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Bordear el abismo de la depresión
Las causas de los sentimientos depresivos pueden ser combatidas no solo a través de la lucha por mejores condiciones, sino también con el cuidado de los vínculos entre los individuos, como afirma Carl Marx.
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En El mito de Sísifo, el escritor y filósofo francés Albert Camus escribe a propósito del suicidio: “Es difícil fijar el instante preciso, el paso sutil en que el espíritu ha apostado a favor de la muerte (…). Matarse, en cierto sentido (…) es confesar que se ha sido sobrepasado por la vida o que no se la comprende”. Dar término a las sensaciones depresivas a través del suicidio es una decisión cada vez más frecuente, sobre todo en la población joven. En el mundo, cada 40 segundos se suicida una persona. En 2020 se registraron casi ocho mil suicidios en México; y en junio pasado, la revista Forbes informó que el suicidio en niños, niñas y adolescentes aumentó un 12 por ciento.

En general, la salida a la depresión se plantea como un asunto meramente individual. Albert Camus aseguró que el mayor problema humano del que debiera ocuparse la filosofía precisamente es el suicidio, porque las personas depresivas solo eligen entre dos opciones: suicidarse o no. Quien sortea la enfermedad, actúa individualmente y cuando se arroja a la muerte, decide también desde su completa subjetividad. Ahora hay una tendencia predominante a abordar las cuestiones de la salud mental o emocional con base en buena alimentación, ejercicio físico, meditación y sueño de ocho horas diarias, hábitos a los que pueden sumarse el yoga y el mindfulness. Éstas son las recomendaciones más comunes en casi todos los espacios para evitar o dominar los trastornos mentales.

Estas recomendaciones, sin embargo, apelan a la solución de estos trastornos como algo meramente individual; y transversalmente responsabilizan a las personas que padecen la enfermedad. En otras palabras: si no te encuentras bien, si estás agotado, irritable o lleno de tristeza, es tu responsabilidad; pues no has puesto en marcha un estilo de vida al alcance de la población. Incluso hay folletos, libros y videos de YouTube que contienen tres, cuatro o 10 consejos que debes seguir para cambiar tu vida, para tener bienestar, cuidarte bien, incluso para que te impongas una mentalidad de empresario.

Los resultados positivos de muchas recomendaciones son indudables, pero en ese universo se pierden de vista las determinaciones sociales de la salud en general; es decir, las condiciones materiales de vida de las personas: dónde nacen, cuáles son sus alcances económicos, cómo se han desarrollado, etc. Ahora, con los llamados “estilos de vida”, las condiciones materiales se ignoran; pero es sabido que la gente pobre suele estar bajo altos niveles de estrés psicosocial, lo que termina por afectar su forma de vida en general. La depresión está relacionada estrechamente con la pobreza y con las lamentables condiciones que genera la desigualdad social. Esto, que no es la causa absoluta, determina el problema a resolver, si se busca prevenir la depresión y el suicidio.

Esto no significa que el inconveniente se zanjará cuando todos los seres humanos tengan plenitud de vida. Las causas de los sentimientos depresivos pueden ser combatidas no solo a través de la lucha por mejores condiciones, sino también con el cuidado de los vínculos entre los individuos, tal como escribió el filósofo Carlos Marx en su texto sobre el suicidio: “las verdaderas relaciones entre los individuos tienen que recrearse entre nosotros desde los cimientos, y el suicidio no es más que uno de entre mil y un síntomas de la lucha social en general”. Evitar el suicidio y resolver los problemas depresivos requiere otro tipo de relaciones sociales, en las que la depresión no sea asumida individualmente. Resolver los trastornos mentales forma parte de la lucha colectiva por mejorar la sociedad.


Escrito por Betzy Bravo

Investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales. Ganadora del Segundo Certamen Internacional de Ensayo Filosófico. Investiga la ontología marxista, la política educativa actual y el marxismo en el México contemporáneo.


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