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Zuráb Konstantínovich Tseretéli es el artista contemporáneo más importante de Rusia y sus obras pueden admirarse en Rusia, Brasil, Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Japón, España, Italia y Lituania. El pintor, escultor y arquitecto ruso-georgiano vivió el socialismo, la Guerra Fría, la Perestroika y ahora la Federación Rusa. Ha recibido varios reconocimientos, entre los que destacan Artista del pueblo de la URSS, Héroe del Trabajo Socialista, Orden de Lenin, Caballero de la Legión de Honor (distinción francesa) y el Premio Estatal de la Unión Soviética, que reconocía los logros que representaban un progreso para la Unión Soviética en ciencias, matemáticas, literatura, artes y arquitectura.
Tseretéli tiene más de cinco mil obras distribuidas en todo el mundo. Entre las más colosales se encuentran: Alegría y felicidad para todos los niños del mundo, monumento instalado en la Universidad Estatal de Nueva York, con motivo de los Juegos Olímpicos Especiales de 1979 y el Año Internacional del Niño. Pesa cerca de 30 toneladas y fueron necesarios cinco camiones para trasladar las piezas; Rompe el Muro de la Desconfianza, levantado en Londres en 1990 como una expresión de rechazo al muro de Berlín; El bien venciendo al mal, donado a Estados Unidos en 1990 y ubicado frente al edificio de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. Esta escultura muestra a San Jorge con una lanza que atraviesa a un dragón, que simboliza el mal y que fue forjado con partes de misiles SS-20 soviéticos y Pershing-2 estadounidenses para recordar a la gente que las armas no deben ser usadas contra la humanidad. Tiene 12 metros de altura y pesa 40 toneladas.
Es el autor de dos obras monumentales alusivas al descubrimiento de América: El Nacimiento del hombre nuevo, que tiene 45 metros de altura y conmemora los 500 años del descubrimiento de América. Fue donada por Tseretéli a Sevilla, España, en 1995; Nacimiento del Nuevo Mundo es una segunda escultura que conmemora el descubrimiento de América y se había pensado instalar en Estados Unidos. Sin embargo, Columbus, Baltimore, Miami y Lauderdale no aceptaron la escultura argumentando razones de costo y espacio. La quinta ciudad en rechazarla fue Nueva York, porque rebasaba la altura de la estatua de la Libertad, que es de 93 metros. Finalmente, Puerto Rico aceptó la donación del monumento y la escultura de 126 metros y 600 toneladas fue instalada en 2016 frente a la playa Caracoles. Es la cuarta escultura más alta del mundo y la más alta de América, El Caribe, Europa, África y Oceanía. De hecho, de las 10 estatuas más altas del mundo, solamente dos se encuentran fuera de Asia, una en Moscú y otra en Puerto Rico, ambas creadas por Tseretéli.
Otras de sus colosales obras son: Lágrima de dolor, un regalo del gobierno ruso a Estados Unidos y está dedicada a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre. Está colocada en Bayonne, Nueva Jersey y muestra una lágrima de 12 metros dentro de una torre de 32 metros de altura; Pedro I de Rusia, de 98 metros de altura, con un peso de 500 toneladas, octava escultura más alta del mundo y conmemora los 300 años de la flota rusa y los logros navales de Pedro El Grande. Se encuentra en el Muzeón, célebre parque con más de 700 esculturas al aire libre; Tragedia de los Pueblos, inaugurada en 1997 en el Parque de la Victoria, en Moscú, para recordar a las víctimas del genocidio nazi durante la Segunda Guerra Mundial: representa una fila silenciosa de personas con las cabezas rapadas, cuerpos demacrados y desnudos que van a la muerte; se trata de hombres, mujeres, niños y ancianos que recuerdan las innumerables ejecuciones perpetradas por los nazis; El Obelisco de la Victoria, tiene forma de bayoneta y una altura de 141.8 metros, simboliza los mil 418 días y noches de la Guerra, un centímetro por cada día que duró la guerra contra los alemanes. Fue inaugurado en 1995 en el Parque de la Victoria, frente al Museo Central de la Gran Guerra Patria; Las víctimas del Holocausto, un regalo del presidente Vladímir Putin a Israel en 2005. Representa a seis prisioneros, de los cuales tres adultos protegen con sus cuerpos a un padre, una madre y un niño; Honore de Balzac, un monumento a la obra de este escritor francés, levantado en la ciudad de Agde, Francia. Se muestra a Balzac sentado, rodeado de sus libros, personajes de su obra, castillos, muros, casas y torres de su ciudad natal.
Como vemos, Tseretéli retrata en sus esculturas acontecimientos históricos importantes y sufrimientos de la sociedad de su época. En sus pinturas plasma la cultura, la vida diaria y la pobreza del pueblo ruso y georgiano. Necesitamos jóvenes que de la misma manera comprendan la alegría, la desesperación y el sufrimiento del pueblo mexicano y lo traduzcan en cuadros y esculturas.
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Escrito por Romeo Pérez
Doctor en Física y Matemáticas por la Facultad de Mecánica y Matemáticas de la Universidad Estatal de Lomonosov, de Moscú, Rusia.