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Vicente Huidobro
Es uno de los referentes fundamentales de la vanguardia latinoamericana.
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Nació en Santiago, Chile, el 10 de enero de 1893. Es uno de los referentes fundamentales de la vanguardia latinoamericana, ejerce una labor de puente entre la vanguardia europea de principios del Siglo XX y el entorno literario sudamericano. En 1916 viaja a Europa, donde se encuentra con los movimientos literarios de avanzada y genera a la par uno propio: el creacionismo, que se caracteriza por poemas de diferente extensión y ausencia de puntuación. De esta época datan libros como Horizon carré (1918), Ecuatorial (1918), Poemas árticos (1918), y Altazor (1931). A su regreso a Chile desarrolla la última fase de su escritura, reunida en Últimos poemas (1948).

“Con Huidobro, el ‘pájaro de lujo’, llegan Apollinaire y Reverdy. La imagen recobra las alas. La influencia del poeta chileno fue muy grande en América y España; grande y polémica. Esto último ha dañado la apreciación de su obra; su leyenda oscurece su poesía. Nada más injusto: Altazor es un poema en el que la aviación poética se transforma en caída hacia ‘los adentros de sí mismo’, inmersión vertiginosa en el vacío. Vicente Huidobro, el ‘ciudadano del olvido’: contempla de tan alto que todo se hace aire. Está en todas partes y en ninguna: es el oxígeno invisible de nuestra poesía” (Octavio Paz). Falleció en Cartagena, Chile, el dos de enero de 1948. 

 

Ahora que mis ojos vuelan

Ahora que mis ojos vuelan entre planetas ajenos

Como una botella en alta mar

O en un cielo de todos colores

Sin una sola casa donde entrar en la tarde

Ahora que mis manos escaparon del fuego

En una barca tan rápida como el ocaso

Y casi más que la muerte huyendo del caballo

que quiere morderle

Ahora hace frío por el odio que nos tienen las montañas

Hace frío porque se han dicho palabras tristes

Se ha dicho barca ocaso y ojos

Que son una misma cosa

Yo amo el viento que viene de los astros

Envolviendo los rayos cósmicos tan buscados por los

hombres

Mientras ellos se interesan por ciertas hierbas

De sabor delicado y olor penetrante

Tan penetrante como ellos mismos

Yo amo los ojos de grandes alas

Y amo el ocaso tan rápido como una barca

Y las manos y la montaña que se deja acariciar

Y una roca llena de amor que desafía al mar

Y un mar que desafía todas las estrellas

Amo el árbol viejo que tiene muchos niños

Un paisaje inmortal mirando nacer sus flores

Un río de cabellos blancos que aún salta entre las

piedras

Unos ojos y unas manos salvadas del incendio

Un corazón que late

Como un sapo casi aplastado por una carreta

Y una selva de todos colores

Sin ningún sentido del bien y del mal

Una selva encima de la selva

Para la ternura de los pájaros perdidos

Allá tan lejos de su país natal

Aquí estamos

Nada está sujeto a los ojos para siempre

Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo

tu sombra da el destino y despierta la caverna

Tu lumbre que suspira a modo de subir

Entregándose entera en su esperanza

Como chispa confiada y como signo de su hondura

Volvamos al principio sin conclusión alguna

En virginal salida de la piel vidente

Sin suceso del día ni del año sino largo memorial

De la raíz a la más alta punta

Con los dedos crecidos por el viento

Y el terror de los anuncios obscuros regalados

Humildemente regalados como semillas a la madre

Así el barco buscado por sus aguas

Ha de reconocer los fluidos de su acento

Y será reconocido por las puertas hermanas

La idea es nacimiento y sepulcro de grandes alas

Es vuelo general es huñida de células y huesos

En árbol repentino sin recuerdo aparente

Es un río asomado a su balcón

En el ir y venir de rincones incógnitos

Entre cabezas y corazones asustados por su modo de ser

Infinito alarido por el tiempo enseñado

Con tanta muerte adentro que es cúspide de vida

Interminable océano sacrificado a la noche

Y noche sacrificada al sol que no la espera

La poesía es un atentado celeste

Yo estoy ausente pero en el fondo de esta ausencia

Hay la espera de mí mismo

Y esta espera es otro modo de presencia

La espera de mi retorno

Yo estoy en otros objetos

Ando en viaje dando un poco de mi vida

A ciertos árboles y a ciertas piedras

Que me han esperado muchos años

Se cansaron de esperarme y se sentaron

Yo no estoy y estoy

Estoy ausente y estoy presente en estado de espera

Ellos querrían mi lenguaje para expresarse

Y yo querría el de ellos para expresarlos

He aquí el equívoco el atroz equívoco

Angustioso lamentable

Me voy adentrando en estas plantas

Voy dejando mis ropas

Se me van cayendo las carnes

Y mi esqueleto se va revistiendo de cortezas

Me estoy haciendo árbol Cuántas veces me he ido

convirtiendo en otras cosas…

Es doloroso y lleno de ternura

Podría dar un grito pero se espantaría la

transubstanciación

Hay que guardar silencio Esperar en silencio

La vida es sueño

Los ojos andan de día en día

Las princesas pasan de rama en rama

Como la sangre de los enanos

Que cae igual que todas sobre las hojas

Cuando llega su hora de noche en noche

Las hojas muertas quieren hablar

Son gemelas de su voz dolorida

Son la sangre de las princesas

Y los ojos de rama en rama

Que caen igual que los astros viejos

Con las alas rotas como corbatas

La sangre cae de rama en rama

De ojo en ojo y de voz en voz

La sangre cae como las corbatas

No puede huir saltando como los enanos

Cuando las princesas pasan

Hacia sus astros doloridos

Como las alas de las hojas

Como los ojos de las olas

Como las hojas de los ojos

Como las olas de las alas

Las horas caen de minuto en minuto

Como la sangre

Que quiere hablar

Recuperar el cielo

Recuperar el cielo

Recuperar la tierra

Envolver el mundo en ritmos de experiencia

Aprisionar el éter que se escapa

Aprisionar el aire

Con esta carne presurosa

En olas envolventes sobre el ensueño

Y la fuga de las estrellas en el momento en que iban a

contar su historia


Escrito por Redacción


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