromático, el financiamiento blando y oportuno, la capacitación, el control de plagas y la renovación de cafetales, así como una mayor seguridad en zonas productoras para frenar el robo de frutos. Estas acciones, entre otras, permitirían rescatar y transformar al sector veracruzano en el mediano y largo plazos.
El 20 de marzo, la Subdelegación de Agricultura de la Sader recibió las demandas de la organización ISPC con la apertura de sus ventanillas para la inscripción de los productores a los programas de 2019, la mayoría de ellas enfocadas principalmente a la renovación de plantaciones, adquisición de fertilizantes y despulpadoras.
El subdelegado agrícola de la Sader, Armando Arias Bejarano, informó que Veracruz contará con recursos para beneficiar a la cafeticultura, pero advirtió que quienes busquen estos incentivos requieren estar al corriente de sus obligaciones ante esta dependencia, lo cual, dada la situación del sector, implicará que muchos productores se verán restringidos.
“El actual gobierno ha carecido de una planeación estratégica en las políticas hasta ahora implementadas, y que no han estado sustentadas en estudios técnicos. No es con transferencias monetarias como se resuelven los problemas de desigualdad y pobreza, ya que no inciden en las causas estructurales de las mismas; al contrario, terminan por generar importantes riesgos al limitar el ejercicio de derechos sociales de otros segmentos de la población”, afirmó a este semanario la diputada federal Anilú Ingram Vallines.
La legisladora recordó, además, que pese a la oposición, la actual legislatura federal de Morena en la Cámara de Diputados eliminó 24 programas de apoyo destinados al campo, como el de Fomento Ganadero, el de Apoyos a la Comercialización y el de Vinculación Productiva, entre otros.
Sin apoyos no hay cosechas
José Ángel Contreras Carrera, presidente de la Unión Agrícola Estatal de Productores de Maíz (Uprom), recordó que en el pasado reciente el campo de Veracruz enfrenta dos grandes dramas: su bajo rendimiento productivo y los problemas de comercialización.
“Teniendo todos los recursos, una tercera parte del agua del país, clima, suelo, gente trabajadora, lamentablemente tenemos muy bajos rendimientos, por falta de herramientas e infraestructura hidroagrícola para ser mucho más competitivos. El otro gran drama que tenemos en Veracruz ha sido la comercialización, el día que hay un buen temporal y tenemos una buena cosecha, ese día nuestro producto no vale nada y eso no se vale”, externó.
El líder campesino recordó que sobre el maíz recae gran parte del sistema productivo alimentario nacional –igual que la actividad avícola y la ganadera– y subrayó que el maíz es un tema de identidad, pero además es un tema de seguridad nacional.
“Los productores nunca hemos pedido que nos regalen nada; los productores son de una gran dignidad y acostumbrados a trabajar, pero lo que necesitamos son las herramientas, necesitamos irrigación, necesitamos la capacidad para poder dar valor agregado a nuestras cosechas. No queremos seguir malbaratando a orillas de la parcela nuestro maíz; no queremos coyotes, queremos que el maíz de Veracruz salga convertido en harina, tortilla, en tostadas, aceite y que esa riqueza sea en beneficio de los productores veracruzanos”, afirmó el líder.
El secretario general de la Central Campesina Cardenista (CCC) en Veracruz, Moisés Reyes Fausto, lamentó la falta de apoyos gubernamentales para el campo en la entidad, lo que ha ocasionado la pérdida de cultivos hasta en un 40 por ciento o que, como ocurre en muchos casos, la producción sea solo para autoconsumo. Es el caso de Cenovio Ramírez García, productor de maíz por más de 30 años. Él vive en San Pedro Soteapan, municipio en donde cerca de tres mil familias, el 70 por ciento de la población, siembran este grano para autoconsumo.
“Por muchos años, los pequeños productores fuimos beneficiados por el Programa de Apoyos para Productores de Maíz y Frijol, programa federal que nos subsidiaba semilla mejorada y fertilizante; nos daban un vale por mil 500 pesos que nosotros canjeábamos por fertilizante con algunas empresas como UREA. Este año nos hemos acercado al Centro de Apoyo al Desarrollo Rural pero nos han dicho que el programa ya desapareció, que en su lugar el gobierno va a instrumentar uno nuevo.
“Hasta ahorita no nos han explicado cómo va a funcionar y bajo qué lineamientos se van a entregar los apoyos; menos nos han dicho a partir de qué fecha empezará a operar el nuevo programa. A nosotros nos preocupa mucho esta situación, porque el periodo de siembra del maíz inicia en junio y si para ese mes no se cuenta con los apoyos, nos vamos a ver en apuros”, expresó consternado.
Los recursos del Programa de Apoyos para Productores de Maíz y Frijol (Pimaf) fueron utilizados por los campesinos para comprar cerca de cinco bultos de fertilizante por hectárea, con lo que se ahorraban hasta cinco mil pesos de inversión en sus cosechas. “Sin el subsidio nos la vamos a ver difícil; tendremos que comprar el fertilizante al precio global en el mercado, lo que aumentará el gasto, o no fertilizar, pero eso hará que la producción baje y de todas maneras saldremos perdiendo”, comentó a buzos Cenovio Ramírez.
Los anuncios
Hasta el momento, el gobierno de Veracruz ha respondido a las alarmas de los campesinos con discursos a futuro. El gobernador Cuitláhuac García Jiménez ha prometido una inversión de 15 millones de pesos como parte del programa para la atención emergente de la producción de mandarina veracruzana Dancy, para el ciclo 2019-2020, misma que se pactó hace unos días con la Sader en la Ciudad de México.
Cada parte otorgará 7.5 millones de pesos para que los pequeños productores de la zona norte, que tienen más del 50 por ciento de su cosecha en árboles, reciban jornales para el corte y traslado de la naranja, mientras que el ayuntamiento de Álamo se hará cargo del traslado y el entierro de la basura orgánica para evitar la proliferación de la mosca de la fruta. A la par adelantó la apertura de dos jugueras cooperativas con los pequeños productores.
En tanto que el director general de Fomento a la Agricultura de la Sader, Santiago Argüello Campos, anunció que se han destinado 49 millones de pesos para el combate de plagas en los cítricos, como HLB, leprosis, BTC, mosca prieta y mosca de la fruta, y se operarán áreas de manejo epidemiológico en los diferentes municipios de la región norte de Veracruz, empezando por Martínez de la Torre, Álamo Temapache y Tihuatlán.
La Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa) elaboró un Programa Integral de Citricultura que contempla, entre otras acciones, la renovación de huertas con material genético resistente a plagas y enfermedades, la posible coinversión con el Gobierno Federal para impulsar la juguera de El Chote, enceradora y clasificadora de naranja, además del apoyo a la comercialización mediante la denominación de origen.
El titular de la Sedarpa, Eduardo Cadena Cerón, dijo que instalarán viveros certificados, renovarán huertas y patrones tolerantes a plagas, para lo que enviará ingenieros agrónomos y extensionistas especializados a que les muestren diversas opciones y técnicas, de manera que los productores se mantengan en sus comunidades de origen y no emigren.
Cuitláhuac García comprometió 600 millones de pesos para el programa Crédito Ganadero a la Palabra a fin de incrementar la producción de carne y leche, mediante la entrega de apoyos en especie, dentro del Componente de Repoblamiento del Hato Ganadero, con lo que supuestamente se beneficiarán más de 35 mil pequeños productores. Éstos contarán, además –dijo– con un precio de garantía de 8.20 pesos por litro de leche y a través de la Coordinación General de Ganadería de la Sader. En una primera etapa se distribuirán en la entidad 30 mil vientres y tres mil sementales.
Las ventanillas permanecerán abiertas del 25 de marzo al 25 de junio de 2019. El apoyo máximo para personas físicas será de hasta 10 novillonas o vaquillas por pequeño productor y un semental de registro con calidad genética, sanidad y en edad reproductiva. El apoyo máximo por persona moral (socio activo) será de 10 hasta 100 vaquillas; asimismo se les dotará de un semental por cada 25 vientres y hasta cuatro sementales como máximo.
Escrito por Yamiri Rodríguez
Corresponsal Veracruz