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Nació en Mérida, Yucatán, el 30 de noviembre de 1787. Falleció en la Ciudad de México el 15 de abril de 1851. Fue un destacado y prolífico escritor de ensayo y narrativa y también estuvo relacionado con la realidad política de México en su juventud, siendo parte de la Guerra de Independencia. Estudió en el Seminario Conciliar de Mérida y en la Real y Pontificia Universidad; su pasión por la literatura lo llevó a enfocarse en este campo. Escribió impecables discursos políticos, manifestando ideas opuestas a las de los grupos dominantes del momento y esto le trajo complicaciones en reiteradas ocasiones. Fue diputado al Congreso de Chilpancingo, presidió la Asamblea Nacional Constituyente que hizo la declaración de Independencia en 1813, y fue autor del manifiesto independentista lanzado a la nación. Presidió la Academia de Letrán, fundada por Guillermo Prieto en 1836. Escribió para El Ilustrador Americano y El diario de México. También fue autor de poemas en los que cultivó diferentes estilos, alternando el clásico con el neoclásico. Una de sus obras maestras es Oda al dieciséis de septiembre de 1821, en la que se deja constancia de la gran devoción que el poeta sentía por su tierra, su lealtad y compromiso incapaz de ser doblegados. Quintana Roo fue esposo de Leona Vicario, una de las mujeres más comprometidas con la lucha independentista.
POESÍA RECITADA EN LA APERTURA DE LA ACADEMIA DE DERECHO TEÓRICO-PRÁCTICO
El saber de los tiempos primitivos
tuvo objetos sagrados; poner lindes
al público derecho y al privado,
a las cosas sagradas y profanas;
edificar ciudades, grabar leyes
en duraderas tablas… así un día
sacros honores y divina gloria
alcanzaron los vates y sus versos.
Sr. M. De la Rosa.
Cuando igual con los tigres y leones
por ásperas montañas discurría
feroz el hombre, a maquinal instinto
su razón como esclava sometida,
¿Quién revivió en su espíritu la antorcha
que con su luz le descubrió propicia
los dones que las leyes reservaban
a su fraterna unión y social vida?
Fue la voz penetrante, irresistible,
con que habló a sus sentidos la poesía,
nudosos troncos y peñascos duros
fácil moviendo a su encantada vista.
Entonces de los muros protectores
se alzó el abrigo al son de dulce lira
nació la sociedad, y el hombre en ella
el horror olvidó de sus guaridas.
Con la fecunda esteva el almo seno
a la tierra industrioso solicita,
y de dorados frutos coronadas
al punto ve sus útiles fatigas.
Las ingeniosas artes en mil formas
a la inerte materia luego animan,
y en alas del comercio se difunden
por el orbe las nuevas maravillas.
¡Cuán frágiles, si en ellas no imprimiese
el sello augusto de sanción divina
el sagrado carácter que aterrada
reverencia y acata la malicia!
A violento despojo en vano anhela
con brutal fuerza o seductora intriga:
igual la ley al débil e ignorante
su luz o su poder les comunica.
Mas como en ordenados escuadrones
cuyo valor aumenta la pericia,
de los Estados la común defensa,
y el reposo común se funda y cifra,
así en cuerpos ilustres la custodia
de privados derechos firme estriba,
y a tan altos deberes su importancia
y honor debe la noble abogacía.
Bajo sus alas tutelares halla
escudo la inocencia a su justicia,
y el malvado opresor tiembla aterrado,
cuando de su elocuencia el rayo vibra.
Triunfos gloriosos que en su archivo eterno
la vividora fama fiel registra,
sin que consuma su feliz memoria
del edaz tiempo la roedora lima.
Así indelebles los divinos nombres
de Tulio y de Demóstenes aun brillan,
y brillarán, mientras el justo aprecio
a la virtud y ciencia no se extinga.
¡Oh jóvenes amables, que a su ejemplo
seguís la senda que a la gloria guía!
venid: a vuestro anhelo abre la patria
puras fuentes de próvida doctrina.
Venid: ya se revelan los misterios
que del pueblo mantienen la armonía;
y sus pasiones desarmadas muestran
el poder de la ley, a ella sumisas.
Veréis cual las diversas potestades
del Estado a un fin único conspiran,
y el artificio que en unión concorde
en su balanza fiel las equilibra.
Una al rumor de públicos debates
reglas sagradas e inviolables dicta,
sin que el ardor de la contienda turbe
a la razón su claridad tranquila.
Depositaria augusta, otra a los pueblos
la soberana voluntad intima,
y sus destinos con acierto rige,
en límites preciosos contenida.
Otra más circunspecta, los derechos
y deberes del súbdito investiga
desde elevado escaño, donde todos
de la impasible ley la norma aplica.
Su voz sonó; mas antes del consejo
de profesor profundo fue instruida,
que del error las nieblas disipando
a la oculta verdad abrió las vías.
¡Ministerio sublime!!Cuántas prendas
de sólida instrucción, virtud purísima
en tus inmaculados sacerdotes
deben verse asociadas y reunidas!
No de mi humilde canto el débil tono
hoy las dará ensalzadas ni descritas;
que tan difícil y encumbrado empeño
pide numen mayor, más docta lira.
A ti alabanzas de memoria eterna
en concierto uniforme son debidas.
Este noble concurso te las rinde,
Como oblación que al mérito dedica;
y tus tareas que a la patria ilustran,
aplaude agradecido, absorto admira.
Ocho de febrero de 1835.
SALMO CXLX
De mi llanto en el día
cuando me atribulaba
de enemigos astutos
la lengua emponzoñada,
al Señor sus gemidos,
entre dolientes almas,
en fe viva encendidas,
alzó ferviente mi alma.
¡Oh Dios que los ultrajes
castigas sin tardanza
con que impostores labios
la humilde maldad manchan!
en confusión eterna
sumidos por ti yazgan
los que de la calumnia
el artificio labran,
cual de robusta mano
vibra aguda lanzada
cual fuego devorante
que la mies seca abrasa,
de amigos simulados
así son las palabras.
Miel su boca destila;
veneno el pecho guarda.
¡oh suerte lamentable
que en Cedar mi jornada
con perezoso curso
a mi pesar alarga!
la paz con que les brindo
con cautelas me pagan,
y mis sencillas obras
de maldiciones hartan.
SONETO A PEREZ VALDÓMAR
Hija parlera del excelso Divo,
joven sonora, que la noble gloria
del héroe estampas en la file historia,
su nombre conservando siempre vivo.
Tú, alma Clío, que de verde olivo
la sien ornada, y trompa meritoria
empuñas, para hacer á su memoria
el elogio más noble y expresivo:
eterniza en tu libro duradero
los grandes hechos de quien ha sabido,
modelo ser de jefes verdadero:
de Perez Valdelómar, conocido
por General bizarro, cuyo esmero
a Yucatán en todo ha engrandecido.
Escrito por Redacción