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A propósito del Día del Niño
Desde hace más de 100 años, la población infantil es víctima de las guerras; las más recientes son debido al expansionismo imperialista de EE.UU. En Siria, por ejemplo, las agresiones militares afectaron a 8.4 millones de niños.
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Este mes se celebra el Día del Niño, cuyo objetivo consiste en recordar que los infantes del mundo tienen derechos a la salud, a la protección física, la educación y que son ellos quienes más sufren las crisis y los problemas de toda índole.

El 30 de abril fue instituido como Día Universal del Niño por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para conmemorar a las víctimas infantiles de la Primera Guerra Mundial (1914-1918); pero desde que empezó a celebrarse, esa fecha sirve para demandar a los Estados nacionales el respeto a los derechos de la infancia.

Sin embargo, es necesario recordar que, desde hace más de 100 años, la población infantil es víctima de las guerras; y que las más recientes han sido a causa del expansionismo imperialista de Estados Unidos, como fue el caso de sus agresiones militares contra Siria, donde afectó a 8.4 millones de niños; contra Irak, donde los infantes agraviados fueron tres millones 950 mil y el conflicto que ahora ha provocado a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte entre Ucrania y Rusia, donde de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) están padeciendo los estragos de la guerra alrededor de 7.5 millones de niños.

En México, las condiciones de los niños no son muy distintas. Según la UNICEF, con datos actualizados a principios de este año, uno de cada dos menores de seis años (el 54.3 por ciento) se encuentra en situación de pobreza multidimensional; y el 20 por ciento de éstos se halla en pobreza extrema; es decir duermen con el estómago vacío porque sus padres carecen de recursos para alimentarlos; además de que uno de cada ocho menores de cinco años padece desnutrición crónica.

En 2020, más de cuatro millones de niños y adolescentes no asistían a la escuela y 600 mil más estaban en riesgo de abandonarla por motivos diversos, entre los que destacan la falta de recursos, la lejanía de las escuelas y la violencia delictiva. Estas cifras crecieron con la pandemia de Covid-19. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social señala que el 24.8 por ciento de los niños no tiene acceso a los servicios básicos en la vivienda; el 16.7 por ciento carece de espacios de calidad en ésta; y el 16.2 por ciento no cuenta con servicios de salud.

Esta deprimente situación de la infancia mexicana se ha agudizado con las políticas socioeconómicas impulsadas por el actual gobierno, debido a que el bajo crecimiento económico, la disminución del empleo y el retiro de programas importantes como el de Apoyo a la Vivienda que operaba la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano, de los Comedores Comunitarios y el Seguro Popular –que aún no ha sido sustituido por el Instituto Nacional de Salud y Bienestar, con el que pretende atenderse a más población con la misma cantidad de recursos, lo que redundaría en una peor atención– han aumentado significativamente la pobreza de los mexicanos, afectando con ello a niños dependientes de sus padres.

Además, el gobierno ha violentado directamente y sin tapujos los derechos de los niños. Por ejemplo, se negó a aplicar la vacuna contra el Covid-19 a todos los infantes; en junio de 2021, alrededor de 400 padres de familia protestaron en varios estados de la República por el desabasto de medicamentos oncológicos para niños con cáncer; y en 2020 desapareció el programa de estancias y guarderías infantiles que apoyaba a las madres trabajadoras, el 93.9 por ciento de ellas reconoció que contribuía a mejorar la calidad de vida de sus hijos y a desarrollar su lenguaje, habilidades sociales y motrices, según un análisis del Coneval.

El pasado 1° de marzo, el Diario Oficial de la Federación publicó un decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador con el que ordenó la desaparición del programa Escuelas de Tiempo Completo con el argumento de “luchar contra la corrupción” –que no ha probado hasta ahora–; y con tal medida afectó a 3.6 millones de niños, según datos de la organización civil Mexicanos Primero.

Ahora que está cerca el Día del Niño, las autoridades prodigarán felicitaciones y, en algunos casos, regalarán juguetes para demostrar su supuesto apoyo a la infancia, pero no debemos olvidar que, en los hechos, el actual gobierno practica un desprecio total hacia la niñez mexicana.


Escrito por Ollin Yoliztli

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