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LUIS DE CAMÕES
Poeta portugués nació en Lisboa en 1524. Estudió en la Escuela de Humanidades de Coimbra y frecuentó la corte de Juan III revelando en ella su genio poético. Debió exiliarse en 1546 debido a una aventura amorosa.
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LUIS DE CAMÕES. Poeta portugués nació en Lisboa en 1524. Estudió en la Escuela de Humanidades de Coimbra y frecuentó la corte de Juan III revelando en ella su genio poético. Debió exiliarse en 1546 debido a una aventura amorosa. En 1547 inició su carrera militar y en 1550 regresó a Lisboa donde fue encarcelado por una reyerta callejera. Liberado tres años después, se embarcó para la India, sobrevivió a un naufragio y retornó a Lisboa en 1570. El tema principal de su poesía es el conflicto entre el amor apasionado y sensual y el ideal neoplatónico del amor espiritual. Los Lusíadas es su principal obra poética. Es autor también de tres comedias: Anfitrión, El rey Seleuco (1545) y Filodemo (1555). Camõens pasó inmerso en la pobreza y la enfermedad los últimos años de su vida. Falleció en 1580. Se le considera el mayor poeta portugués, situándose su obra entre el clasicismo y el manierismo. Algunos de sus sonetos, como el conocido Amor é fogo, por el uso de las paradojas, anuncia ya el barroco que se aproximaba. El Premio Luis de Camõens es el más importante en lengua portuguesa, fue instituido en 1988 por los gobiernos de Brasil y Portugal. Carlos Montemayor, uno de sus más importantes traductores mexicanos dice de él en el prólogo a sus poemas: “(…) fue el más legítimo representante en Portugal de lo que podríamos llamar hombre del Renacimiento: notable por su erudición, notable por el dominio de las formas viejas y nuevas de versificar; notable por el conocimiento de la corriente neoplatónica que inundó esa época (…) en su poesía lírica que se encontró ante un doble panorama: la antigua lírica medieval y el cambio producido en toda la Europa románica con la introducción del hallazgo de Jacopo Lentini: el soneto. Por un lado, ama, recibe y desarrolla la herencia medieval de los trovadores, glosando refranes populares, o retomando viejas cantigas de amor al modo renacentista, modo ingenioso y dulce de recrear las viejas canciones populares. Por otro lado, la poesía al nuevo modo italiano (…) con Camões (alcanza) nuevas formas que logran ser poéticas, naturales, nítidas, y a partir de él desenvolverse plenamente.”

 

AMOR ES FUEGO QUE ARDE SIN ARDER

Amor es fuego que arde sin arder;

una herida que duele, sin lamento;

un gran acontecimiento sin contento;

un dolor que maltrata sin dolor.

 

Es un querer tan solo bien querer;

es andar solitario entre la gente;

es no encontrar nada que contente;

es creer que se gana con perder.

 

Es estar prisionero a voluntad;

es servir a quien vence al vencedor;

tener con quien nos mata lealtad.

 

Mas, ¿cómo encontrar puede su favor

del muerto corazón conformidad

siendo en sí tan contrario al mismo amor?

 

ONDAS QUE POR EL MUNDO CAMINANDO

Ondas que por el mundo caminando

contino vais llevadas por el viento,

llevad enbuelto en vos mi pensamiento,

do está la que do está lo está causando.

 

Dizilde que os estoy acrescentando,

dizilde que de vida no hay momento,

dizilde que no muere mi tormento,

dizilde que no vivo ya esperando.

 

Dizilde quán perdido me hallastes,

dizilde quán ganado me perdistes,

dizilde quán sin vida me matastes,

 

Dizilde quán llagado me feristes,

dizilde quán sin mí que me dexastes,

dizilde quán con ella que me vistes.

 

HORAS BREVES DE MI CONTENTAMIENTO 

Horas breves de mi contentamiento,

nunca pensé jamás, cuando os tenía,

que, por mi mal, trocadas os vería

en tan cumplidas horas de tormento.

 

Las torres que fundé se llevó el viento,

como el viento veloz las sostenía;

mas de todo este mal la culpa es mía,

pues hice sobre falso el juramento.

 

Amor con vanas muestras aparece,

todo lo hace llano y lo asegura,

y luego a lo mejor desaparece.

 

¡Oh grande mal! ¡Oh grande desventura!

Por un pequeño bien que desfallece

aventurar un bien que siempre dura.

 

ORFEO ENAMORADO QUE TAÑÍA

Orfeo enamorado que tañía

por la perdida Ninfa que buscaba,

en el Orco implacable donde estaba,

Con la arpa y con la voz la enternecía.

 

La rueda de Ixión no se movía,

ningún atormentado se quejaba;

las penas de los otros ablandaba,

y todas las de todos él sentía.

El son pudo obligar de tal manera,

que, en dulce galardón de lo cantado,

los infernales Reyes condolidos,

 

le mandaron volver su compañera.

Y volvióla a perder el desdichado;

con que fueron entrambos los perdidos.


MUDAN LOS TIEMPOS Y LAS VOLUNTADES

Mudan los tiempos y las voluntades;
se muda el ser, se muda la confianza;
el mundo se compone de mudanza
tomando siempre nuevas calidades.

 

De contino miramos novedades
diferentes en todo a la esperanza;
del mal queda la pena en la membranza;
y del bien, si hubo alguno, las saudades.

 

Torna el tiempo a cubrir con verde manto
el valle en que la nieve relucía:
igual en mí se torna lloro el canto.

 

Y, salvo este mudar de cada día,
mudanza hay otra de mayor espanto:
que no se muda ya como solía.

 

IRME QUIERO, MADRE

Mote
Irme quiero, madre,
a aquella galera,
con el marinero
a ser marinera.

Voltas
Madre, si me fuere,
do quiera vó,
no lo quiero yo,
que el Amor lo quiere.
Aquél niño fiero
hace que me muera
por un marinero
a ser marinera.

Él, que todo puede,
madre, no podrá,
pues el alma vá,
que el cuerpo se quede.
Con él, por quien muero
voy, porque no muera:
que, si es marinero,
seré marinera.

Es tirana ley
del niño Señor,
que por un amor
se deseche un Rey.
Pues desta manera
quiero irme, quiero,
por un marinero
a ser marinera.

Decid, ondas, ¿cuándo
vistes vós doncella,
siendo tierna y bella,
andar navegando?
Mas ¿qué no se espera
daquel niño fiero?
Vea yo quien quiero:
sea marinera.

OJOS, HERIDO ME HABÉIS

Mote
Ojos, herido me habéis,
acabad ya de matarme;
mas, muerto, volved á mirarme,
porque me resuscitéis.

Voltas
Pues me distes tal herida
con gana de darme muerte,
el morir me es dulce suerte,
pues con morir me dais vida.
Ojos ¿qué os detenéis?
Acabad ya de matarme;
mas, muerto, volved a mirarme,
por que me resuscitéis.

La llaga, cierto, ya es mía,
aunque, ojos, vos no querráis;
mas si la muerte me dáis,
el morir me es alegría.
Y así digo que acabéis,
oh ojos, ya de matarme;
mas, muerto, volved a mirarme,
porque me resuscitéis.

 

Mote alheio

vos tenéis mi corazón,

Glosa

Mi corazón me han robado;

y Amor, viendo mis enojos,

me dijo: Fuéte llevado

por los más hermosos ojos

que desque vivo he mirado.

 

Gracias sobrenaturales

te lo tienen en prisión.

Y si Amor tiene razón,

Señora, por las señales,

vos tenéis mi corazón.


Escrito por Redacción


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