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El miércoles 14 de julio, el aún titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera, quien un día después dejaría su lugar a Rogelio Ramírez, declaró a un medio periodístico que “ya pasó lo peor de la crisis económica” (sic), y que en el país hay una recuperación “robusta” que permite ratificar el pronóstico de crecimiento del 6.5 por ciento este año. ¿Es cierto que México está recuperando su economía? ¿Es esto comprobable por la población mexicana?
En el primer trimestre de 2021 hubo una caída económica del 2.8 por ciento con respecto a 2020, antes de que la pandemia del Covid-19 empezara hiciera estragos en México; en el segundo trimestre de ese mismo año, el Producto Interno Bruto (PIB) sufrió una caída del 16.9 por ciento y luego creció, o más bien se recuperó, con el 12.5 y el 3.2 por ciento, respectivamente, en el tercero y cuarto trimestre.
Aunque en el segundo semestre del año anterior hubo una recuperación del 84 por ciento y en el primer trimestre de 2021 hubo un pequeño crecimiento del 0.8 por ciento, no puede hablarse de que haya una recuperación completa y que lo peor de la crisis haya pasado; menos cuando la tercera ola de Covid-19 empieza a cobrar fuerza y la vacunación avanza muy lentamente.
En el primer trimestre de 2021, 14 de los 20 sectores económicos estuvieron en semáforo sectorial “rojo” –en caída–, tres en naranja, uno en amarillo y dos en verde. El descenso en el PIB es muy importante porque significa que las familias pierden empleos, ingresos y acceso a bienes y servicios, aunque las variables al alza o a la baja no siempre reflejen estos efectos, si hay recursos para satisfacer las necesidades de las personas, algo que no sucede hoy en el país.
Las cifras en México son de terror. Según Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, al menos 35 millones de personas no tienen un salario suficiente ni seguridad social. Datos de la organización Semáforo de Trabajo Digno revelan que 24.6 millones de personas se hallan en desempleo. En la región centro, solo dos millones 526, de más de 20 millones de mexicanos en edad de trabajar, tienen un empleo digno; y 9.3 millones realizan labores en condiciones precarias y con sueldos muy bajos.
México tiene una Población Económicamente Activa (PEA) de casi 75 millones de personas –que están en edad de trabajar–; pero solo están ocupados 50 millones, y cada año se suman otros 700 mil demandantes de empleos. ¿Cómo, entonces, puede decirse que la economía nacional está recuperándose y que “ya pasó lo peor de la crisis”? ¿Cómo asegurar que México está combatiendo la pobreza y la desigualdad si su economía no genera empleos formales y salarios dignos o suficientes?
El ahora extitular de Hacienda miente, como lo ha hecho el propio Presidente de México en estos tres primeros años de su gobierno. Su actuación tardía frente a la pandemia del Covid-19 provocó el aumento de al menos 12 millones de pobres, cifra que, de acuerdo con cálculos extraoficiales, puede llegar a 15 o 20 millones. Sobre lo que no hay duda es que al menos tres millones de mexicanos más perdieron sus empleos; que otros 2.6 millones quedaron subocupados y que 2.3 millones más desempeñan labores con ingresos suficientes.
En un solo año, los mexicanos de sexo masculino que se quedaron sin trabajo aumentaron de 1.4 millones a 1.8 millones y las mexicanas que padecieron esa misma pérdida pasaron de 724 mil a 911 mil. A este grave problema hay que agregar la existencia de 30.5 millones de trabajadores informales, cifra que representa el 55.6 por ciento de las personas ocupadas.
La crisis no ha pasado. Por el contrario, se agudizó. Andrés Manuel López Obrador y varios miembros de su gabinete, como Arturo Herrera, engañan al pueblo con informaciones falsas mientras las familias enfrentan el alza cotidiana de la canasta básica, como ocurre con el precio del kilogramo de tortilla, que a partir del 1º de julio cuesta 20 pesos; o con el huevo, el jitomate o el kilogramo de pechuga de pollo, que en la Ciudad de México cuesta hasta 140 pesos el kilo.
México está envuelto en la tercera ola de Covid-19 y los contagios ya llegan a 12 mil por día y las muertes también aumentarán; el desempleo permanece al alza y las familias están más preocupadas porque no tienen dinero para adquirir los alimentos básicos. Mientras tanto, el Gobierno Federal se halla enfrascado en la sucesión presidencial de 2024 y en generar decenas de distractores para que la población no observe la pobreza y los problemas de salud que amenazan cada vez más a las familias mexicanas. Por el momento, querido lector, es todo.
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Escrito por Miguel Ángel Casique
Columnista político y analista de medios de comunicación con Diplomado en Comunicación Social y Relaciones Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).