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Estados Unidos y países de Europa han decidido rechazar la política exterior del Gobierno de Rusia con una polémica medida: rechazar la cultura de esa nación gobernada por Vladimir Putin.
Espacios literarios, musicales, teatrales y artísticos en general han llamado a suspender la exhibición y distribución de trabajos de la cultura rusa, a manera de disenso con la operación militar especial que Rusia sostiene en Ucrania desde el 24 de febrero.
Este fenómeno busca cancelar todo lo relacionado con una cultura milenaria incluso con la complicidad de élites gobernantes, señaló el propio Putin el 25 de marzo.
Ante tal estrategia, las calles de Moscú exhiben una estrategia publicitaria que llama a la postura contraria.
"Las obras de Chéjov ya no se representan en Europa, pero nosotros no perderemos el amor por Shakespeare", dice un espectacular publicitario moscovita divulgado por la Casa de Rusia en Chile.
"Algunos países decidieron no tocar a Shostakovich, nosotros decidimos que la música de Vivaldi siempre es hermosa", expresa otro.
Además de las cancelaciones contra representantes de la cultura rusa, Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto sanciones económicas contra Rusia en represalia frente a su conflicto con Ucrania.
"La cultura de la cancelación se ha convertido en la cancelación de la cultura", opinó el presidente ruso el viernes 25 de marzo.
En México, ante un llamado de ferias internacionales del libro de suspender vínculos con editores de Rusia, la Brigada para Leer en Libertad, iniciativa de promoción de la lectura, llamó a destacar a autores rusos y ucranianos y a comprender la importancia de la literatura en situaciones de conflicto.
Escrito por Redacción