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Sin arroz, frijol y maíz, ¿no hay país? (II de II)
¿Es ésta la mentalidad de un estadista consciente de las necesidades de sus gobernados para vivir bien y realizar sus actividades diarias? ¿Cuál es la intención de AMLO al proponer la ingesta solo de frijol y maíz como medida de prevención de las enfermed
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Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) revela que las políticas económicas cambiantes en China, debido al ascenso de Mao Zedong y el PCCh, promovieron el equilibrio en la productividad agropecuaria, pues la mayoría de los alimentos se producía en el sur agrícola mientras el norte rural era poco productivo y carecía, por ende, de varios productos alimenticios básicos, cuestión que se traducía en bajos índices de crecimiento en niños, pobre productividad en el trabajo de los adultos, mal aprovechamiento escolar y alta mortandad infantil. Mao se propuso que todos los chinos tuvieran acceso a la carne, el huevo y la leche, particularmente niños en edad de escolar y madres en gestación. Hasta la década de 1960, el 70 por ciento de los chinos vivía directa o indirectamente del arroz.

El impulso en la productividad agropecuaria china iniciado por Mao y continuado por Den Xiaoping, dio frutos tangibles en la década de 1979 a 1989: China produjo cuatro veces más alimentos agropecuarios que la década anterior, gracias a eso, los chinos pudieron consumir en promedio 69g de proteína al día y cubrir satisfactoriamente su demanda energética diaria. Un estudio de la Universidad de Zhejiang mostró que la altura de los adolescentes de 18 años en 2010 fue 12.3 cm mayor a la de adolescentes de la misma edad en 1985. Otros estudios de la FAO revelaron que la mortalidad infantil en China se redujo un 46 por ciento en el mismo periodo y el aprovechamiento académico en estudiantes aumentó un punto en escala del uno al cuatro, o sea 25 por ciento, esto como resultado del combate a la pobreza y la marginación en China.

Además, se practica el deporte desde la edad infantil hasta la edad adulta. El repunte en el desempeño de los deportistas chinos se ha visto reflejado en las últimas tres décadas; de 1984 a la fecha, los chinos han logrado conquistar 546 medallas olímpicas, y ahora son una potencia mundial en casi todas las disciplinas deportivas. No es un error afirmar que la fortaleza de un país radica en la salud física y mental de su población, y se logra en buena medida fomentando el deporte, produciendo y comprando lo que sus ciudadanos necesitan y no al revés.

Entonces, ¿es ésta la mentalidad de un estadista consciente de las necesidades de sus gobernados para vivir óptimamente y realizar sus actividades diarias? Yo creo que no. ¿Cuál es, entonces, la intención de nuestro Presidente al proponer la ingesta solo de frijol y maíz como medida de prevención de las enfermedades?

Estoy seguro de que ésa y otras desafortunadas declaraciones del presidente Obrador se deben a su amplia ignorancia en el ejercicio del poder, a su rancio conservadurismo y a su nula capacidad para percibir la realidad negando todos los problemas sociales, cual caprichoso “rey desnudo” mexicano. Observamos esa actitud en su tajante rechazo a las energías no contaminantes y su decidido apoyo a la producción de energía eléctrica a base de carbón; la eliminación de todos los fideicomisos que garantizaban recursos para deporte, investigación y cultura; la erradicación de apoyos a madres solteras y la eterna tergiversación a su conveniencia de las leyes. Los mexicanos no debemos seguir tolerando el sinsentido en la forma de ejercer el poder de Morena.

México necesita en el poder a hombres y mujeres de mentalidad progresista y visionaria que apuesten por el mejoramiento de las condiciones materiales y espirituales de las clases trabajadoras, que entiendan como progreso y bienestar, la erradicación material de la pobreza, reflejada en servicios, empleo, educación y esparcimiento a través de un reparto más equitativo de la renta nacional.

Amigo lector, en las elecciones próximas, te invito a votar por candidatos que sean sinónimo de trabajo y progreso. No es benéfico para el país votar por candidatos surgidos al calor de las elecciones y que nunca han trabajado por sus pueblos. Es hora de pensar como país.


Escrito por Tlacaélel De la Cruz

Columnista


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