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LAS COPLAS DE PERE TORROELLA CONTRA LAS MUJERES (Primera de dos partes)
Torroella se convirtió en el arquetipo del misógino en otras obras literarias, encargándose de exhibir “las tachas y los defectos de las mujeres”.
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En el siglo XV castellano resuena la voz de innumerables poetas que participan en una febril competencia de ingenio y erudición, entonando loores a destacadas figuras o debatiendo sobre los temas de moda, entre los que destaca la tendencia “natural” de las mujeres a la perversidad y a la falsía. Medieval posición, alentada por una institución religiosa de vocación misógina, el debate cortesano es, no obstante, bastante moderado, limitándose los poetas a recomendar a los incautos amadores que desconfíen de ellas.

Muy famosas fueron en su tiempo las Coplas contra las mujeres, o Coplas de las calidades de las donas (c. 1458) de Pere Torroella (1420 - 1492), a quien se atribuye, tal vez injustamente, por ser éste un signo de la época, el haber introducido en la lírica castellana la misoginia, de larga tradición en la poesía catalana, en cuya lengua también escribió el poeta. Destacados historiadores y críticos de la literatura, entre ellos el erudito Marcelino Menéndez y Pelayo, sostienen que en este poema no hay elementos novedosos ni sorprendentes que aumenten el caudal de la misoginia europea, sino argumentos repetidos un sinfín de veces, como la astucia, voracidad, fiereza, irracionalidad, hipocresía y avaricia “propios” de la mujer.

De natura de lobas son

ciertamente en escoger,

de anguilas en retener

y en contraer, de erisón (1).

No estiman virtud ni alteza,

seso, bondad, ni saber,

Mas catan avinenteza (2),

talla de obrar, o franqueza(3)

Do puedan bienes haber.

            El medievalista inglés Robert Archer sostiene el mismo punto de vista y agrega que la composición es una prueba de la influencia de la poesía catalana en la lírica castellana del siglo XV: “el vituperio general de las mujeres que Torroella realiza en la parte principal de su composición es perfectamente convencional y no se encuentra en ella ninguna idea sorprendente sobre la mujer. Se entiende mejor que el poema produjera el impacto que evidentemente tuvo si tenemos en cuenta la distancia que separa la práctica de la poesía escrita en castellano a mediados del siglo XV y la que se daba en la tradición occitano-catalana que Torroella, moviéndose entre los dos ámbitos lingüísticos, conocía perfectamente”.(4)

Reducida al ámbito amatorio, la misoginia de Torroella bien pudiera pasar por una floritura literaria. Todo lo que dicen o callan las mujeres debe interpretarse al revés, dice el poeta; nada en ellas es verdadero. ¿Quién entiende a las mujeres?, suele decir el moderno misógino, creyendo expresar una estupenda novedad; pues bien, aquí le dejamos una medieval forma, elegantísima por cierto, de expresar la misma vieja idea:

Tened aqueste concepto,

¡amadores, os suplico:

con quien riñen en público

hacen la paz en secreto!

Disimulan lo entender

denuestan lo que desean

fingen de enojo placer

lo que quieren, no querer

o dudar cuando más crean.

En Poetas cortesanos del siglo XV (5) el filólogo José Onrubia de Mendoza publica las 17 estrofas de este poema, cada una formada por nueve versos octosílabos, es decir, una redondilla y una quintilla y sostiene que a raíz  de la publicación de estas coplas, Torroella se convirtió en el arquetipo del misógino en otras obras literarias, encargándose de exhibir “las tachas y los defectos de las mujeres”.

Son todas, naturalmente,

malignas y sospechosas,

mal secretas (6), mentirosas,

y movibles (7) ciertamente.

Vuelven como hoja al viento,

ponen al ausente en olvido,

quieren contener a ciento

y es el que más contiento (8)

más cerca de aborrecido.

Las mujeres, dice Torroellas, son además, vengativas, vanidosas, su tendencia al pecado es constante; saben atrapar y embaucan a la perfección a los pobres hombres que caigan en sus redes. Todos los defectos concentrados en la mitad de la especie humana.

Si las queréis enmendar

las habéis por enemigas;

y por muy grandes amigas

si las sabéis lisonjear.

Por gana de ser loadas

cualquier alabanza cogen,

van a las casas vedadas (9)

desdeñan las sojuzgadas

y las peores acogen.

Sintiendo que están sujetas

y sin ningún poderío,

a fin de haber señorío

tienen engañosas sectas.

Entienden en afeitar,

en gestos para atraer,

saben mentir sin pensar

reir sin causa y llorar,

Y enbaydoras ser.

Notas

1)Erizo.

2) Avilantez, audacia, insolencia.

3) Franqueza.

4) ARCHER Robert. Las coplas «de las calidades d e las donas» de Pere Torroella y la tradición lirica catalana.

5) Poetas cortesanos del siglo XV. Selección, estudios y bibliografía por don José Onrubia de Mendoza. España. 1975.

(6) Indiscretas.

(7) Mudables.

(8) Contenido.

(9) Prohibidas.

(10) Tretas.

(11) Darse afeites, arreglarse.

(12) Embaucadoras.


Escrito por Tania Zapata Ortega

COLUMNISTA


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