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El Rey (II de II)
El filme está basado en las obras teatrales "Enrique IV" y "Enrique V", de William Shakespeare". Es un drama histórico recomendable.
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En esas intrigas de la aristocracia inglesa interviene el arzobispo de Canterbury (Andrew Havill), quien intenta convencer a Enrique V de que él tiene derecho legal a ser el heredero del trono de Francia. En realidad, esa aristocracia inglesa, incluidos los miembros de la élite religiosa, quieren inducir a Hal para que exija, aun si es necesario mediante la guerra, su puesto como monarca de Francia. Pero Hal se resiste ante esas propuestas, señalando que “éstos son asuntos del pasado” y que él no quiere ir a saquear Francia y menos llegar a afectar a la cristiandad, pues Hal percibe en esas invocaciones del alto clero y la nobleza el deseo de conquista de nuevas tierras y el saqueo de los pueblos que se lleguen a invadir.

Hal siguió siendo objeto de intrigas, pues su primo Cambridge (Edward Ashley) participa en una urdimbre que busca seguir la ruta de convencer a Enrique V de que debe ir a la guerra contra Francia. Ahora la estratagema consiste en presentarle a un francés que confiesa que fue enviado por el rey de Francia para asesinar al rey inglés. Pero la conjura termina mal para Cambridge y otro aristócrata implicado en el complot; ambos son decapitados por orden de Enrique V.

Es William Gascaigne (Sean Harris) el que, de manera más sutil y con argumentos mejor elaborados y convincentes, va persuadiendo a Hal de iniciar la guerra contra el país galo. El argumento central es que es el pueblo inglés el que desea que se haga la guerra contra Francia. Esta parte es importante porque refleja con claridad lo que las clases explotadoras han hecho durante miles de años lograr sus objetivos políticos, económicos y militares. Esas clases dominantes no tienen ningún escrúpulo moral, remordimiento o taxativa de cualquier índole, tratándose de defender sus ambiciones, sus insaciables deseos de obtener más riqueza, aun a costa de la muerte de miles, cientos de miles de seres humanos (ahí está lo que hicieron Angela Merkel y Francoise Hollande hace unos años con la firma de los acuerdos de Minsk, que tendían a buscar un arreglo pacífico en el conflicto de Ucrania con Rusia. Hace dos meses, de forma por demás cínica, Merkel reconoció que nunca tuvo intención de cumplir esos acuerdos, pues de los único que se trataba era de ganar tiempo para que Ucrania siguiera recibiendo armas y entrenamiento de Estados Unidos y la OTAN para la guerra en el Donbás).

Enrique V decide ir a Francia con su ejército; antes de entrar en combate es visitado por Luis, el delfín francés, quien insulta a Enrique V. Éste le dice a Luis que, para evitar el derramamiento de sangre, los que deben pelear son ellos dos: Enrique V y Luis, delfín de Francia. Cuando se da la Batalla de Agincourt, los franceses tienen enormes ventajas sobre los ingleses: son numéricamente superiores y dominan las alturas de la colina en donde se dará la batalla. Falstaff juega un papel importante en el diseño de la táctica militar, que consiste en que los franceses embestirán con todas sus fuerzas al ejército inglés; pero hay una trampa llena de ingenio militar: los ingleses utilizarán los arcos largos y la infantería más ligera para aplastar a los franceses, que se hundirán con sus pesadas armaduras en el fango por ser un campo humedecido por las lluvias.

El rey de Francia ofrece la mano de su hija, la princesa Catalina (Lilly-Rose Depp) al rey de Inglaterra. Esta bella mujer es quien le abre los ojos a Hal sobre las mentiras de sus cortesanos. Hal cuestiona a William Gascoigne y finalmente queda al descubierto todo el complot para llevar a Enrique V a la guerra de rapiña. Los nobles ingleses se están anexionando tierras y ganado en Francia. Hoy haciendo un paralelismo con esta historia antibelicista, podemos señalar que los gobernantes europeos, de forma abyecta, se han dejado llevar por el afán expansionista y el objetivo innoble y depredador de Estados Unidos, sin importar los cientos de miles de muertos, la caída en los niveles de vida de los trabajadores europeos, el encarecimiento de los energéticos y el hambre y frío de los pueblos europeos.


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


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