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Facebook: ¿la red que le da voz? (I de II)
No es ningún secreto que las redes sociales procesan la información que reciben de los usuarios para qué, con sus algoritmos, puedan “satisfacer” sus demandas visuales y de todo tipo de contenidos.
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Nadie puede dudar a estas alturas del desarrollo de las llamadas “redes sociales” que su poder e influencia están marcando la vida de toda la humanidad. Los datos más recientes sobre Facebook, indican que en esta red se publican 100 mil millones de posts al día. Pero ese poder de comunicación instantánea que ha nacido con esta red, no se emplea solo para comunicar a un extenso y muy diverso público de forma “libre” y “desinteresada”. En recientes meses se han dado a conocer cuentas falsas para promocionar al equipo F. C. Barcelona (una forma de hacer publicidad gratuita, disfrazada de opiniones de aficionados del club.

Se sabe que en Estados Unidos y muchos países, las redes sociales –y preferentemente Facebook– le han servido a los partidos políticos y grupos de poder para hacer proselitismo e inocular sus propuestas ideológicas y políticas (por ejemplo, se puso en evidencia en las pasadas elecciones para presidente de Estados Unidos que el precandidato Michael Bloomberg pagó a más de 500 personas dos mil 500 dólares mensuales para que hablaran bien de él en Facebook).

No es ningún secreto que las redes sociales procesan la información que reciben de los usuarios para qué, con sus algoritmos, puedan “satisfacer” sus demandas visuales y de todo tipo de contenidos. Los 100 mil millones de posts son procesados en los gigantescos “cerebros cibernéticos” con los que llegan a manipular la vida de miles de millones de personas en todo el planeta. Los algoritmos “definen” qué debe ver cada usuario; es valido, por tanto, preguntarse: ¿Hay libertad en la información en las redes sociales o son una burda manipulación con fines comerciales y de control ideológico y político?

El lunes cuatro de octubre tuvo lugar un “apagón digital” en Facebook y todas sus aplicaciones (WhatsApp, Instagram y Messenger), con lo que salieron afectados miles de millones de usuarios en todo el planeta. Este apagón duró horas y afectó no solamente la posibilidad de comunicación entre los que utilizan estas redes sociales, sino que afectó a diversos negocios, oficinas de empresas públicas y privadas, escuelas que imparten clases en línea, atención a enfermos o accidentados en los hospitales, atención a personas víctimas de maltrato físico o psicológico que utilizan las redes para denunciar a sus agresores, etc.

Las aplicaciones de Facebook con sus diversas formas de comunicarse han servido para promocionar artículos, promocionar a políticos, para hacer tratos comerciales, para dar indicaciones laborales, para “orientar” a los clientes, etc. Con este “apagón digital” se evidenció el hecho de que la empresa de Mark Zuckerberg tiene un monopolio de las principales formas de comunicación de miles de millones de seres humanos, lo cual no deja de mostrar la gran dependencia social y económica de los seres humanos en la mayor parte del planeta Tierra hacia las grandes compañías tecnológicas que dominan el espectro digital de todo el mundo. Según expertos en esta materia, para millones de seres humanos, las aplicaciones del gigante digital Facebook, no solo en Estados Unidos, sino en Asia, América Latina, África y Europa, prácticamente representan el fundamento de su éxito. Claro que utilizar las redes sociales para hacer funcionar un negocio, un trabajo, una escuela, tiene su costo, pues los miles de millones de usuarios tienen que pagar Internet, y tienen que engullir diariamente la propaganda que le deja inmensas ganancias al dueño de este gigante digital. 


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


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