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Nacido el 31 de diciembre de 1936 en la ciudad de Panamá, el escritor, poeta y crítico literario Aristides Martínez Ortega es, a sus 85 años, uno de los representantes más longevos de la poesía postvanguardista en Latinoamérica. Excatedrático de Literatura de la Universidad de Panamá, sus ensayos han sido publicados en numerosos diarios y revistas de su país y del mundo.
En 1962, la Universidad de Chile y La Sociedad de Escritores de Chile le concedieron el Premio del Concurso Arte y Universidad, con motivo de los 120 años de la fundación de la primera casa de estudios de ese país; también ha sido distinguido con diversos reconocimientos que otorga el gobierno de Chile, como el Premio Único de Poesía (1963) y las Medallas Pablo Neruda (2004) y Gabriela Mistral (2005).
El 16 de noviembre de 2009 fue elegido como miembro de número de la Academia Panameña de la Lengua en sustitución del crítico e historiador Rodrigo Miró y, en su discurso de bienvenida, Margarita Vásquez Quirós se refirió a él como “el poeta de la protesta y la ironía” y lo llamó “incansable intelectual, trabajador de la cultura panameña”. Entre su obra poética figuran Poemas al sentido común (1959), A manera de protesta (1964 y 1972), Protesta sin maneras (1998), y De A manera de protesta y Protesta sin maneras a Protestas del catorce (2014).
En el artículo Temas de un poeta “colonizado”: A manera de protesta (1973), el Dr. Luis Manuel Quesada, de la Florida State University, Canal Zone Branch hace una brillante síntesis de los momentos cruciales de la historia panameña que desembocaron en la actual ocupación estadounidense de esa franja de 10 kilómetros en la que se construyó el estratégico canal interocéanico, codiciado espacio comercial y de control político y militar para el imperialismo que sigue alentando la resistencia y la lucha antiimperialista de ese pueblo hermano.
En Coincidencias, Aristides Martínez denuncia al gobierno estadounidense que, en nombre de la libertad, la democracia y los derechos humanos promueve guerras de exterminio y rapiña. El título es irónico, no hay ninguna coincidencia, sino contrastes: mientras en Nueva York, bajo la luz del Sol, la blanca Estatua de la Libertad levanta su antorcha, es de noche en el sur del Continente Americano y el cadáver de un negro ahorcado se balancea ensangrentado sobre el cuerpo de otro hombre.
Un negro se mece
colgado como un espantapájaro,
otro yace
como un cuadro en rojo y negro;
la antorcha y la mano blanca
parecen la estatua de la libertad.
Su rechazo a la opresión y al colonialismo yanqui, representados geográficamente por la Zona del Canal, custodiada permanentemente por marines, se advierte en El Canal de Panamá tiene peces asombrados.
En aquel tiempo, los hombres cavaron la tierra
y apareció una mezcla oceánica con peces asombrados.
Extraño océano sin corales, sin moluscos, sin cangrejos,
sin algas, sin caracoles, sin nada,
–solo peces asombrados–
sin el canto acuático de las olas,
sin el olor marino del agua,
sin orillas de arena,
–solo peces asombrados–
Sin embargo maravilloso;
cuánto número sumado, restado, dividido, multiplicado;
cuánto cálculo, cuánta estabilidad, cuánta exactitud;
¡cuántos peces asombrados!
En los epígrafes de la Balada de las contradicciones cita a Carlos de Orléans (Muero de sed al lado de una fuente) y a Francois Villon (en mi país me encuentro en tierra extraña) antes de lanzar su manifiesto antiimperialista, de absoluta vigencia:
La paz no deja dormir a las potencias
Las noticias no dicen qué ocurre
La guerra fría enciende los ánimos
El mundo sigue su marcha
dos pasos adelante – cuatro pasos atrás
En brazos de tío Sam estamos en el suelo
La sardina puso en su lugar al tiburón
Buscando la libertad encontré el calabozo
El mundo sigue su marcha
dos pasos adelante – cuatro pasos atrás
El buen vecino es mal amigo
Aliados para el progreso vamos retrocediendo
Caza negra quiere decir casa blanca
El mundo sigue su marcha
dos pasos adelante – cuatro pasos atrás.
Escrito por Tania Zapata Ortega
Correctora de estilo y editora.