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XX Espartaqueadas Culturales del Movimiento Antorchista
Las Espartaqueadas Culturales del Movimiento Antorchista Nacional cambian la vida del pueblo mexicano; cambian la vida de quienes participan como de quienes son espectadores.
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Las Espartaqueadas Culturales del Movimiento Antorchista Nacional cambian la vida del pueblo mexicano; cambian la vida tanto de quienes participan como de quienes son espectadores. Muchos sabemos que los gobiernos le apuestan poco a la cultura porque la consideran un gasto inútil, o bien, un gasto destinado a élites, porque los recursos se quedan en círculos cuyos niveles económicos no requieren exactamente de esos medios; la cultura, entonces, queda lejos del alcance del pueblo mexicano, tanto para practicarla como para ser espectador de las mejores actividades culturales. Por poner un ejemplo, para ver al ballet cultural de Amalia Hernández, en Bellas Artes, los boletos cuestan desde 363 pesos en galería hasta mil 393 pesos en luneta, es decir, de tres a 13 días de salario mínimo, dinero del que no disponen millones de mexicanos para disfrutar de un ballet con estas características. Asimismo, acudir a la ópera implica un gasto de entre 400 a mil 500 pesos, es decir, de cuatro a 15 salarios mínimos, al igual que el ballet, inalcanzable para las grandes masas de México.

Y ¿cuál es la labor cultural que realiza la televisión? Prácticamente ninguna. El carácter comercial de las televisoras pone de moda lo que quiere vender; lo que tiene la capacidad de manipular a la gente; lo que incita al pueblo a no pensar, a no reflexionar y, por lo mismo, se aprovechan de los instintos del pueblo: sus miedos, temores, afecciones, etc. Así se controla y gobierna al pueblo, sutil, pero férrea e ineludiblemente. En las telenovelas, en los reality shows, como La Voz México, destacan “talentos”; sin embargo, distorsionan el verdadero sentido del arte y convierten a esas voces en carne de cañón para el comercio y la manipulación del pueblo.

Otro instrumento poderoso con el que ahora controlan la conducta de las masas es el teléfono celular. Primero, la gente se desvive para tener un teléfono “inteligente” y se deshace de muchas cosas para adquirir un dispositivo móvil con todo y plan. Se puede quedar sin comer, pero no se puede quedar sin teléfono celular y sin una recarga, aunque sea de 10 pesitos. Segundo, 72.2 por ciento de la población de seis años en adelante posee teléfono celular, es decir, siete de cada diez mexicanos son susceptibles de sufrir manipulación desde las redes sociales. Efectivamente, ahí aparece la música, las imágenes, los videos, la pornografía, los chats, etc., en los que la gente gasta su tiempo en cosas inútiles, vacuas y que la convierten en  una víctima de un vicio autocreado; así, sin poder controlar el proceso, de pronto canta, baila, piensa, ve las noticias que el sistema principalmente quiere sin cuestionar su veracidad o sin un sentido crítico; adopta el enfoque sobre una noticia que el sistema quiere posicionar, etc. Daré un ejemplo que me dejó completamente sorprendido: en una de las giras de trabajo por las comunidades de Texcoco, en el show de payasitos, del seis de enero, el payasito pidió que cantaran los niños con él. Los niños, para mi sorpresa, cantaron con fuerza y emoción, siguiendo a los payasitos, una canción en la que solo decían “Scooby Doo Pa Pa”, es decir, una música sin contenido, solo ruido, nada de reflexión, mucha contorsión del cuerpo, pero cero ideas, cero emociones profundas; en cambio, puro instinto que se toca con lo salvaje. Pregunté a un pequeño la tabla del nueve y no se la supo, pero la letra de esta enajenante canción, sí. Así manipula el sistema.

Por eso, la Espartaqueada Cultural del Movimiento Antorchista es una hazaña no gubernamental que pretende poner las cosas en el lugar que se merecen. Primero, involucrar masivamente a los mexicanos en la actividad cultural, tanto en la realización de dicha labor como en el disfrute de ella. Así, existe la directriz de la Comisión Cultural Nacional del Movimiento Antorchista de que en todas las escuelas en las que tenemos influencia con los padres de familia, con los maestros y con los alumnos, se realicen actividades culturales y deportivas. Así, niños, jóvenes y adultos participan en las eliminatorias culturales. En segundo lugar, los grupos que se conforman tienen como tarea presentarse de manera gratuita en diversas comunidades: pueblos campesinos, colonias populares, escuelas, auditorios humildes o de gran clase, como el Auditorio Nacional (sin cobrar a nadie), etc. Finalmente, tanto el que hace cultura como el que la recibe, se educan, se politizan, se sensibilizan, cambian su visión del mundo, se vuelven mejores personas y tienen acceso a la gran variedad de la cultura mexicana que de otra manera no podrían conocer ni disfrutar.

Miles de jóvenes y adultos participaron en las eliminatorias nacionales de la Espartaqueada Nacional Cultural del Movimiento Antorchista y ahora se reúnen 20 mil finalistas a disputarse los primeros lugares en estas justas. Otra de las grandes hazañas del Movimiento Antorchista consiste en que se rescatan en estas justas culturales las mejores piezas del folclor mexicano: tanto las danzas como los bailes, resultan mosaicos hermosos de las diferentes regiones del país; la figura de los grandes poetas reaparece en las delicadas y sutiles declamaciones de los jóvenes que participan; finalmente, en la música hemos encontrado verdaderas voces que sorprenden por su talento y, lo más valioso, es que rescatan a los grandes compositores mexicanos y extranjeros, que han legado sus grandes composiciones, pero que la cultura comercial ha enterrado, como dice Carlos Marx, en las heladas aguas del cálculo egoísta, pues no se les promueve de ninguna manera. Por todo ello, la XX Espartaqueada Cultural del Movimiento Antorchista Nacional es un ejemplo de lo que hará Antorcha por la cultura de los mexicanos cuando gobierne a este país. Haremos que todos los mexicanos practiquen actividades culturales y deportivas desde los primeros años de la vida; de igual manera, llevaremos la cultura a todos los rincones de México, a donde pertenece, pues hoy las redes y la Internet en el celular promueven solamente la cultura extranjera, principalmente la estadounidense y han enterrado la grandeza de las tradiciones mexicanas más profundas. Así, Antorcha cambia vidas, para hacer de México una patria más justa, más soberana, más libre, más democrática y más cultural.


Escrito por Brasil Acosta Peña

Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.


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