Cargando, por favor espere...

Afganistán, nuestro país herido
El documental logra reflejar que la intervención norteamericana en Afganistán nunca fue para detener al terrorismo yihadista y garantizar una “democracia”, sino “se trató de invertir en Afganistán para que ese dinero vuelva a las manos de EE. UU.”.
Cargando...

Recurro de nuevo a un documental para tratar de contribuir a través de una obra hecha para la televisión a entender la realidad que ocurre –y de una u otra forma sacude– el mundo. Afganistán está en los ojos del planeta, pues después de más de 20 años de invasión por parte de la superpotencia imperialista –Estados Unidos de Norteamérica (EE. UU.)–, ahora es retomado de nuevo por las milicias talibanes, que el año pasado ya habían acordado con el gobierno norteamericano que éste retiraría en 2021 su ejército.

El documental fue realizado en 2019, pero en su última edición ha sido actualizado, de tal forma que incluye la toma de la capital de aquel país el 15 de agosto de este año por parte de los fundamentalistas islámicos. La narración nos ubica en los años 60 del Siglo XX, cuando la sociedad afgana tenía un régimen monárquico (que era mucho muy abierto a las costumbres occidentales). En 1973 se instauró una república y en 1978 las milicias comunistas tomaron el poder en el país centroasiático. Ante la debilidad de este régimen, los dirigentes del mismo piden el apoyo a la Unión Soviética; pero este apoyo suscitó el levantamiento de la guerrilla islámica, apoyada y financiada por EE. UU. y sus acólitos en la región (Arabia Saudita, Pakistán, entre otros). En 1989, los soviéticos decidieron retirarse del país, pero la guerra civil continuó. En 1996, los talibanes establecieron el Emirato Islámico de Afganistán. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York fueron el pretexto para que los yanquis invadieran Afganistán, instaurando una “democracia” controlada por una élite corrupta e inepta que pudo sobrevivir solo por el apoyo de los imperialistas norteamericanos.

Afganistán, nuestro país herido es una descripción de lo que vivieron seis mujeres afganas (Miss Afganistán 1972, la exministra de Estado para derechos humanos, la hija del último presidente comunista, activistas y diputadas), quienes narran las distintas etapas que ha atravesado la atribulada nación. Centran su narrativa en cómo la sociedad afgana ha tenido momentos en los que han vivido sin restricciones, con la oportunidad para las mujeres de estudiar, sin que tengan que utilizar la burka, sin que sean confinadas y reprimidas. Y cómo todas sus posibilidades de vivir sin la opresión del fundamentalismo islámico fueron desechadas, dadas las condiciones en que se desarrolló el país.

Sin embargo, el documental logra, de una u otra forma, reflejar que la intervención norteamericana en Afganistán nunca fue, como prometió el imperio, para detener al terrorismo yihadista y para garantizar una “democracia” que ayudase a resolver al pueblo afgano sus seculares problemas de pobreza y gran atraso en todos los terrenos, sino que, como dijo en 2012 Julian Assange, “se trató de invertir en Afganistán para que ese dinero vuelva a las manos de EE. UU.”.

Afganistán, nuestro país herido tiene dos secuencias que dan luz sobre lo que realmente produjeron 20 años de invasión y que son la clave para entender lo que está ocurriendo en estos momentos en aquel país. Cuando se narra la etapa en que la Unión Soviética apoyó al gobierno comunista de Afganistán, una de las narradoras del documental sostiene que en esa época, como en ninguna otra de las ultimas décadas, se impulsó la educación de las mujeres; como nunca hubo respeto a los derechos de la mujer. La otra secuencia –ya al final del documental–, cuestiona lo hecho por EE. UU.; la superpotencia nunca tuvo interés en resolver los gravísimos problemas de la población afgana: la enorme y brutal desigualdad social (más del 80 por ciento de la población con niveles de miseria, insalubridad, falta de educación, etc.). EE. UU. gastó en sus 20 años de invasión un promedio de 60 millones de dólares diarios, ¿qué dejó tanto gasto? Dejó más de 100 mil afganos muertos y más de 10 millones de desplazados. En mi opinión ahora, se retira EE. UU., y no hay nada de sorprendente en la “asombrosa rapidez” con que lograron los talibanes controlar a todo el país; en realidad ya todo estaba pactado con EE. UU.


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


Noticia siguiente
3 años 992

Notas relacionadas

La evolución de su producción, que pasó de los inicios románticos y modernistas a una línea de poesía filosófico-ontológica, altamente original y valiosa.

Las convicciones políticas del poeta atravesaron con firmeza su vida sin mancharse en las cloacas del arrepentimiento lastimero donde chapotearon a placer tantos otros artistas latinoamericanos.

Fue un ímpetu juvenil dominado por el impulso inconsciente de “asesinar” a los mayores, de derribar a los dioses como ocurre en toda época iconoclasta.

Es difícil imaginar una sociedad mejor sin una buena actividad artística, que, junto a la educación, son condiciones básicas para que la mujer y el hombre quieran transformar la caduca sociedad en que vivimos y fundar una nueva.

Hace un tiempo discutíamos sobre una lista de reproducción de YouTube llamada "Música para sentirte como villano del Siglo XIX" que ganó el juego. Ésa fue la causa del tema de este texto.

La estrecha amistad e identidad política-ideológica de Zorrilla y Maximiliano de Habsburgo generó confidencias que en este texto están reproducidas y contribuyen a definir mejor la personalidad del fallido titular del Segundo Imperio Mexicano.

La Sala Cristina Payán del Museo de Culturas Populares exhibe la exposición "Dolores Porras. Taller”, de dicha artista y artesana originaria del estado de Oaxaca.

La Academia Tamaulipeca D&C ganaron 2 primeros y un segundo lugar, por lo que lograron el pase al nacional a llevarse a cabo en la Ciudad de México

El arte es, en principio, creación social.

La burguesía oculta al Van Gogh revolucionario y hace de sus obras meras mercancías a precios elevadísimos; porque creen que ahora Vincent ya no es peligroso debido a que ya no alza la voz...

Junípero Serra, fraile franciscano, destacó como eficiente promotor de la religión católica en la entonces llamada Alta California, labor que realizó en los pueblos indígenas de esa región septentrional, y que Sabater exalta como “humanitaria y civilizado

Las cintas neorrealistas llegaron a criticar muchos aspectos del orden capitalista, sobre todo la incapacidad de éste para propiciar un reparto más justo de la riqueza

Lupercio, el mayor de los hermanos Argensola (Huesca, 1559 – Nápoles, 1613) es autor de tres tragedias, Filis (cuyo texto desapareció), Isabela y Alejandra, que fueron elogiadas por Miguel de Cervantes en El Quijote.

Presenta Gabriel Hernández sus dos últimos libros; “plantea hechos reales, el autor hizo mucho trabajo social y no se puede desligar”: Héctor Anuar Mafud.

“Los hombres no nacen estúpidos ni locos: se convierten en tales por obra de los sacerdotes y los gobernantes que desean que así se comporten…"