Cargando, por favor espere...

En los márgenes
La cinta presenta una estampa actual de España bajo la perspectiva de los efectos que han producido los desalojos de las viviendas de cientos de miles de familias empobrecidas en la Península Ibérica.
Cargando...

Juan Diego Botto es un actor y director de cine nacido en Argentina, pero criado en España. Su padre desapareció en 1978, cuando la dictadura fascista gobernaba en el país sudamericano. Ha desempeñado su carrera artística tanto en el cine como en el teatro; su opera prima como realizador se presentó apenas en 2022, se trata de la cinta En los márgenes, cuya peculiaridad es que, bajo la influencia del cine neorrealista presenta una estampa actual de España bajo la perspectiva de los efectos que han producido los desalojos de las viviendas de cientos de miles de familias empobrecidas en la Península Ibérica.

A pesar de que esta cinta ha recibido críticas negativas por parte de la prensa dedicada al cine, En los márgenes es un vivo retrato no solo de la vida de los españoles, sino prácticamente de la inmensa mayoría de ciudadanos europeos, ahora víctimas de la política neoliberal de las plutocracias que gobiernan en los distintos países de Europa, las cuales han hundido a la población en la pobreza, el desempleo, la desigualdad y, sobre todo, en la explotación laboral.

En esta cinta se entrelazan tres historias cuyo hilo conductor son las centenas de desahucios que a diario se ejecutan en España, no solo aborda el hecho de que las familias sean desalojadas por parte de las autoridades –usando la fuerza policial–, sino que esos mismos desalojos son causa a su vez de estrés, conflictos familiares y hasta suicidios. Los protagonistas de esas tres historias son Rafael (Luis Tosar), Azucena (Penélope Cruz) y Germán (Font García). El primero es un abogado que busca afanosamente durante un día entero a una trabajadora migrante de habla árabe, cuya hija ha sido recogida en su domicilio por los servicios de atención a la infancia desvalida; resulta una tarea muy difícil encontrar a la madre de la niña, la busca en los diversos trabajos que tiene, en calidad de migrante, pero sus patrones se niegan a informar sobre ella; Rafael es acompañado por su hijastro adolescente Raúl (Christian Checa), quien aparentemente solo está interesado por obtener dinero de su padrastro, pero que, al final del día es quien más comprende a su padre adoptivo y lo apoya en su tarea altruista. Azucena es cajera en una tienda de autoservicio; ha perdido ya su departamento en un juicio, lo cual le provoca un estado de angustia permanente; Azucena pertenece a un grupo de personas que se enfrentan a los desahucios. Rafael conoce a la líder de ese grupo y en su búsqueda le encarga a su hijastro, mientras sigue su indagatoria. Germán es un pequeño empresario que se ha ido a la ruina y, al tener a su madre como aval de sus deudas, provoca que ella tenga que entregar en pago su casa. Germán trabaja de albañil y su compañero de trabajo es Manuel (Juan Diego Botto), quien no hace gran cosa por ayudar a su mujer a lidiar con el problema del posible desalojo (por lo que Azucena tiene fuertes reclamos hacia él).

La historia de estas vidas entrelazadas desemboca en tragedia cuando la madre de Germán decide suicidarse; ella no le guarda rencor a su hijo y solo espera sin éxito poderlo ver de nuevo. La narración termina cuando Rafael logra reunir a madre e hija. Para Azucena, el día termina con un enfrentamiento entre la policía y centenares de integrantes del grupo anti-desahucio, quien –a pesar de las dudas de Manuel– llega a solidarizarse con ella en la defensa de su departamento. El mensaje de Botto es claro: la solidaridad social es el camino para enfrentar las injusticias. El filme termina señalando que más de 400 mil familias han sido desalojadas de sus casas en la última década y que hoy en día se siguen realizando un promedio de 100 desahucios diarios en España. Sin embargo, amigo lector, en España y en toda Europa falta que los movimientos sociales tengan mayor conciencia de clase y un mejor nivel de organización. Puede ser que Europa se convierta en el laboratorio social de la humanidad.


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


Notas relacionadas

Edición impresa

Editorial

El verdadero culpable del atentado contra Trump


La venta de armamento es un fructífero negocio; las más perfectas y mortíferas armas dejan fabulosas ganancias a los capitalistas.

Sociedad anónima

Sociedad anónima 1143