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El primer movimiento libertario de esclavos africanos en América se inició en 1570 cuando mujeres, ancianos y niños huyeron de su explotación laboral en haciendas cañeras, tabacaleras y ganaderas para reunirse en la región montañosa que separa a Córdoba y Orizaba, Veracruz. Estos negros libertos –se les llamó cimarrones porque vivían en “cimas”– fueron liderados por Gaspar Yanga; y durante cuatro décadas vivieron de la caza, el asalto a caravanas comerciales y el saqueo de fincas. En 1609, el gobierno español, encabezado por el virrey Luis de Velasco y Castilla, ordenó su reducción militar pero, al no lograrlo, Yanga aprovechó una pausa en las batidas guerreras para proponer el reconocimiento de su comunidad en los términos del estatus legal obtenido por los pueblos indígenas de la Nueva España.
En 1610, dos siglos antes de que Haití surgiera como país libre e independiente en la isla Española (1791-1804), nació la primera república afromexicana con el nombre San Lorenzo de los Negros. Esto se produjo gracias a la habilidad miliciana y política de Yanga y al afecto que el virrey Velasco sentía por la Nueva España, a la que consideraba su segunda patria. Las pláticas se iniciaron en 1609, con la mediación del sacerdote jesuita Juan Laurencio, para que los 500 libertos pudieran vivir, comer y vestir como “cristianos”. El tratado de paz se suscribió con base en la satisfacción de seis demandas que Francisco Xavier Alegre acopia en su ensayo Rebelión victoriosa de los negros, incluido en la antología Humanistas del siglo XVIII, de Gabriel Méndez Plancarte. Las seis condiciones propuestas por Yanga fueron las siguientes:
1.- Que una vez firmado el tratado, los libertos dejarían las montañas para vivir en un poblado. 2.- Que no serían sometidos a “extorsión ni castigo”, sino que se les otorgaría perdón general. 3.- Que “cuantos hubiesen sido esclavos” serían declarados libres mediante la entrega de documentos firmados por sus antiguos “dueños” o un decreto de amnistía del virrey. 4.- Que éste concedería a las familias cimarronas un área territorial con tierras de labor. 5.- Que éstas serían gobernadas por “ministros subalternos de su nación y color, sin intervención de español o de blanco alguno fuera del párroco y un ministro de justicia”. Y 6.- Que en su pueblo no podría morar ningún español ni blanco, salvo durante 24 horas en casos de necesidad y que sería provisto de dinero “para su viaje”.
Los hacendados españoles se inconformaron con estas condiciones, pero el virrey Velasco las aceptó y únicamente propuso que reconocieran al rey de España mediante el pago de tributos; pero los libertos ofrecieron a cambio servir en armas al gobierno virreinal frente a cualquier amenaza interna o externa y participar gratuitamente en la construcción de caminos, puentes, murallas, etc. El virrey aceptó esta oferta, y fue así como se creó San Lorenzo de los Negros, población hoy conocida también como Yanga, de cuyo líder entonces se decía que en África había sido hijo de un rey tribal de Guinea o Gabón.
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Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista cultural