Cargando, por favor espere...
¿Qué hay detrás de tanto despliegue tecnológico y tanta publicidad en la planeación, realización y distribución de una película? A simple vista, el propósito en el negocio del cine occidental es la obtención de altas ganancias. Sin embargo, esto es solo una parte del asunto –particularmente de la industria cinematográfica estadounidense–, pues también hay objetivos ideológicos y políticos (sobre todo geopolíticos). En la actual problemática mundial está presente una lucha entre Occidente (encabezado por Estados Unidos (EE. UU.) y en cuyo bloque se encuentran naciones de Europa, asiáticas y de otros confines del planeta) y el bloque de las naciones que buscan que en el Globo terráqueo exista una sociedad humana multipolar, es decir, que Occidente deje de saquear los recursos naturales planetarios, deje de considerar a las naciones menos desarrolladas como su “patio trasero” y deje de ser el que impone su modelo de “democracia” a esas naciones. Ese multipolar bloque está encabezado por la Federación rusa y China.
En este contexto histórico es en el que se están creando cintas como Top Gun: Maverick que, siguiendo los cánones guerreristas del cine norteamericano, son verdaderas apologías del belicismo, promotoras de la carrera armamentística e intentan seguir cubriéndole el rostro a los mayores depredadores de la humanidad entera, los saqueadores globales de recursos naturales del planeta, cuyos dividendos benefician a sus élites plutocráticas, que se sirven de su poderoso instrumento, el complejo industrial militar.
Top Gun: Maverick (2022) del realizador Joseph Kosinski, es una cinta muy taquillera, dado que es la película con más recaudación en los cines de todo el mundo, con cerca de mil 500 millones de dólares en 2022. Esta cinta, al igual que otras realizadas por Kosinski, hace un empleo sistemático de los “efectos especiales” elaborados por computadora. La historia que nos narra es la del típico “héroe” salido de la imaginación al estilo de los viejos comics, que no son otra cosa que personajes que sirven para obnubilar las mentes de cientos o miles de millones de personas con personajes superdotados y que tienen como único destino el triunfar sobre lo que los imperialistas llaman “enemigos del mundo libre”, “enemigos de la democracia y de “los sacrosantos valores de la cultura occidental”. En este caso se trata del capitán Pete “Maverick” Mitchell (Tom Cruise), quien después de 33 años de servicio en la Marina de EE. UU., en lugar de obtener ascensos dentro de la estructura militar, sigue piloteando aviones de combate. Cuando la burocracia militar decide cerrar el programa Darkstar, que consiste en mejorar la eficacia de los aviones caza de quinta generación, para sustituirlo por un programa de drones, Maverick desobedeciendo ordenes, muestra cómo uno de los aviones caza de quinta generación puede ser un avión hipersónico. Y aunque rebasa la línea de la velocidad del sonido, el avión que utilizó en su demostración termina por explotar en el aire y él, eyectado de la nave, sobrevive. Es castigado por su desobediencia y se le asigna la tarea de instruir a pilotos jóvenes.
La historia, como es fácil suponer, termina cuando Maverick logra destruir instalaciones en las que se encuentra material nuclear perteneciente a una potencia enemiga. Adivinó usted, amigo lector: enemiga de EE. UU. Aunque Top Gun: Maverick fue nominada en seis categorías a los premios Oscar, solo ganó en “mejor sonido”. La verdad sobre el poderío militar de EE. UU. es una cuestión que –a decir de muchos expertos– está en duda pues, después de la Segunda Guerra Mundial, nunca ha ganado una guerra claramente: perdió en Afganistán, no ganó en Irak, perdió en Vietnam (nunca ha podido doblegar a naciones en donde el pueblo está bien organizado y concientizado, como Cuba, Venezuela, China, Rusia, Corea del Norte, etc.).
En un estudio dado a conocer recientemente, se estableció que casi el 80 por ciento de los jóvenes gringos no es apto para la guerra por obesidad, adicciones a las drogas y problemas psicológicos. Los superhéroes gringos del cine son ficciones que intentan levantar el ánimo de una sociedad profundamente decadente, podrida hasta la médula.
Escrito por Cousteau
COLUMNISTA