Cargando, por favor espere...
Es una de las 10 novelas que su autor dedicó a las “guerras carlistas” de España y una de las 20 que escribió en cuatro décadas, a la par de otras obras de ficción (teatro, cuento, poesía en verso, ensayo, historia y crónica periodística) que en conjunto llegaron al centenar. El resplandor de la hoguera (1906) es, con Tirano Banderas (1926), El Marqués de Bradomín (1906) y las Sonatas (1902-1905), uno de los libros más conocidos de Del Valle Inclán (Pontevedra, 1866–Compostela, Galicia, España, 1936) y en el que despliega sus mayores virtudes como narrador: brevedad, precisión, deslumbrantes apuntes poéticos y soterrados análisis críticos de personajes y sucesos históricos.
En esta obra, el más relevante escritor de la Generación del 98 (Miguel de Unamuno, Azorín, Gabriel Miró) recurre a la crítica de entrelíneas para ocultar sus preferencias ideológicas hacia el federalismo liberal –proveniente de la invasión napoleónica (1808- ) y la Constitución de Cádiz (1812)– posición política que entonces enfrentaba al monarquismo clerical-feudal que aún hoy caracteriza a un amplio sector social de España con manifiestas expresiones de Estado y gobierno. El carlismo, fenómeno político del Siglo XIX, fue un efecto remanente de la ausencia del desarrollo industrial, tecnológico y financiero que a partir del Siglo XVII propició la desintegración del mayor imperio colonial europeo logrado en los siglos XV y XVI con Isabel la Católica y Fernando de Aragón.
La historia que Valle Inclán cuenta en El resplandor de la hoguera es solo anecdótica, pueblerina, ya que en ella solo actúa una decena de personajes con identidad individual: los guerrilleros carlistas Miquelo Egoscué, Cara de Plata y El Cura; el Contrabandista, el exsacristán Roquito, la mendiga Josepa, Sor Isabel, Eladia (novicia sorda) y el capitán republicano García. Solo hay una acción de combate y el resto de la novela son diálogos que invocan la lucha de los carlistas en “defensa del Rey y Dios” y su rivalidad con los republicanos a quienes atribuyen implícitamente la aspiración de destruir su mundo “cristiano feudal” e imponer un modo de vida casi demoniaco.
El relato corresponde a la tercera de las guerras carlistas (1872-1876), está ubicada en la región limítrofe de Navarra con Francia. Con la rebelión se reclamó la corona española para Carlos de Borbón y Austria-Este (Carlos VII), usurpada desde los tres años por Isabel II, hija de Fernando VII y María Cristina, quien habría de propiciar la instalación de una monarquía liberal republicana. La primera guerra carlista fue liderada entre 1833 y 1840 por Carlos Luis de Borbón y Braganza (Carlos VI), hermano de Fernando VII, y la segunda por su hijo Carlos VII, entre 1846 y 1849. Los carlistas fueron derrotados en estas guerras y también en las rebeliones de1855, 1860, 1862, 1870 y 1871.
Con los mismos argumentos reaccionarios, estas guerras preludiaron la Guerra Civil Española de 1936-1939, de la que emergió el régimen nazi-fascista del general Francisco Franco hasta 1966, cuando éste murió y fue restaurada la monarquía parlamentaria que hoy encabeza al Estado español.
Continúa cerrada circulación de autopista México-Querétaro por accidente
Tras la temporada de huracanes, Sistema Cutzamala no alcanzó el nivel suficiente
Los mexicanos pobres pagan más impuestos
Alemania: de ave fénix, a sombra del imperialismo
Paquete Económico 2025: recortes, desigualdad y pobreza
Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista cultural