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Este autor británico del Siglo XVIII (Irlanda, 1713-Inglaterra, 1768) fue uno de los vanguardistas más conspicuos y acreditados de Europa, ya que se le atribuyen varias innovaciones literarias: el monólogo interior, la novela-ensayo y la creación o validación de la literatura postal (diarios de viaje). Fue, asimismo, uno de los primeros “recreadores” de El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha a través de su única novela –Vida y opiniones de Tristam Shandy, caballero (1759)– en la que se reveló como un humorista del mismo nivel de sus coetáneos Jonathan Swift (paisano suyo) y el enciclopedista francés Voltaire, herederos de los grandes autores satíricos del Siglo XVII: Miguel de Cervantes Saavedra y Francisco Rabelais.
En Vida y opiniones de Tristam Shandy, caballero (1759) Sterne propone un antihéroe similar a don Alonso Quijano, pero del que se diferencia radicalmente debido a dos características: es un ser nonato, es decir, es apenas un proyecto de hombre que además tiene como objetivo arremeter contra todo y contra todos para reírse y practicar la crítica filosófica y política con el mayor rigor posible. Se trata de una novela eminentemente digresiva y precursora de otra igualmente célebre e innovadora dos siglos más tarde, Ulises, cuyo creador fue también irlandés de escritura inglesa: James Joyce.
En Viaje sentimental por Francia e Italia –libro póstumo e incompleto, porque falleció antes de escribir sus experiencias en el segundo país– Sterne exhibe las mismas virtudes que hay en su Tristam Shandy: en todo momento analiza, reflexiona y satiriza para divertir a sus lectores, que abundaron en Alemania, Francia e Italia. En esta obra se autodescribe como un clérigo anglicano que utiliza el seudónimo Yorick y que anda en busca de aventuras galantes con todas las damas francesas que se le ponen enfrente, aunque siempre invoca a Eliza, su amante más duradera y conocida.
Una muestra del humor grácil y juguetón de Sterne se ofrece en estas líneas: “En el imperio de la mujer francesa hay tres épocas. Primero es coqueta, después deísta y después devota. El imperio nunca se pierde durante estos periodos: solo cambia de súbditos; cuando 35 años o más de gobierno han despoblado su reino de esclavos del amor, lo repuebla con esclavos de la infidelidad y después con esclavos de la iglesia”…Lo mismo ocurre cuando afirma que la “gente ociosa que abandona su tierra natal va al extranjero por algún motivo o motivos que pueden derivar de una de estas causas generales: enfermedad física, imbecilidad mental o necesidad inevitable”.
Luego de justificar el viaje que emprende a Francia e Italia, y ubicarse en la tercera categoría que propone, enumera 11 tipos de viajeros: ociosos, inquisitivos, mentirosos, orgullosos, vanidosos, biliosos, delincuentes, felones, desafortunados o inocentes, simple y sentimentales… Sterne fue también autor de dos compilaciones póstumas: Cartas a Eliza y Sermones (1762).
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Escrito por Ángel Trejo Raygadas
Periodista cultural