En casi 20 años, México perdió 889 mil 188 hectáreas de bosque porque, cada año, 46 mil 799 hectáreas forestales son convertidas en tierras agrícolas y ganaderas, lo que provoca la pérdida de fauna, flora y mantos acuíferos, entre otros recursos naturales.

Pese a estas graves pérdidas, a partir de 2019, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) impulsó el programa Sembrando Vida, el cual vino a agudizar el problema; solo en 2020 se perdieron 68 mil 423 hectáreas boscosas, según el Sistema Nacional de Monitoreo Forestal, que depende de la Secretaría del Medio Ambiente (SMA).

Varias organizaciones civiles dedicadas a la defensa del medio ambiente denunciaron que, desde 2020, ese programa gubernamental no promueve la conservación de bosques y selvas porque es individualizado, no comunitario, y tiene un marcado tinte de clientelismo electoral similar al de los programas del “bienestar”.

El ingeniero Gustavo Sánchez Valle, presidente del Consejo Directivo de la Red Mocaf, explicó a buzos que, entre otras deficiencias, los apoyos individualizados de Sembrando vida generan problemas de división en las regiones forestales de México, donde más del 50 por ciento de su área territorial es de propiedad colectiva.

El programa “deja de lado el fortalecimiento de comunidades; debería ir más enfocado a apoyos al colectivo, no de manera individualizada. Pero, bueno, de acuerdo con varios análisis, esto tiene también un cálculo de tipo político electoral”, indicó el maestro en Ciencias y Desarrollo Rural Regional, egresado de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh).

Sánchez Valle advirtió que, solamente en algunos casos, los operadores de Sembrando Vida establecen una colaboración con organizaciones mediante el fomento de la integración de comunidades. “Sin embargo, son excepciones; en la mayoría de los casos aparentemente hay una instrucción precisa de que no haya nada de coordinación con las organizaciones”.

Por ello, abundó, “es una contradicción la individualización de apoyos que además obedece a una lógica de políticas neoliberales en una administración que se la pasa señalando que está en contra del neoliberalismo pero que hace a un lado a sindicatos, organizaciones sociales y ve a las personas solamente como individuos”.

El especialista reveló que el enfoque comunitario resulta indispensable “porque las principales reservas naturales, cuerpos de agua, bancos de materiales, yacimientos mineros, litorales del país están en territorios comunitarios (más del 50 por ciento del territorio tiene propiedad social, ejidos, etc.), los cuales son asediados por corporativos que buscan explotar esos recursos naturales.

“Son muy asediados para acceder a sus recursos y no necesariamente preservando los derechos de grupos indígenas y poblaciones comunitarias que, en términos de legislaciones nacionales e internacionales, deben ser consultadas ante cualquier cambio; las que se hacen generalmente son simulaciones”, detalló.

A decir de la Red Mocaf, el gobierno de AMLO ha creado confusión con el programa Sembrando Vida; porque algunas veces es presentado como instrumento para combatir la pobreza y en otras como uno para abatir la degradación de los recursos naturales.

Sin recursos para reforestar

Más de 50 agrupaciones de protección de los recursos naturales han demandado, desde 2020, un programa de protección, restauración y conservación de zonas forestales que realmente esté destinados a estos objetivos, y que además cuente con los recursos necesarios.

A principios de este año propusieron que habían aplicado 16 mil millones de pesos (mdp) en 2022; y hace unas semanas que, en 2023, debieron destinársele 24 mil mdp, cifra que incluso es menor al presupuesto de Sembrando Vida, pero que aportaría beneficios sociales 15 veces mayores a los del programa político-electoral de AMLO.

El ingeniero Sánchez reveló a buzos que el actual Gobierno Federal ha mostrado poco interés por la agenda forestal –temas prioritarios en el sector– como lo demuestra el recorte presupuestal en este rubro, cuyo monto pasó de siete a 2.5 mil mdp. El experto denunció además que hay información oficial insuficiente sobre la protección de bosques y selvas.

También destacó que se ha creado una confusión con el programa Sembrando Vida: “el Presidente confunde sistemas agroforestales con manejo de bosques, y milpa mejorada con manejo de bosques”.

Sánchez aclaró que los sistemas agroforestales se refieren a la integración de cultivos, árboles y ganado en una misma parcela, incluyendo algún arbolado; todo esto se conforma para incrementar los beneficios económicos, socioculturales y ambientales. Señaló también que la milpa tradicional es el cultivo en un mismo terreno de productos básicos como maíz, frijol y calabaza; la milpa mejorada supone aumentar la generación de maíz de alta calidad, pero protegiendo el entorno ecológico; es decir, evitando la tala de árboles y la quema de pastizales que arrasan con éstos y arbustos.

Sánchez Valle cuestionó la defensa gubernamental de que Sembrando Vida es el programa de reforestación más grande del mundo: “es una imprecisión grave y un problema de comunicación; parece que ninguno de los operadores del programa se atreve a decirle al Presidente que se está confundiendo reforestación con milpa intercalada con frutales o con sistemas agroforestales.

“Sembrando Vida opera en territorios no forestales; entonces, no se podría considerar la inversión que se está haciendo, independientemente de cómo funciona ese programa, como una inversión en el sector forestal; a los bosques”, explicó el presidente de la Red Mocaf.

Uno de los casos que evidencia el poco interés del gobierno de AMLO por el medio ambiente es el Tren Maya, cuyo trazo está devastando grandes extensiones de selva debido a que no se realizaron estudios sobre su impacto ambiental. “Los señalamientos de diversos grupos ecologistas son contundentes respecto al impacto ambiental que se está generando (con la intensa devastación forestal)”.

Además apuntó que el Gobierno Federal no sometió a consulta el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades mayas, como lo establece el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ya que solo se simuló mediante pláticas con algunos dirigentes comunitarios y agrarios.

El biólogo y activista Roberto Rojo, integrante del colectivo SelvameDelTren, ha denunciado, en varios foros, que el Tren Maya pone en riesgo la selva de la región, que es “uno de los macizos forestales más importantes de América Latina”.

La falta de compromiso del actual gobierno con la salud del planeta se evidenció también en la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, (COP26), que se realizó en octubre-noviembre de 2021 en Glasgow, Escocia, ya que hasta última hora (dos de noviembre), presionado por las críticas, el Secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, firmó la Declaración sobre Bosques y Uso de la Tierra.

Este documento, suscrito por 105 países –según un comunicado oficial de la SRE– compromete a “los líderes del mundo para trabajar de manera colectiva para detener y revertir la pérdida de los bosques y la degradación de la tierra para el año 2030; a la vez promueve un desarrollo sostenible y promueve una transformación rural inclusiva”.

En su edición de este año, la COP2, se desarrolló en Egipto durante la segunda semana de noviembre. Ebrard anunció que México se compromete a aumentar su objetivo de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del 22 por ciento que reportó en 2015, al 35 por ciento en 2030. Para lograr esta meta, explicó el funcionario federal, México deberá duplicar su capacidad para generar energías limpias en los próximos ocho años, es decir, la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica.

“Significa también dos millones de hectáreas adicionales de Áreas Naturales Protegidas, y procesos de reforestación de 1.5 millones de hectáreas con más de 1.1 millones de árboles plantados, así como la aceleración de la adopción de la electromovilidad y la eficiencia energética en México”, añadió.

Sin embargo, el Presidente ha advertido que, en lo que resta de su administración, seguirá produciendo energía eléctrica quemando petróleo y carbón.

Alzan la voz por los bosques

El cinco de junio de este año, en la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, las organizaciones sociales que defienden los recursos forestales afirmaron que el gobierno de AMLO ha incumplido su plan “NaturAMLO”, que incluye compromisos para la recuperación de bosques y selvas, desde su campaña político-electoral de 2018; y denunciaron que éstos fueron solo simulación y propaganda.

Dicho plan estipula “promover el aprovechamiento sustentable de los recursos forestales de la mano de las comunidades”; pero este objetivo no ha coincidido ni con las decisiones políticas posteriores de los poderes Ejecutivo y Legislativo, ni mucho menos con el presupuesto destinado a la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

“NaturAMLO registraba que, ya en esas fechas, el nivel de madera ilegal en el mercado mexicano llegaba al 70 por ciento; sin embargo, a la fecha no se ha implementado una política que se encamine a elevar el nivel de legalidad en el mercado de la madera”, cuestionaron las organizaciones civiles, que además convocaron a detener la degradación de los bosques de México y exigieron mantener las inversiones públicas de la Conafor para evitar la tala clandestina y los incendios en las zonas boscosas.

“Hacemos un llamado a los legisladores de todos los partidos, y particularmente al Poder Ejecutivo, a detener la desinversión pública que, desde hace seis años, se vive en el sector forestal y sus comunidades, así como a reconsiderar la protección, a través del buen manejo y aprovechamiento sustentable de los bosques, selvas y ecosistemas forestales como una inversión prioritaria”, defendía su convocatoria.

Denunciaron además que, en el estado de Chiapas, el 90 por ciento de la madera comercializada procede de la tala ilegal, mientras que Conafor, la autoridad federal dedicada a proteger los bosques, ha registrado los presupuestos más bajos de sus 21 años de existencia en lo que va del sexenio.

Recordaron también que, durante el Congreso Estatal de Manejo Forestal y Desarrollo Rural ante el Cambio Climático, realizado en 2020, demandaron fomentar el Manejo Forestal Comunitario, un modelo desarrollado en México cuyo objetivo es permitir “una gestión colectiva de los recursos forestales, una distribución interna de los beneficios con los dueños de los recursos; la mitigación al cambio climático, la conservación de la biodiversidad de manera armónica con actividades productivas y una respuesta eficiente en materia de prevención, control y combate de incendios forestales”.

México, en sentido contrario

El cinco de febrero de 2021, en su texto Cambio Climático y Relaciones Bilaterales de Estados Unidos y México, Mariana Gutiérrez Grados, especialista de la organización Iniciativa Climática (IC), afirmó que las acciones del gobierno de AMLO van en sentido contrario a los acuerdos nacionales y mundiales en la materia: “la administración AMLO ha intentado, en diversas ocasiones, modificar el sistema eléctrico nacional para suspender y revertir proyectos de inversión en energías limpias y renovables, ha desmantelado instituciones ambientales y promueve megaproyectos de infraestructura sin evaluaciones de impacto social ni ambiental”.

En una reunión realizada en la capital mexicana, el 19 de enero de 2022, Ani Dasgupta, presidente y director ejecutivo de la organización internacional World Resources Institute (WRI), aseveró que México es el único miembro del grupo de los 20 –foro internacional de coordinación entre las 20 economías más grandes del mundo– que no ha presentado un plan concreto para cumplir con el objetivo de cero emisiones contaminantes al medio ambiente hacia el año 2050.

WRI destacó que, en México, las áreas forestales, bosques y selvas están habitadas por 11.04 millones de personas que coincidentemente padecen los mayores niveles de rezago social y económico, lo que obstaculiza a las comunidades para organizarse y proteger estos recursos. También subrayó que más del 60 por ciento de los bosques y selvas son propiedad de ejidos y comunidades.

Con base en investigaciones de la Universidad de Maryland, el 13 de abril de 2021, la organización Global Forest Watch (GFW) informó que, solo en 2020, México perdió 68 mil 423 hectáreas de bosques primarios que lo situaron entre los 10 países con mayor deforestación en el mundo. Las regiones más afectadas se ubican en Tabasco, Oaxaca, Chiapas, Veracruz. Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

A cuatro años de su gobierno, el Presidente evade el compromiso nacional e internacional de disminuir el uso de combustibles fósiles como el carbón, que es usado en las plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); fomentando el uso de gasolina y diésel en automotores, y propiciando que se dañen bosques, selvas y la biodiversidad del país.