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Sam Mendes es un realizador británico que a lo largo de su carrera ha obtenido importantes premios por sus cintas. En 1999, siendo un director novel, obtuvo el Oscar como mejor director con su ópera prima, Belleza americana. En esta película logra reflejar de manera crítica lo que pudiera considerarse una familia típica estadounidense de clase media. Aparentemente, en esta historia Mendes solo retrata la vida de una pareja disfuncional (los Burnham). Incluso algunos reseñadores y críticos han señalado que en la cinta se pueden palpar los sentimientos de liberación, de redención a través de la vida de Lester (Kevin Spacey), dado que él logra sacudirse los obstáculos que representan un empleo que odia, una familia que lo desprecia, particularmente su esposa Carolyn (Annette Bening), una mujer que busca triunfar como vendedora de bienes y raíces y que ve en su esposo el peor obstáculo en su carrera.
En mi particular punto de vista, Mendes no tuvo la intención de apologizar la vida triste y opresiva de Lester, sino más bien, nos muestra la terrible soledad, la enorme insatisfacción que produce una sociedad, como la estadounidense, basada en “valores” occidentales como el éxito económico, el ser “triunfador” y no “perdedor”, a cualquier precio. Es, pues, un retrato cáustico de unas relaciones familiares basadas en intereses mezquinos y en la hipocresía. Después de ver Belleza americana, cualquier espectador puede fácilmente concluir que la vida de Lester no es una liberación, es una tragedia que termina cuando él es asesinado por su vecino.
En 2002, Sam Mendes filmó Camino a la perdición, que en 2003 ganó el Oscar a la mejor fotografía (aunque tuvo otras cinco nominaciones más en otras categorías). La cinta relata la vida del sicario Michael Sullivan (Tom Hanks), quien trabaja bajo las órdenes de una banda de origen irlandés que opera en la época de la Gran Depresión bajo la dirección de John Rooney (Paul Newman), el cual le profesa cierto aprecio a Sullivan y a los hijos de éste. Sin embargo, el hijo biológico de Rooney, Connor Rooney (Daniel Craig) siente celos por el afecto de su padre hacia Sullivan. Como venganza, Connor mata a la esposa y a un hijo de Sullivan. Al enterarse del crimen, John Rooney recrimina y maltrata a Connor, pero siendo su hijo, lo perdona. Sullivan busca la venganza y se enfrenta a la mafia para la que antes había trabajado.
En sus correrías para saldar cuentas; Sullivan se lleva a Michael, su hijo sobreviviente (Tyler Hoechlin), que es un adolescente. Con la ayuda de este muchacho, Sullivan se enfrenta a la mafia de John Rooney. Éste contrata a un asesino despiadado, Harlen Maguire (Jude Law), para asesinar a Sullivan. Se inicia una persecución paralela: Maguire persigue a Sullivan y Sullivan persigue a los asesinos de su esposa y a su hijo. Al final de la historia, después de haber visto cómo su padre elimina a los Rooney y a sus pistoleros, Michael Sullivan Jr. llega a un lugar apartado en la costa –y donde cree que vivirán tranquilos él su padre–, para su mala fortuna, Maguire logra encontrarlos y le dispara a su padre, dejándolo mortalmente herido. Sullivan padre, ensangrentado y desfalleciente, ve llegar a su hijo con una pistola y apuntar a Maguire mientras le dice que dispare. Maguire se acerca y Michael Jr. no jala del gatillo, es Sullivan padre quien le dispara a Maguire. En el último plano-secuencia, Michael Jr. (su voz, años después de lo ocurrido) asegura que jamás le dispararía a ningún ser humano.
En 2009, Mendes produjo otra obra cinematográfica digna de ser recordada: Vía Revolucionaria (el título no tiene nada que ver con movimientos políticos o grandes cambios sociales, se origina en la calle en que viven los protagonistas de la historia narrada), que fue nominada en varias categorías en los premios Oscar y ese mismo año obtuvo el premio Globo de oro a mejor actriz (Kate Winslet). Vía revolucionaria es un drama que trata sobre un matrimonio “modelo” a los ojos de vecinos y parientes, pero en el que en realidad las relaciones emocionales van deteriorándose hasta el extremo de que la vida de ambos cónyuges (los Wheeler), Frank (Leonardo Di Caprio y April (Kate Winslet) se vuelve un infierno que termina con un aborto provocado por ella y, ante la complicación en su salud, ella muere. A través de la historia de ese matrimonio, sin asumirse como un crítico de la sociedad norteamericana y occidental, Mendes vuelve a mostrar con mucha agudeza, la falsedad, la hipocresía, la gran mezquindad en que se basa la familia en la sociedad burguesa.
Escrito por Cousteau
COLUMNISTA