Un libro integrado con las reseñas que el narrador peruano (Arequipa, 1936) editó sobre el análisis de las 76 novelas y 24 obras dramáticas del prolífico escritor español Benito Pérez Galdós (Las Palmas de la Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920), a quien algunos críticos equiparan en calidad con su antecesor Miguel de Cervantes Saavedra (Siglo XVII), autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. El principal atractivo de esta compilación no reside en el resumen de cada historia relatada por Pérez Galdós, sino en el análisis crítico que el Premio Nobel de Literatura 2010 escribe sobre sus obras, entre las que destacan Doña Perfecta (1876); Marianela (1878); La desheredada (1881); Fortunata y Jacinta (1887); Miau (1888); Torquemada en la hoguera (1889); Tristana (1892); Nazarín (1895); y Misericordia (1897).

Vargas Llosa considera a Pérez Galdós como el mejor escritor, el más popular en lengua española de su tiempo y el primero que vivió de las regalías generadas por sus textos, algo imposible en la España entre los Siglos XIX-XX. Sin embargo, a lo largo de sus análisis, el peruano reprocha al autor español el uso de un castellano antiguo, “chabacano” e incluso “vulgar”; su tendencia a contar las historias como “narrador-personaje”, procedimiento al que se aferró “por no haber entendido que el primer personaje que inventa un novelista, lo sepa o no, es el narrador, y que éste es siempre –personaje implicado o narrador omnisciente– una invención del autor que da independencia y autonomía a las historias”. Le reprocha también que escribiera “a vuelo de pájaro”, que únicamente corrigiera errores menores, jamás rehiciera textos y con frecuencia se excediera en el uso de adjetivos, metáforas, alegorías y descripciones muy detalladas.

Pero lo reconoce como un escritor realista, liberal que linda en el socialismo; ya que en sus novelas y dramas, es notorio su compromiso con los graves problemas de desigualdad social y económica prevalecientes en España; aunque afirma que sus propuestas para resolverlos eran poco viables o convincentes (caridad cristiana); además de que fue un crítico implacable del fanatismo religioso y la Iglesia Católica a la que atribuía, con la aristocracia, el atraso económico, social y político de la población mayoritaria de su país. De las 74 novelas que escribió, 28 tienen una historia propia o unívoca y 46 están vinculadas al relato de los hechos de mayor relevancia histórica en la España decimonónica, a las que denominó Episodios nacionales.

La última novela escrita por Pérez Galdós fue El caballero encantado (1909), cuando había perdido la vista casi por completo y se dedicaba a escribir teatro, su mayor pasión en la juventud y en la fase final de su carrera.