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¿Errores?
La casualidad es la madre de la necesidad, reza la filosofía; y significa que aquellos fenómenos de la realidad que parecen ser azarosos, fruto del error o de la casualidad
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La casualidad es la madre de la necesidad, reza la filosofía; y significa que aquellos fenómenos de la realidad que parecen ser azarosos, fruto del error o de la casualidad, en realidad son las manifestaciones iniciales de un proceso necesario, es decir, de un proceso que ha de suceder, lo quiera nuestra voluntad o no y, por lo mismo, dejarán de ser errores y casualidades para convertirse en acciones cotidianas. Así que, la pregunta de si lo que hemos visto en los primeros días de la nueva administración son “simplemente errores” o se trata del preludio de un gobierno autoritario, lo comprobaremos pronto; no podemos adivinarlo, pero sí podemos establecer dudas legítimas que nos ayuden a hacernos una idea del futuro que le espera al pueblo de México y qué debe hacer para preparase para lo que vendrá.

En primer lugar, ¿cómo podemos entender la ilegal consulta que hizo que con menos del uno por ciento del padrón electoral se tomara la irresponsable decisión de cancelar una obra que se observaba como un gran detonador de la economía mexicana, como era el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, en Texcoco? ¿Puede considerarse un error? No es un error, es un golpe de autoridad. ¿No sabía acaso el Presidente que una consulta en la que 700 mil mexicanos “opinaron” quitar el aeropuerto de Texcoco era una farsa, una violación a la Constitución y un golpe a la democracia? Sí sabía, sin embargo, lo hizo; y ahora resulta que el ejército será mano de obra para la construcción de las pistas en Santa Lucía, sin estudios previos ni siquiera de los organismos especializados en tráfico aéreo. Sacar a los militares que están en Santa Lucía requiere una carga presupuestal de 47 mil millones de pesos que el pueblo pagará, además del costo, que ya estamos sintiendo, de cancelar el aeropuerto.

En segundo lugar, la realización del famoso Tren Maya en medio de la selva, dañando irreversiblemente los ecosistemas del sureste, con un monto de más de 160 mil millones de pesos, ¿en qué le beneficia a usted, amable y paciente lector? ¿En qué al pueblo maya, que no tiene posibilidades de poner hoteles o hacer grandes negocios? Prácticamente en nada; sin embargo, se hizo otra farsa de consulta, cuando se dijo que no se volvería a hacer algo así; y se avaló, pero sin que existan estudios de impacto ambiental, ni de costo beneficio, como diciendo: esta obra se hace porque lo digo yo, lo mismo que la refinería de Dos Bocas, Tabasco, cuando la producción de crudo mexicano está realmente a la baja y apostarle al petróleo, como se hizo en otro tiempo, es un arreo, pero ¿no lo saben? Si lo saben, malo; si no, peor.

En tercer lugar, el pleito con los ministros de la corte por los salarios es una aberración. En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, el partido político en el poder, Morena, va a recibir mil 557 millones de pesos, lo que equivale a los sueldos de todos los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por casi 44 años; ¿no que no puede haber gobierno rico y pueblo pobre? Aquí sí que no hay autoridad.

En cuarto lugar, se reduce de golpe el presupuesto a las universidades; a la UNAM, más de mil millones de pesos; a la UAM, al Politécnico, a Chapingo, tres por ciento; el Colegio de México también sufrió recortes; y se anuncia que se destinarán mil millones de pesos a crear 100 universidades nuevas, que ya han dicho que serán universidades “patito”, cuando lo que se debe hacer es elevar la escala de atención de las universidades ya existentes, con lo que se ahorrarían gastos. En sus comentarios ante la prensa, el Presidente dijo que las universidades debían acostumbrarse a la austeridad y a dejarse de lujos y de inmediato hicieron públicos los ingresos mensuales de los rectores; poco después, en Hidalgo, el Presidente de la República dijo que se trataba de un “error y que se corregiría. Ahora bien, ¿qué quiere decir que se va a corregir? ¿Dejarán a las universidades con el mismo presupuesto que el año pasado? Si fuera el caso, de eso no se trata. Se trata de elevar el presupuesto de las universidades, al menos al nivel de la inflación. ¿Será entonces un error? Creo que no, que se trata de un amago contra de las universidades y sus grupos políticos, pues tampoco es casualidad o “error” que en el proyecto de reforma educativa del nuevo gobierno desapareciera la cláusula relacionada con la autonomía de las universidades. Se trata de golpes de autoridad disfrazados de errores para “medir el agua a los camotes”. Ahora bien, si se trata de errores simplemente, entonces ello refleja que no saben gobernar, lo que resulta más peligroso porque se confirma que se trata de un gobierno de ocurrencias; y en México eso es lo que menos conviene para sacar adelante al país.

Finalmente, aunque no por ello faltan ejemplos, Marcelo Ebrard también se percató de que hubo un “error de dedo” al revisar el proyecto de presupuesto, en el que le recortan significativamente al servicio exterior mexicano, ¿se pasaron de austeros, o le propinaron un golpe a Ebrard? No lo sabemos, pero sí sabemos que van a “corregir”, pues de la noche a la mañana aparecieron 23 mil 700 millones de pesos para enmendar la plana en el campo, en las universidades, en el servicio exterior mexicano, en cultura, para apoyo a las mujeres, etc.

Lo más grave de todo, y esto sí que es un error, es querer dejar fuera todas las obras y proyectos de quienes fueron a la Cámara de Diputados, hicieron gastos, largas filas para entregar su documentación para que se les borre de un plumazo y se les haya hecho venir en balde, pues la instrucción es “no moverle una sola coma” al tal proyecto. Ésos son visos de autoritarismo anunciado. Además, la incongruencia entre el discurso y la realidad se nota con mayor nitidez, pues en su discurso dijeron que bajarían los precios de las gasolinas eliminando el IEPS (Impuesto Especial a Producción y Servicios); sin embargo, los diputados de Morena aprobaron ese impuesto y, por lo mismo, no bajarán las gasolinas; no crearán nuevos impuestos ni aumentarán los existentes, pero tampoco bajarán, es decir, seguiremos pagando impuestos como antes. Finalmente, pretenden que con dádivas el pueblo saldrá de la pobreza, pero no lo lograrán, porque no están atacando la causa de ésta, sin solamente sus efectos.

Convocamos al pueblo de México a abrir los ojos, a descubrir lo que se esconde tras estos “errores” y a levantarse a defender lo que es suyo mediante la toma de conciencia y la lucha social. La verdadera liberación del pueblo tiene que ser obra del propio pueblo. Súmate a las jornadas de lucha por un presupuesto que incluya a los mexicanos humildes como debe ser. 


Escrito por Brasil Acosta Peña

Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.


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