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Texto y foto: Víctor de la Cruz M.
En Coatepec, Estado de México decenas de campesinos se dedican a la producción del pulque. Cultivan el maguey, le tienen paciencia, ya que una planta necesita hasta 10 años para alcanzar la madurez y produzca aguamiel, la base para la preparación del pulque.
El pulque es una bebida que esta desde la época prehispánica. Se desconoce con certeza su origen, aunque diversas leyendas dan una explicación.
La más conocida de todas esas tradiciones tiene su origen en la cultura Tolteca, durante el gobierno de Tecpancaltzin. En el año 1340, un noble llamado Papantzin descubrió, gracias a un ratón ebrio, el método para extraer el aguamiel y luego obtener el pulque.
Otra leyenda indica que el tlacuache regaló a los hombres el pulque. Otra menciona que fue un regalo de la Diosa náhuatl Mayáhuel, quien enseñó a una joven noble de nombre Xóchitl a elaborarlo. Gracias a ese regalo su padre, que se encontraba molesto porque el enamorado de su hija era un campesino de nombre Tecpalcatzin, dejó que el amor de su hija prosperase.
El nombre español de la bebida Pulque es una mala interpretación española de octli poliuhqui ("licor descompuesto"), término náhuatl usado para describir un pulque demasiado fermentado y causante de embriaguez rápida por su alto contenido alcohólico y no por estar en mal estado. En la zona central de México en lengua náhuatl se le conoce como octli.
Durante la Colonia el consumo del pulque se liberó de su carga sacramental y las rígidas leyes indígenas sobre la embriaguez, pese a que nunca estuvo liberado de regulación. Durante el siglo XVI y parte del siglo XVII su consumo era, preferentemente, entre los indígenas y mestizos, pero las leyes de los indígenas se olvidaron rápido; se volvió muy popular entre todas las clases sociales; su consumo se elevó y la corona debió dictar leyes que menguaran su consumo y los efectos adversos que producía entre la población: peleas, asesinatos, hurtos, etc.
Escrito por Víctor de la Cruz M.
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