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Este libro reseña las principales especulaciones apocalípticas de la historia de la humanidad con base en el análisis aritmético, astrológico e incluso retórico de su autor. Sin embargo, Daniel Ruzo (Lima, 1900-Cuernavaca, 1991) no siempre se apoya en la ideología religiosa o esotérica y varias de sus conclusiones están dominadas por concepciones científicas, como ocurre cuando reconoce que el “fin del mundo” del que hablan sus protagonistas –de Moisés a Nostradamus– es en realidad el fin de una época y no el del hombre y la Tierra.
Otra de las conclusiones de Ruzo –autor de seis libros de poesía y 10 sobre temas especulativos– es que los grandes profetas de Medio Oriente, incluidos los cuatro “mayores” de Israel: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel; y Michel Nostradamus, de Europa, elaboraron sus predicciones con base en la marcha elíptica del Sol y los tres ciclos de los años 70, 620 y 1001 para definir que el fin del mundo ocurriría en 2136 y 604 antes de Cristo (a.C.) y 2137 de la era actual.
Según Ruzo, durante un largo periodo de 2740 años (del 604 a.C. al 2137 d.C.), hubo un número desconocido de “fines del mundo” (o de época) a causa de guerras imperiales, entre ellas las protagonizadas por el emperador persa Ciro y su hijo Nabucodonosor contra Babilonia y la de los romanos contra Israel; así como debido a la sucesión de movimientos telúricos e inundaciones como la que pudo haber provocado el mito del “diluvio universal”, al que sobrevivieron el héroe bíblico Noé y su familia mediante el uso de una pequeña barca de madera.
Otras expresiones escépticas de Ruzo pueden ser consideradas contrarias a la propuesta genérica de su libro, e incluso ateas, como es el caso de las siguientes: “Las humanidades son necesarias para que nazcan los dioses”… “No existe hasta ahora hoy ningún reinado ni religión que haya dominado toda la tierra, ni la mitad de ella, ni la tercera parte. No existe la posibilidad de que alguien pueda realizarlo”… De la idea de la resurrección dice que en realidad invoca la “mutación de los seres que viven en la tierra”.
En el libro de Ruzo, que vivió hasta 1991, también llama la atención la falta de referencias a una posible guerra nuclear como factor de extinción masiva de los hombres, pese a que cita un apocalipsis para el año 2137. Esta omisión quizás se deba a que no consideró como profetas “mayores” a ninguno de los presidentes guerreros del imperialismo yanqui, entre ellos John F. Kennedy –promotor de la Crisis de los Misiles en 1962– y Joseph Biden, quien a principios de este año indujo al nazi ucraniano Volodímir Zelenski a provocar una guerra con Rusia.
Este libro del escritor peruano –autor también de El testamento auténtico de Nostradamus (1997) y El valle sagrado de Tepoztlán (1998), entre otros– fue publicado póstumamente por su viuda en el año 2000 con algunas adiciones menores. Ruzo fue un exitoso empresario comercial en su natal Perú, en varios países de Europa y en México.
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Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista cultural