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Por tercer año consecutivo, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se suma a los caprichos del gobierno morenista y adquiere un carácter cada vez más centralista, con el falso argumento de que apoyará más a los pobres. En realidad, el presupuesto tiene una vocación electorera con vistas a los comicios federales y locales de 2021. Busca comprar conciencias, aprovechándose de la pobreza de muchas personas que reciben dádivas del gobierno con el dinero que el propio pueblo aporta con sus impuestos.
El gobierno hace mal sus cuentas, si cree que obtendrá los mismos recursos del año pasado, porque la caída del 10 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) –provocada, en parte, por sus malas decisiones– causó la pérdida de 20 millones de empleos debido a que las pequeñas y medianas empresas no recibieron apoyo gubernamental, muchas cerraron y, por lo mismo, hubo menos recaudación de impuestos. El terrorismo fiscal que recientemente promovió y aprobó la mayoría parlamentaria del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el Congreso tampoco ayudará a incrementar la recaudación, y a las pruebas nos remitimos.
Las metas de producción petrolera del Gobierno Federal están, asimismo, fuera de su capacidad financiera y, por tanto, no recibirán los recursos propuestos, ya que, de entrada hay, en términos reales, una diferencia entre lo que prevén ingresar y lo que creen que gastarán; es decir, habrá un déficit de 718 mil millones de pesos (mdp), dinero que no entrará y no podrá gastarse.
El PEF 2021 contempla un gasto neto total de 6.3 billones 295 mil 736.2 mdp, equivalentes al 25 por ciento del PIB, y una reducción de 0.3 por ciento respecto al aprobado en 2020. Prevé también un déficit presupuestario de 718 mil mdp. Los pocos programas que dispondrán de más recursos serán los asistencialistas y los relacionados con el medio ambiente, los recursos naturales. Éstos tendrán 400 mdp adicionales; la Secretaría del Bienestar recibirá mil 754 mdp más, de los cuales 596 mdp corresponden a Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores y mil 158 mdp a Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente. En el sector salud se eliminaron importantes programas y otros vieron reducidos sus recursos. Desaparecieron el Seguro Popular, Seguro Médico Siglo XXI y los Proyectos de Infraestructura Social de Salud. El Programa de Salud Materna, Sexual y Reproductiva tendrá un presupuesto menor en el 19.5 por ciento; el de Atención de VIH/SIDA sufrió un recorte del 0.3 por ciento; el de Prevención y Atención contra las Adicciones perdió 1.4 por ciento; el programa de vacunación disminuyó 0.3 por ciento y los recursos destinados a la Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral decreció el 0.3 por ciento. No hay recursos para la vacuna contra el Covid-19. El presupuesto de la Secretaría de Agricultura apenas crecerá el 0.2 por ciento, después de la caída de 50 por ciento que arrastra de 2018 a la fecha. Desaparecerán 17 programas de apoyo al campo y a los productores. Educación Pública apenas observa un incremento real del 0.1 por ciento (nada). Se canceló el programa Escuelas de Tiempo Completo y más de un millón y medio de niñas, niños y adolescentes dejarán de recibir alimentación en sus centros educativos. El programa Desarrollo Profesional Docente sufrió un recorte del 49 por ciento, con lo que se evidencia que los morenistas no quieren que los maestros se capaciten. El presupuesto destinado a la construcción y el mantenimiento de las carreteras se redujo en 80 por ciento y, en 2021, solo quedarán ocho de los 113 proyectos que hubo en 2018. Las 32 entidades federativas y los municipios del país verán mermadas sus asignaciones presupuestales en 55 mil mdp, cifra menor en seis por ciento a la que tuvieron este año, con lo que no tendrán dinero suficiente para pagar sus servicios de seguridad pública, ni mucho menos podrán financiar obras públicas básicas. Los morenistas quitarán dos mil 184 mdp al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Poder Judicial de la Federación (PJF). En contraste, con los castigos presupuestales arriba enumerados, el Tren Maya tendrá un incremento del mil 302 por ciento y el Aeropuerto de Santa Lucía del 283 por ciento.
Pero lo más grave de todo lo anterior, además del carácter electorero de buena parte del gasto público federal de 2021, es una preocupante omisión en el presupuesto del año que entra: la ausencia de un programa para recuperar la economía, que se encuentra en una crisis severa. Es también alarmante que no haya dinero etiquetado para la compra de la vacuna anticovid, y un programa de apoyo emergente para los tabasqueños que hoy sufren las inundaciones. Hasta ahora, estos mexicanos únicamente han recibido recomendaciones desde un helicóptero para que se suban a los árboles. ¿Y sus casas, sus muebles y cosechas perdidas? ¿Se convertirán en conservadores si le piden al Gobierno Federal apoyos? Así razona Morena.
¿Qué será de las obras y servicios que necesitan con urgencia vital las comunidades pobres de México? La respuesta es clara y contundente: en el PEF-2021 no está previsto ningún gasto destinado a crear obras nuevas y servicios básicos para ellas, porque tú y tu familia no son una prioridad para el gobierno morenista. A estos señores, solo les importa el voto y, por eso, le quitaron dos mil mdp al INE y al Poder Judicial, para ocuparlo en los programas sociales; es decir para comprar votos a sus candidatos en las elecciones del próximo año.
Las comunidades rurales y urbanas marginadas se quedarán nuevamente sin drenaje, sin agua potable, sin carreteras, sin escuelas, sin centros de salud, sin apoyos a la vivienda, sin luz eléctrica, sin seguridad pública; los niños con cáncer sin medicina; los deportistas de alto rendimiento, los medallistas paralímpicos, los investigadores y, entre otros, los defensores de derechos humanos se quedarán fuera del presupuesto. Así gobierna la “Esperanza de México”.
Por eso, llamamos al pueblo de México a usar los derechos que tiene reservados en la Constitución para que se organice, solicite sus obras y proteste pacífica pero enérgicamente contra este arbitrario presupuesto centralista. Pon una cartulina en tu casa denunciando la falta de servicios en tu colonia o pueblo; súmate a las protestas en redes sociales (sin usar insultos y palabras soeces, como lo hacen algunos seguidores de Morena) y, finalmente, con las medidas adecuadas para evitar contagios, sal a protestar en las capitales de tu estado o en los municipios importantes del país; pues el presupuesto es de los mexicanos y hoy está secuestrado por un gobierno centralista que solo piensa en gastarlo en “elefantes blancos” como la inundada refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía. Ha llegado la hora de que el pueblo se organice y se eduque para tomar el poder político de México por la vía democrática, pues ya se vio que los morenistas no saben gobernar.
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Escrito por Brasil Acosta Peña
Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.