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María Elena Walsh en el Reino del Revés (II de II)
Fue impulsora de la educación y la independencia económica de las mujeres y de su inclusión en la vida política no solo de su país, sino de América Latina
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El 10 de enero de 2011, a los 80 años, fallecía en Buenos Aires la poetisa, escritora, dramaturga y periodista argentina María Elena Walsh; sus creaciones poético musicales más famosas están dedicadas a la infancia. Profundamente comprometida con la educación infantil, en su obra atribuye a los niños la capacidad de sacar sus propias conclusiones, de pensar por sí mismos: “Nunca pensé que hiciera falta agregar moraleja al final de una canción ni decirles a los nenes que se porten bien. Nunca me interesó ponerme en el papel de madre”.

Walsh es una de las figuras más sobresalientes del feminismo en su país durante la segúnda mitad del Siglo XX. En 1970 participó en la fundación de la Unión Feminista Argentina (UFA) y del Movimiento de Liberación Feminista (MLF); feminismo y política, es la vertiente en la que escribe artículos periodísticos que hoy son modelo argumentativo como Sepa usted por qué es machista (Revista Humor, 1980); o su Carta para un compatriota (Revista Extra, 1973) donde sostiene que la lucha de las mujeres “No es un entretenimiento destinado a distraer de la liberación de los pueblos, sino que esa liberación es mentira mientras la determinen exclusivamente los varones. Así como ya no es posible pensar en términos previos a Marx o Freud (por no decir a Galileo y a Colón), tampoco es posible seguir pensando sin erradicar de cuajo los prejuicio sexistas, base y modelo de toda opresión”.

No son los niños los únicos destinatarios de su obra. Impulsora de la educación y la independencia económica de las mujeres y de su inclusión en la vida política no solo de su país, sino de América Latina, en La feminista rechaza con fina ironía la idea misógina de que existen espacios y actividades reservados exclusivamente para los hombres y la costumbre de ver en los errores de una mujer el fracaso de la mitad del género humano.

 

Sucede que ya no aguanto

que en la calle me grités

a la primera de cambio:

“¡Tenías que ser mujer!”.

Soy mujer y me equivoco

pero vos, ¿quién te creés?

¿Valentina la astronauta,

Evita, sor Juana Inés?

Sos el león de la Metro,

mucha porra y poco rey.

No me vengás con rugidos

que no hay selva por acá

y no soy ninguna fiera

ni la mona de Tarzán.

Yo fallo por accidente

y no por fatalidad.

Cuando agarre la manija

no sé si lo haré tan mal

como ustedes, que arremeten

gobernando marcha atrás.

Conmigo te equivocaste

de programa y de canal.

Me tomaste por tu abuela

que aguantó sin pestañear.

Si tenés el monopolio

del acierto universal

yo te dejo vía libre

pero vos, dejáme en paz.

Y cuando las papas quemen

¡arregláte sin mamá!

 

María Elena Walsh grabó más de 20 discos y es autora de más de 50 libros. En Canción de cuna para gobernante, que comparte atemporalidad con el poema anterior, está concebido como imitación de las canciones maternales para arrullar a los niños pequeños; en él se deslizan al oído de un dictador, adormecido por la soberbia, las noticias de su inminente derrocamiento y se anuncia la sublevación de un pueblo hambriento y vejado.

 

Duerme tranquilamente que viene un sable

a vigilar tu sueño de gobernante.

América te acuna como una madre

con un brazo de rabia y otro de sangre.

Duerme con aspavientos, duerme y no mandes

que ya te están velando los estudiantes.

Duerme mientras arriba lloran las aves

y el lucero trabaja para la cárcel.

Hombres, niños, mujeres, es decir, nadie

parece que no quieren que tú descanses.

Rozan con penas chicas tu sueño grande

cuando no piden casas, pretenden panes.

Gritan junto a tu cuna: “¡no te levantes!”

aunque su grito diga: “oíd, mortales”.

Duérmete oficialmente, sin preocuparte,

que solo algunas piedras son responsables.

Que los lirios del campo no tienen hambre,

que ya te están velando los estudiantes

y el lucero trabaja para la cárcel. 


Escrito por Tania Zapata Ortega

Correctora de estilo y editora.


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