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La eterna naturaleza terrorista de Washington
Se ha confirmado la esencia terrorista de EE. UU. porque hoy, cuando el mundo avanza hacia un nuevo orden pacífico y multipolar, Washington crea conflictos armados como el del gobierno fascista de Ucrania contra Rusia.
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A 50 años del golpe militar en Chile, y a 22 años de los ataques en el World Trade Center de Nueva York y contra el Departamento de Defensa del gobierno de Estados Unidos (EE. UU.), se confirma la esencia terrorista de la superpotencia porque hoy, cuando el mundo avanza hacia un nuevo orden pacífico y multipolar, Washington se empeña en crear conflictos armados como el que alienta con el gobierno fascista de Ucrania contra Rusia.

Para mantener su hegemonía global, el gobierno estadounidense ha promovido golpes de estado y guerras civiles en otras naciones, empobreciendo a millones de seres y provocado la emigración de centenares de miles; para ello ha recurrido al uso de tácticas genocidas como las que hace medio siglo aplicó en Chile y ahora practica mediante el fascismo ucraniano.

El 15 de septiembre de 1970, el presidente estadounidense Richard Nixon ordenó una “intervención directa” y secreta sobre Chile para evitar que Salvador Allende asumiera la presidencia. Ese día, entre las 15:25 y las 15:45 horas, ordenó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) “crear condiciones para derrocarlo si asume”, “No le preocupan los riesgos”, según notas del entonces director de la CIA, Richard Helms.

Ante el fracaso de la CIA, Nixon alentó el golpe militar en Chile, que se ejecutó el martes 11 de septiembre de 1973 y que borró del mapa al gobierno de la Unidad Popular encabezado por Allende. Miles de personas fueron asesinadas, desaparecidas, torturadas y encarceladas por la dictadura de Augusto Pinochet, llamado la “criatura de la Guerra Fría entre potencias” por Joan Garcés y sir Geoffrey Blindman, los jueces que intentaron llevarlo ante la justicia.

 

Golpismo desclasificado

 

 

Vistos de forma aislada, los documentos que EE. UU. ha desclasificado muestran que la Casa Blanca solo tenía una idea vaga de los sucesos en Chile; pero muchas otras fuentes ofrecen la idea cabal de las acciones efectivas contra Allende y los chilenos.

Cinco de agosto de 1970. Antes de la elección presidencial, Washington instruyó a su embajador, Edward Kerry, evaluar la posible insurrección del ejército y la policía contra Allende y evaluar cómo veían la actitud de EE. UU.

11 de agosto de 1970. Kerry responde en 13 páginas; identifica fechas clave, líderes potenciales y obstáculos de un golpe exitoso.

Seguridad Nacional emite el Memorando 97, titulado Opción extrema: Derrocar a Allende.

25 de agosto de 2023. EE. UU. desclasifica dos informes diarios de la CIA a Nixon: uno, con iniciales PDB Top Secret, del ocho de septiembre de 1973, en el que los asesores de Nixon avisan del posible golpe. Otro, del 11 de septiembre, informa que unidades militares importantes apoyan la intentona y alerta que el ejército carece de “un plan efectivo y coordinado”.

 

EE. UU. aún niega su participación en ese hecho, que instigó el entonces asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger, quien lamentaba: “no veo por qué quedarnos quietos y observar a un país volverse comunista por la irresponsabilidad de su propio pueblo”.

Las acciones y los secretos de la Casa Blanca en vísperas del hostigamiento se revelan a cuenta gotas: “ahora sabemos que la comunidad de inteligencia estadounidense proporcionó a Nixon información sobre la planeación y ejecución del golpe”, explica el historiador Peter Kornbluth.

Y se constata que la CIA financió a medios chilenos de prensa, como El Mercurio, en su campaña para influir en los comicios del Congreso en marzo de 1973 y alentar la destitución de Allende. Ante su fiasco, Helms informó: “Pese a todo, las acciones han contribuido a hacer más lento el avance de Chile al socialismo”.

 

OCCIDENTE Y SU TENAZ ESTRATEGIA DE TERROR CONTRA RUSIA

El recuerdo del 11-S (11 de septiembre de 2001) permite observar la evolución de la guerra proxy en Ucrania contra Rusia, que desplegó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hace 18 meses y que ha cobrado la vida de civiles, niños incluidos, dañado la infraestructura civil ucraniana y rusa (casas, colegios, hospitales, guarderías) y recurrido al uso de la guerra psicológica.

 

 

La estrategia terrorista conjunta de EE. UU., la OTAN y Ucrania ha incluido: la explosión de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, bombardeos en Briansk, Donetsk y Svetlodarsk, la incursión militar con drones sobre Moscú, explosiones de minas en Lepestok que hirieron a civiles, así como ataques de lanchas no tripuladas contra la flota del mar Negro.

Ha usado métodos prohibidos por el derecho internacional: crímenes contra civiles por motivos de odio político e ideológico, como confirmó el juicio a miembros del batallón nazi Azov. También incluye la presencia en Ucrania de peligrosos terroristas como el ultraderechista cubano Orlando Gutiérrez Boronat, quien desde ahí puede operar contra el gobierno de la Revolución Cubana. Con ello, el régimen de Volodymir Zelenzky se consolida como un nicho de terroristas.

 

 


Escrito por Nydia Egremy .

Internacionalista mexicana y periodista especializada en investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.


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