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La serie documental sigue el trabajo de Abdul-Rahman Muhammad, un guía de turistas que ha investigado durante más de 30 años el asesinato de Malcolm X, el famoso activista afroamericano que perteneció a la organización religiosa Nación del Islam, pero cuyas opiniones personales y su activismo provocaron la ruptura con esa organización. Malcolm X fue uno de los más severos críticos del racismo y la violencia aplicada en contra de los afroamericanos. En este documental dividido en cuatro partes, Abdul Rahman describe la vida de un líder que, gracias a su cualidad de ser un excelente orador, llegó a tener gran influencia en muchos norteamericanos de ascendencia africana.
En sus arengas, Malcolm X criticaba con dureza a los blancos, a quienes acusaba de asesinar a los afrodescendientes sin que hubiese razón alguna. Cuando era adolescente, Malcolm X se relacionó con pandillas de delincuentes de Boston por lo que en 1945 fue condenado a 10 años de prisión. Dentro de la cárcel conoció a la secta musulmana Nación del Islam. En 1952, tras salir de prisión con libertad condicional, Malcolm X se convirtió en la cara pública de la organización musulmana que tenía su sede en Nueva York y que, para esa época, aglutinaba a decenas de miles de personas. La Nación del Islam era dirigida por Elijah Muhammad, tenía sobre todo propósitos religiosos. Malcolm X se consideraba un discípulo de Elijah; pero sus discursos no solo proyectaban el ideario de la Nación del Islam, sino también el pensamiento político de Malcolm X. La posición más crítica de este último fue creando fricciones con la cúpula de la secta religiosa. En alguna ocasión –en el año de 1963–, pocos meses después del asesinato del presidente John F. Kennedy, en un foro en el que participó Malcolm X, un periodista le preguntó: “¿qué opina usted sobre el asesinato del presidente Kennedy?”, Malcolm X se quedó pensativo varios segundos y luego contestó que era un caso de “los pollos que vuelven a casa a dormir”, y agregó: “cuando los pollos vuelven a casa a dormir no me siento triste, siempre me alegro”.
Estos comentarios despertaron la protesta de muchas personas, por lo que Elijah y los dirigentes de La Nación del Islam sancionaron a Malcolm X prohibiéndole hablar públicamente durante días: Malcolm, sin embargo, era una figura muy notoria en el firmamento de la lucha antirracista, por lo que había tenido oportunidad de conversar con líderes de la talla de Fidel Castro, presidente cubano; con Gamal Abdel Nasser, presidente de Egipto y con Keneth Kaunda del Congreso Nacional Africano de Zambia.
Malcolm X, nunca se identificó con la lucha encabezada por Martin Luther King por los derechos civiles (igualdad de derechos entre todos los norteamericanos, fuesen blancos, negros, latinoamericanos o asiáticos) incluso criticó la marcha organizada por Luther King en 1963 en la ciudad de Washington, llamando a esta marcha “la farsa de Washington”. Esa marcha tuvo una participación de 300 mil personas, afroamericanas en un 80 por ciento. El resultado de esa marcha fue la aprobación, en 1964, de la Ley de los Derechos Civiles y la Ley del Voto. Luther King dio ahí su famoso discurso titulado Yo tengo un sueño en el que señalaba que él aspiraba a un mundo en el cual no hubiera diferencia entre blancos, negros o cualquier otro grupo étnico (este discurso es considerado por algunos, desde el punto de vista retórico, el mejor del mundo en la historia de los discursos).
Malcolm X se separó de la Nación del Islam y comenzó a denunciar a Elijah Muammad y a su cúpula como gente que se había aprovechado de la religión para hacer grandes negocios; a Elijah lo denunció públicamente como un líder religioso que tenía relaciones sexuales con varias mujeres –sus secretarias–, y que tenía varios hijos, producto de esas relaciones. Pero su denuncia no tuvo mucho eco en los medios. El 21 de febrero de 1965, mientras comenzaba a dar un discurso, fue asesinado por disparos de una escopeta recortada y pistolas de diversos calibres.
No es difícil contestar la pregunta de ¿quién mató a Malcolm X? Si se analizan los detalles del crimen: no había vigilancia policial, nunca se pudo dar con los asesinos excepto uno que fue atrapado por la multitud, pero que jamás dio los nombres de sus cómplices. Y yo agregaría también: ¿quién mato a John F. Kennedy? ¿Quién planeó y ejecutó los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001? Vale.
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COLUMNISTA