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Las desavenencias entre la República Popular Democrática de Argelia y el Reino de Marruecos, dos actores clave del Magreb, estratégica región norafricana, escalaron al nivel de la ruptura. Este quiebre se produce en un complejo escenario geopolítico para el mundo árabe y musulmán, pues la inestabilidad se prolonga en Libia, la volatilidad aumenta en Túnez y el Talibán retorna a Afganistán tras el retiro de Occidente. México mantiene cordiales vínculos con ambos y opta por el diálogo, pues a nadie conviene esta crisis en una zona de relevancia para Occidente, África y Medio Oriente.
El 24 de agosto, el ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ramtane Lamamra, anunció que su país rompía relaciones con su vecino Marruecos, al que acusó de convertirse en plataforma para permitir a potencias extranjeras “realizar declaraciones hostiles contra Argelia y perpetrar actos hostiles”. El ministerio marroquí de Relaciones Exteriores rechazó los pretextos “falaces y absurdos que sustentan” la ruptura.
Discordia geopolítica
1969. Tras la renuncia de España a su estatus colonial en el Sáhara Occidental, con la llamada Marcha Verde, Marruecos ocupa ese territorio sin reconocer al Frente Polisario, que reivindica la soberanía de la zona.
17 de febrero de 1989. Nace la Unión del Magreb Árabe (Argelia, Libia, Marruecos, Mauritania y Túnez). Su avance se frena por diferencias marroquí-argelinas.
Agosto de 1994. Marruecos pide visa a los argelinos; se cierra la frontera común.
16 de mayo de 2003. Atentado en Casablanca, Marruecos. Occidente teme más terrorismo.
15 de noviembre de 2020. Chocan Marruecos y Argelia en El Guerguerat, al sur del Sáhara Occidental.
2 de marzo de 2021. Marruecos suspende “todo contactoˮ con la embajada de Alemania por supuesto espionaje. Aclara que no rompe relaciones con Berlín.
27 de mayo. Marruecos abre la puerta a miles de indocumentados subsaharianos y ocasiona crisis migratoria con España. Europa se distancia del reino.
10 de junio. Argelia ofrece albergar conversaciones entre las partes en disputa de Libia.
31 de julio. En la Fiesta del Trono, el rey Mohamed VI ofrece “abrir un diálogoˮ, superar rivalidades históricas y discrepancias con el Frente Polisario del Sáhara.
Julio. Argelia retira a su embajador de Marruecos cuando, en la Organización de la Naciones Unidas, un diplomático del reino pidió la autodeterminación de los beréberes (kabyles) de la Cabilia argelina.
26 de agosto. Marruecos cierra embajada en Argel.
Esta crisis resume décadas de altibajos entre ambos vecinos y socios, que oscila en tres ejes de dimensión geopolítica: el conflicto de la excolonia española, hoy Sáhara Occidental; las relaciones Marruecos-Israel –que anunció Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos (EE. UU.)– y la necesidad de energía de la Unión Europea (UE), que Argelia satisface con su gas, que fluye por territorio marroquí.
Algunos ven en esta ruptura una estrategia de Argelia “para recuperar la influencia en el norte de África y aislar a Marruecos en una zona vital de alto valor para EE. UU. y la UE ante la nueva geoestrategia mundial”, publicaron Radio France International y Swissinfo. En cambio, para medios liberales, como el español La Vanguardia, “Argel se reposiciona como líder del nacionalismo árabe”.
Un pie en el Magreb
Los países del Magreb (Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia) conforman el mundo árabe, el musulmán y de África. Pertenecieron a Gran Bretaña, Francia, España y, tras el proceso independentista de los años 60, EE. UU. ocupó el vacío.
La Guerra Fría determinó el contexto geopolítico de la región cuando EE. UU. buscó frenar la influencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Tras el 11-S, Washington reconsideró la región para evitar el auge del radicalismo islámico, y tejió una fuerte red de intereses con Marruecos –su viejo aliado– y paulatinamente con Argelia, muy rico en gas natural.
Desde su independencia en 1956, Marruecos ha recibido la mayor asistencia financiera de EE. UU. que cualquier otro país árabe, con excepción de Egipto. A su vez, Rabat envió dos mil soldados a la Guerra del Golfo, mostró una actitud menos hostil hacia Israel y aceleró sus reformas económicas (liberalizó el mercado y privatizó a gran escala).
EE. UU. dejó atrás sus diferencias con Argelia a finales de los 90. El cambio se atribuyó a la influencia argelina en la Unión Africana y la formación del eje de las tres grandes economías del continente: Argelia, Nigeria y Sudáfrica.
México, lejos de sus socios
Cuando Marruecos se independizó de Francia, el expresidente Adolfo López Mateos envió una delegación al reino, aunque la relación se formalizó hasta el 31 de octubre de 1962. Casi 60 años después, ese país es nuestro cuarto socio económico en África y los intercambios aumentan. Sin embargo, el conflicto entre el reino y el Sáhara Occidental ha causado tensión en la relación entre ambos Estados.
México estableció relaciones diplomáticas con Argelia el 21 de octubre de 1964, dos años después de la independencia argelina. Una década después abrieron sus respectivas embajadas. Mantienen acuerdos en Cooperación cultural (1977), hidrocarburos (1984), cooperación económico-comercial, científica y tecnológica (1985). Sin embargo, el intercambio comercial (en hidrocarburos y algunos productos agrícolas) es bajo comparando el potencial de ambos países.
En 2001, el presidente Abdelaziz Buteflika visitó EE. UU. y el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Louis Freeh, solicitó la ayuda de Argel contra el terrorismo. Entretanto, Washington, París y otros gobiernos europeos lograron cuantiosas ventas de armas en la región. En 2014, tras la caída en los precios de petróleo que impactó a productores como Argelia, el rey Mohamed VI de Marruecos, reanimó su alianza con EE. UU., que se fortaleció cuando Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
Este nexo resultó fundamental en la estrategia de Trump, quien pretendía que otros Estados árabes reconocieran a Israel. A cambio, el magnate “reconoció” la soberanía marroquí sobre todo el Sáhara Occidental. La fortaleza marroquí decayó cuando el neoyorquino perdió la reelección y lo sucedió Joseph Robinette Biden, quien hasta ahora no se ha posicionado ante el conflicto del Sáhara.
Rabat quedó en una encrucijada e hizo un movimiento osado: presionó a Argelia al reconocer al movimiento independentista beréber de la zona de Cabilia, pese a que el reino enfrenta una secesión similar en la zona del Rif. En reacción, Argelia anunció la ruptura. No obstante, analistas del Real Instituto Elcano afirman que Marruecos todavía es un pilar de la presencia política, económica y militar de EE. UU. en el Magreb. Por otra parte, Washington sabe que la solución al conflicto del Sáhara Occidental pasa por el aval de Argelia.
Energía, la clave
El distanciamiento Argelia-Marruecos arriesga el flujo del Gasoducto Magreb-Europa (GME), que operan la española Enagas y la argelina Sonatrach. Desde 1996, esa vía transporta casi nueve millones de metros cúbicos (m3) de gas argelino anuales a España, vía Marruecos a través de un ducto de mil 400 kilómetros.
Y aunque el suministro se mantiene, Madrid teme perder ese abasto, pues el contrato expira el 31 de octubre y la situación entre Argel y Rabat no augura pronta solución. En un anuncio que Argel consideró tardío, el 19 de agosto, Rabat ofreció proseguir con su mantenimiento.
Por permitir el paso del gas argelino bajo su territorio, Marruecos obtiene 800 millones de m3 que cubren sus requisitos energéticos, así como unos 237.5 millones de dólares anuales por comisiones, indica el diario Público. La suspensión de ese ducto también implicaría pérdidas para Argelia. Sin embargo, surte gas a otros socios europeos con el ducto Medgaz, que transporta unos ocho mil millones de m3, que operan Naturgy (de España) y Sonatrach (de Argelia).
La ruptura ocurre cuando los mercados de gas baten récord de precios altos y a Europa preocupa su capacidad de almacenamiento, que es muy baja y se acerca el invierno. Si en octubre no se renueva el suministro de gas del Magreb y llegan las olas de frío, los precios se incrementarán en electricidad y calefacción. En ese contexto, los analistas energéticos ven hacia el gasoducto ruso Nord Stream 2, que une a Rusia con Europa a través de Alemania.
ENTREVISTA
Sr. Djamel-Eddine Grine Embajador de Argelia en México
Acerca del embajador
Desde septiembre de 2020 representa a Argelia en México este diplomático con trayectoria de alto nivel. Ha sido embajador en la República Popular de China, la República Popular Democrática de Corea, de Mongolia, Angola, Santo-Tomé y Príncipe. Fue secretario de Asuntos Extranjeros, Director de Asia Meridional y Septentrional en la cancillería, Embajador Consejero en el Gabinete del Ministro de Asuntos Extranjeros, y Ministro Consejero en la Embajada en Roma, entre otros cargos.
Hoy en día, Argelia sigue más que nunca apegada a la Independencia en sus diversas formas, a pesar de las dificultades inherentes a un mundo cada vez más interdependiente, afirma el Excmo. Embajador de Argelia en México, Sr. Djamel-Eddine Grine, en su diálogo con buzos de la noticia (b).
b. Argelia es ejemplo mundial como pionera en el proceso de descolonización. Su larga y difícil lucha por la independencia le dio gran prestigio. ¿Cómo mantiene su Independencia en el Siglo XXI?
El pueblo argelino vivió una larga y mortífera Lucha por la Liberación Nacional a lo largo de 132 años de colonización. Es esta dolorosa experiencia la que le hizo tomar conciencia del precio de la libertad y con esto explica, hoy, su fuerte apego a la Independencia Nacional. Desde su acceso a la Independencia, la gloriosa lucha del pueblo argelino ha sido considerada como un ejemplo para otros pueblos sometidos aún al yugo del colonialismo.
En esa época, Argelia se esforzó por extender su Independencia a la esfera económica y cultural, situándose a la vanguardia en el establecimiento de un nuevo orden económico internacional. Hoy en día, Argelia sigue más que nunca apegada a la Independencia en sus diversas formas, a pesar de las dificultades inherentes a un mundo cada vez más interdependiente.
Para preservar esta Independencia, su política exterior sigue estando profundamente impregnada de principios –los cuales comparte con México– como la no injerencia en los asuntos internos de los Estados y el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
b. La compleja situación con el Reino de Marruecos evolucionó de modo que llevó a Argelia a romper relaciones. ¿Puede describir cuáles son los principales factores que influyeron en esa decisión?
La decisión tomada por Argelia de romper relaciones con el Reino de Marruecos se explica y justifica por una larga sucesión de acciones hostiles y maliciosas que prácticamente no han cesado desde la Independencia de Argelia. Estas acciones, cuyos antecedentes se exponen de forma precisa y objetiva en la Declaración realizada al respecto el 24 de agosto por el Ministro argelino de Asuntos Exteriores y de la Comunidad Nacional en el Extranjero, Sr. Ramtane Lamamra, van desde la guerra de agresión en 1963 contra Argelia hasta el apoyo a dos organizaciones terroristas: MAK y RACHAD, así como la violación a las instalaciones del Consulado General de Argelia en Casablanca y la inaceptable profanación de la bandera nacional el 1º de noviembre de 2013. Una de las provocaciones más graves e irresponsables es sin duda la declaración del 16 de julio de 2021 de un plenipotenciario del Reino, que no dudó en invocar un supuesto “derecho a la autodeterminación del valiente pueblo kabyl”. Con un espíritu de responsabilidad ante esta grave deriva, Argelia solicitó públicamente una aclaración. La ausencia de respuesta a esta solicitud refleja claramente un respaldo político al más alto nivel de la autoridad política del Reino de Marruecos. Tal provocación tiende a establecer una amalgama abusiva y tendenciosa entre la Kabylia, parte integrante, histórica y sociológicamente del territorio argelino y el Sáhara Occidental, el cual figura desde 1963 en la lista de territorios no autónomos, y está inscrita como tal en la agenda de la 4° Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas como una cuestión de descolonización.
b. Argelia practica una política exterior plural: abanderó el respaldo al derecho del pueblo palestino a un Estado viable y, a la vez, fortalece relaciones con Occidente y las potencias emergentes. ¿A qué futuro global aspira la Argelia contemporánea?
Desde su acceso a la Independencia, Argelia se ha comprometido, por un lado, a apoyar las causas justas en el mundo como la causa Palestina y la causa Saharaui y, por otro, a desplegar una política exterior conforme a los principios y valores en los que se basó su Lucha de Liberación Nacional.
En este marco, Argelia se ha comprometido a fortalecer sus relaciones con todos los países del mundo, tanto con los países en desarrollo y con los emergentes como con las potencias occidentales, sobre la base del respeto mutuo y del equilibrio de intereses.
Argelia, que trabaja sin descanso para preservar la paz y la seguridad internacionales, da prioridad a sus esfuerzos en dirección a los países vecinos de su entorno inmediato en el Sahel o en Libia. El futuro internacional al que aspira mi país consiste en reunir las condiciones susceptibles para asegurarle un desarrollo económico y social sostenible, mediante la cooperación mutuamente benéfica con sus socios tradicionales o nuevos.
Por otra parte, Argelia tiene la intención de continuar con el papel activo que siempre ha desempeñado en África y en el mundo, especialmente a través de la mediación, como el que ha emprendido con éxito en el pasado para preservar y consolidar la paz y la seguridad en el mundo.
b. ¿Cuál considera que es el mayor desafío para que prospere aún más la relación entre Argelia y México?
Argelia y México, vinculados por la similitud de sus respectivas trayectorias históricas, mantienen excelentes relaciones políticas bilaterales que se basan en la adhesión a valores y principios comunes que constituyen la base de una visión ampliamente convergente sobre cuestiones internacionales de interés común.
El volumen de las relaciones comerciales no se corresponde en absoluto con la calidad de los vínculos políticos entre ambos países. Por ello estamos trabajando, con el apoyo de las autoridades mexicanas, para dar un nuevo impulso a estas relaciones en dirección de un mejor equilibrio y de una mayor diversificación.
Los intercambios comerciales tienen gran potencial que hay que desarrollar. Sin embargo, los beneficios de una relación bilateral no pueden medirse solo en términos de comercio o de inversión en la región en cada uno de los dos países, sino también en el entendimiento recíproco y en el apoyo mutuo en cuestiones políticas de interés común.
Escrito por Nydia Egremy
Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.